Migrantes, la verdad y la mentira a las declaraciones de Trump

Una pequeña ciudad de Ohio es reflejo de las complejidades económicas de la migración en Estados Unidos, un país donde los beneficios a largo plazo son comparados con los costos inmediatos
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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Por décadas, la migración en Estados Unidos se ha convertido en un tema electoral. Mientras un partido prende las alarmas con el aumento de cruces fronterizos, el otro respalda el sueño americano.

Con Donald Trump declarando ante los ojos del mundo que los migrantes depredan a las mascotas de un pueblo del Midwest, la pregunta sobre el impacto cultural y económico que los migrantes le dejan a Estados Unidos continúa en el centro del debate por la Casa Blanca.

Mientras J.D Vance, el compañero de fórmula de Donald Trump para la vicepresidencia, sigue alimentando las preocupaciones nacionales por la llegada de migrantes haitianos a comunidades del estado donde es senador, los servicios de seguridad estadounidenses reportan amenazas contra la diáspora haitiana.

El pasado 16 de septiembre, el FBI anunció que investiga amenazas de bombas que el Buró califica como “realistas” en contra de comunidades haitianas en Springfield, Ohio, y en la Universidad de Wittenberg, institución cercana a la ciudad que ha obligado a cerrar el campus.

Si bien la migración proveniente de Haití hacia Estados Unidos se ha duplicado en los últimos 25 años, el perfil de estas personas y su impacto en las comunidades a donde llegan presenta más consecuencias que beneficios.

De acuerdo a la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en febrero de este año había 852 mil migrantes haitianos en Estados Unidos, de los cuales casi el 68.7 por ciento habían adquirido la nacionalidad estadounidense para esa fecha.

El deterioro de las condiciones en Haití provoca que la mitad de quienes ingresan a Estados Unidos no cuenten con preparación universitaria, 17 por ciento de ellos ni siquiera con educación media, lo que sumado a su condición migrante podría explicar que de la totalidad de haitianos en territorio estadounidense solo el 36.2 por ciento de ellos viva por debajo de la línea de pobreza.

¿Cuál es el impacto de la migración haitiana?

Pese a estos datos, la realidad migrante en la comunidad que desató las declaraciones de Trump no es tan simple.

Springfield, Ohio, es una comunidad donde la desindustrialización se tradujo en un declive poblacional que la vio pasar de 82 mil habitantes, en su periodo más poblado en 1960, a solo 58 mil actualmente; de ellas, al menos 15 mil son migrantes de ascendencia haitiana.

Para una comunidad tan pequeña, la adaptación y la convivencia no ha resultado sencilla. Uno de los principales agravios que los nativos de la ciudad tienen con los recién llegados es que ese aumento poblacional genera un alza en el costo de la vivienda, 14 por ciento anual entre 2022 y 2023 de acuerdo con el sitio inmobiliario Zillow, sumado a que al ser residentes legales en Estados Unidos parte importante de los migrantes que llegaron a Springfield son beneficiarios de programas sociales.

A pesar de estas dificultades, los migrantes han provocado un “boom” económico en la comunidad. Tanto el alcalde como líderes empresariales locales han declarado que la llegada de más gente a la comunidad puede tener beneficios a largo plazo al estar dispuestos a trabajar y a gastar lo que ganan.

Este tipo de beneficios económicos no son exclusivos para Springfield, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Pensilvania. Los efectos de la migración en la economía estadounidense son generalmente positivos e incluso tienen ventajas a largo plazo para los nativos; sin embargo, en lo inmediato, el costo de proveer de servicios públicos y demás necesidades a quienes llegan al territorio puede ser una carga para los ciudadanos.

De acuerdo con la doctora Arlene Ramírez Uresti, internacionalista y docente de la Universidad Iberoamericana, la principal reticencia por parte de los ciudadanos estadounidenses para facilitar la migración recae en este costo.

“Son muy caros, los migrantes tienen una aportación económica importante, pero también requieren recursos y en algunos gobiernos de izquierda, como el de (Joe) Biden, se implementan programas sociales para ayudarlos y habrá ciudadanos que no estén de acuerdo en que sus impuestos se usen para ello, aunque también haya quien considere que está bien integrarlos al proceso productivo. La verdad es que no todo son beneficios”, señala la especialista.

Kamala Harris plantea reformar un sistema migratorio en el que a la seguridad fronteriza la acompañe un camino a la ciudadanía. Foto: Especial

Las promesas de campaña para los migrantes

Frente a un panorama donde los beneficios a largo plazo son sopesados contra los costos inmediatos, los candidatos a la presidencia tienen soluciones diametralmente distintas ante la migración.

Con un porcentaje poblacional de residentes extranjeros del 13.7 por ciento, similar al máximo histórico del 14 por ciento, la vicepresidenta Kamala Harris en su plataforma de campaña plantea reformar un sistema migratorio “roto” en el que a la seguridad fronteriza la acompañe un camino a la ciudadanía.

La doctora Ramírez Uresti considera que las intenciones de Harris en materia migratoria son imposibles de implementar en el contexto actual.

“Objetivamente no es viable porque la cantidad de migrantes no documentados que tiene Estados Unidos está en los niveles de la migración al final de la Segunda Guerra Mundial, y cuando los soldados regresaron a unirse al proceso productivo Estados Unidos mandó de regreso a los migrantes. Si Harris es electa presidenta, le será muy difícil equilibrar las variables macroeconómicas que están llevando a Estados Unidos a una recesión; el empleo es la más importante de ellas y Harris no podría generar tantas fuentes de empleo”, puntualiza la académica.

Por su parte, Trump, tanto en discursos como en su plataforma, llama a deportaciones masivas de migrantes que no se encuentren integrados a la economía estadounidense, un plan que si bien representa un reto, en opinión de la docente tiene más posibilidades de llevarse a cabo por compartir el costo con los países expulsores de migrantes.

“Históricamente los republicanos han sabido manejar mejor la política migratoria, la crisis actual la originó Barack Obama con Joe Biden en la vicepresidencia y hoy ni él ni Harris lograron articular una política migratoria sana y sustentable” finaliza la especialista.

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