Sonia Acevedo, trabajadora de la salud portuguesa de 41 años, sufrió una “muerte repentina” dos días después de recibir la vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNTech; pero la autopsia reveló que la causa del deceso no está relacionada con el fármaco.
Este martes, el Ministerio de Justicia de Portugal informó que, según los resultados preliminares de la autopsia, no existe relación entre la aplicación de la vacuna y el fallecimiento de Acevedo, quien trabajaba en el Instituto de Oncología de Oporto.
De acuerdo con información publicada en el medio portugués Jornal de Notícias, la asistente operacional del Instituto Portugués de Oncología fue vacunada contra COVID-19 el 30 de diciembre y falleció repentinamente el 1 de enero, día del año nuevo.
Sonia Acevedo no registró ninguna reacción adversa a la vacuna antes de su muerte ni después de recibir la vacuna de Pfizer, dijo a medios locales el padre de la mujer, Abilio Acevedo.
Hasta este 6 de enero, el gobierno de Portugal ha aplicado 32 mil dosis de la vacuna. Según su plan de vacunación, usuarios y empleados de residencias de ancianos son los primeros en ser vacunados, junto con profesionales de la salud.
Portugal inició su campaña de vacunación el 27 de diciembre y hasta hoy han distribuido 66 mil 700 de 140 mil dosis que arribaron al país europeo.
Serviço Nacional de Saúde já administrou mais de 32 mil doses de vacina
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