El asilo a familias de migrantes que huyen de la violencia es negado por agentes estadounidenses pese a que la ley internacional y la de Estados Unidos señala que cualquiera que lo solicite podrá entrar al país.
Es el caso de Francisca, Armando y sus dos hijos quienes llegaron a territorio norteamericano a finales de febrero des este año luego de que uno de sus hijos fue asesinado por una pandilla en El Salvador mientras otra hija casi fue violada.
“Aquí no hay asilo. No estamos dando asilo” fue la respuesta que recibió Francisca por parte de un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense.
Francisca intentó mostrarle al agente aduanal en Tijuana el certificado de defunción de su hijo asesinado y un reporte policial sobre el intento de violación a su hija, pero la amenazó con deportarlos si no se regresaban a México.
El periódico estadounidense The New York Times señala que los agentes fronterizos dan la espalda constantemente a los solicitantes de refugio sin siquiera conocer su situación.
La postura de los oficiales ha dejado a sinnúmero de migrantes “atorados en México”, lugar donde son víctimas de secuestro o terminan en manos de narcotraficantes y tratantes de personas.
Human Rights First, organización que estudia el problema, ha dicho que “al rechazar a los solicitantes de asilo en su frontera, Estados Unidos los regresa para que enfrenten peligros, persecución, tortura, secuestros y potencialmente trata”.
No existen cifras que señalen la frecuencia con la cual los agentes fronterizos niegan en asilo a los migrantes.
El diario señala que un informe de Human Rights First registró 125 casos de personas o familias de países como El Salvador, Colombia, Guatemala, México y Turquía a quienes se les negó el ingreso en Arizona, California y Texas.
De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, Estados Unidos se atiene a la ley internacional y a la convención que permite que la gente busque refugio si es víctima de persecución por su raza, religión, nacionalidad, creencias políticas u otros factores.
En un comunicado la agencia informó que “si un oficial o un agente se topa con un migrante que se dirige hacia Estados Unidos que no tiene papeles legales y esa persona expresa temor de ser regresada a su país de origen, nuestros oficiales los procesan para que haya una entrevista con un agente de asilo”.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, insiste que los migrantes no deben ingresar al país y en caso de ser solicitantes de asilo deben ser regresados.
El rotativo explica que una persona que solicite protección en un punto de entrada al país debe ser llevada con un agente especializado del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por su sigla en inglés) para una revisión conocida como entrevista de temor creíble.
Posteriormente si el oficial decide que la persona entrevistada puede comprobar el temor a la persecución en su país de origen, se le permite que solicite asilo ante un juez.
Más de 38 mil migrantes han buscado esto desde octubre de 2016 hasta marzo de este año, pero los jueces solo autorizaron menos de la mitad de las solicitudes de refugio en los últimos años.
Para el caso de los migrantes mexicanos y de Centroamérica entre 10 y 23 por ciento de las solicitudes fueron aceptadas desde 2011.
Francisca regresó a un albergue para mujeres y niños con su hija de 14 años mientras que su esposo su hijo de 18 años están viviendo en un albergue para hombres ubicado en la misma calle.