Momento 
histórico

Benedicto XVI regresó al Vaticano por primera vez desde su renuncia el 28 de febrero y se reunió con su sucesor, el Papa Francisco.

La Santa Sede dijo que Bergoglio saludó a Ratzinger en el hogar donde pasará sus años de retiro, un monasterio reutilizado en los jardines del Vaticano. 

El regreso de Benedicto inicia una era sin precedentes, en la que un pontífice retirado vive en la Santa Sede junto con un Papa reinante.

Este fue el segundo encuentro entre ambos desde la elección de Francisco el 13 de marzo.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Ratzinger estuvo fuera del ojo público desde su último día como jerarca de la Iglesia Católica, el 28 de febrero pasado

Benedicto XVI regresó al Vaticano por primera vez desde su renuncia el 28 de febrero y se reunió con su sucesor, el Papa Francisco.

La Santa Sede dijo que Bergoglio saludó a Ratzinger en el hogar donde pasará sus años de retiro, un monasterio reutilizado en los jardines del Vaticano. 

El regreso de Benedicto inicia una era sin precedentes, en la que un pontífice retirado vive en la Santa Sede junto con un Papa reinante.

Este fue el segundo encuentro entre ambos desde la elección de Francisco el 13 de marzo.

El Papa emérito Benedicto XVI voló en helicóptero desde la residencia papal de Castel Gandolfo que ocupaba desde su renuncia —la primera de un papa en 600 años— el 28 de febrero.

La ocasión anterior que se le vio en público, el 23 de marzo, Benedicto XVI parecía notablemente más frágil y delgado que cuando dejó el Vaticano en su último día como jerarca de la Iglesia Católica.

Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, reconoció que el antiguo pontífice alemán de 86 años ha perdido vigor físico tras su retiro, pero insistió en que no sufre dolencia alguna.

“Es un hombre que no es joven: está viejo y su fuerza mengua lentamente”, expresó Lombardi durante la semana. 

Desde su renuncia, Jospeh Ratzinger ha estado “oculto del mundo”, como él mismo lo anunció, en Castelgandolfo, en las colinas al sur de Roma.

Benedicto XVI optó por abandonar de inmediato el Vaticano tras su renuncia a fin de sustraerse físicamente del proceso en el que su sucesor fue elegido y de las primeras semanas Francisco como pontífice.

Su ausencia también permitió a los trabajadores concluir las renovaciones en el monasterio, ubicado en una orilla de los jardines del Vaticano. 

Hasta el año pasado, el inmueble alojó a grupos de monjas de clausura invitadas a vivir algunos años dentro del Vaticano para que oraran por el pontífice y la Iglesia en general.

En el pequeño inmueble, que tiene una capilla, Benedicto XVI vivirá con su secretario personal, monseñor Georg Gaenswein, y las cuatro mujeres consagradas que le cuidan, le preparan sus alimentos y efectúan otras labores de casa.

Dentro del pequeño edificio, el pontífice emérito tiene a su disposición una pequeña biblioteca y un estudio. 

Hay una habitación de huéspedes para cuando venga a visitarlo su hermano, monseñor Georg Ratzinger. (AP)

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