#METOO en Sudamérica

Varias mujeres presentaron denuncias contra dos hombres por abuso sexual en la región sur del continente. Las primeras demandas provocaron que otras víctimas hablaran sobre sus historias de violencia e iniciaran más procesos penales
Mariana Recamier Mariana Recamier Publicado el
Comparte esta nota

Las mujeres de América del Sur iniciaron procesos de demanda contra dos hombres por abuso sexual esta semana. Las denuncias formales provocaron nuevos movimientos que buscan dejar de guardar silencio ante la violencia de género.

Debido a que sus protagonistas son actrices u otras figuras reconocidas, la nueva lucha hace eco al movimiento #MeToo que surgió en octubre de 2017 a raíz de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine Harvey Weinstein.

Uno de los casos que generó este fenómeno sudamericano es el de la actriz argentina Thelma Fardín, conocida por su participación en la novela Patito feo, quien presentó una demanda el 4 de diciembre ante la fiscalía general de Nicaragua contra el actor Juan Darthés, de 54 años, al que acusa de haberla violado en 2009, cuando ella tenía 16 años y estaban en una gira en esa nación.

Thelma no ha estado sola ni un momento después de su denuncia. El martes de esta semana las argentinas gritaron al unísono “no es no”, frase que significa que la decisión de una mujer debe ser respetada cuando no quiere tener relaciones sexuales.

Después de que Thelma anunció la denuncia penal por abuso sexual en un escenario de Buenos Aires, medio centenar de sus colegas y decenas de personas más en Argentina anunciaron su apoyo o decidieron compartir en redes sociales sus historias de abuso sexual.

Durante su relato sobre lo sucedido, la actriz contó que el acusado le dijo “mira cómo me pones”. Es por eso que el colectivo Actrices Argentinas retomó la frase para comenzar una ola de denuncias a través de redes sociales.

“Frente al ‘Mirá cómo me pones’ nosotras decimos ‘Mirá cómo nos ponemos’. Nos ponemos fuertes y unidas, frente a tu violencia e impunidad estamos juntas. Que se haga justicia por nuestra compañera y por todas. Esto recién empieza”, aseguraron las integrantes de la agrupación en una rueda de prensa.

“Mira cómo nos ponemos se convirtió en el slogan acuñado por las actrices y se viralizó en redes sociales como un hashtag al que se sumaron usuarios y celebridades tanto argentinas como de otras nacionalidades.

La etiqueta fue utilizada miles de veces en Argentina, Chile, Uruguay, México y Estados Unidos para compartir historias sobre violencia sexual.

Varias de las personas que tuitearon al respecto decidieron compartir sus propias historias de acoso y abuso sexual. A las muestras de apoyo incluso se sumaron cuentas institucionales como la del equipo femenil del River Plate y la del club de primera división varonil Atlético Unión.

“A los 17 años fui acosada du- rante meses por un tipo. Denuncie en la comisaría número 1 de Paraná y me dijeron: ya está por si te pasa algo queda asentado acá que alguien te perseguía y acosaba. Por suerte no me pasó nada”, publicó una usuaria en Twitter.

Thelma hizo el anuncio rodeada de las mujeres que integran Actrices Argentinas, colectivo formado a principios del año durante el debate de la despenalización del aborto y como parte del movimiento feminista Ni Una Menos, precursor de la lucha contra los feminicidios en el país del sur.

La agrupación compuesta por más de 400 actrices denunció el acoso y abuso sexual en su industria. Entre las famosas que conforman el conjunto se encuentran Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Mariana Espósito, Griselda Siciliani, Nancy Dupláa, y Julieta Ortega, entre otras.

66%
de los integrantes del gremio actoral argentino dijeron ser víctimas de acoso o abuso sexual al realizar su trabajo

Una encuesta del sindicato de actores argentino da la razón al colectivo porque revela que el 66 por ciento de los integrantes del gremio en la nación sudamericana dijeron ser víctimas de algún tipo de acoso o abuso sexual al realizar su trabajo.

Lejos del mundo actoral, el proceso legal que presentó Thelma también provocó que las periodistas argentinas Romina Manguel y María Julia Oliván denunciaran públicamente acosos.

Además, el impacto se notó en las llamadas realizadas al 144, línea del gobierno de Buenos Aires para la atención a víctimas de violencia de género. El día de la denuncia de la actriz, hubo un pico que provocó un aumento del 33 por ciento más de contactos que el martes anterior.

33%
aumentaron las llamadas a línea de atención a violencia de género en Bs. As. tras el anuncio de la demanda

La denuncia penal de Thelma fue presentada a principios de diciembre en Nicaragua, donde el código penal prevé entre ocho y quince años de prisión por violación. Hasta el momento, el acusado sólo tuiteó que no es verdad lo que se dijo.

No es la primera denuncia contra el actor. Las actrices Calu Rivera, Ana Coacci y Natalia Juncos relata- ron a finales de 2017 casos de acoso cometidos por la misma persona. Sin embargo, la acusación de Fardin encontró más eco al ser la primera en hacerse pública con el respaldo de un colectivo.

La actriz que presentó la demanda dijo que ahora lo que queda es mostrar que su caso no es único y visibilizar otras situaciones similares.

También en Brasil

En la misma región del mundo, el sanador espiritual brasileño Joao de Deus fue denunciado por abusar de casi 500 mujeres.

Durante años, miles de brasileños y extranjeros viajaron en masa al pueblo brasileño de Abadiânia para ser atendidos por este curandero, quien hace cortes con bisturí en sus pacientes sin uso de anestesia y asegura que canaliza los espíritus de los muertos para curar cáncer o depresión crónica.

De acuerdo con las denuncias de 458 mujeres, el médium, cuyo nombre real es João Teixeira de Faria, se aprovecha de pacientes vulnerables en las supuestas sesiones de curación para abusar de ellos.

El tema estalló el viernes pasado, cuando los medios TV Globo y el diario O Globo reportaron diez casos, entre ellos el de la coreógrafa holandesa Zahira Leeneke Maus, quien dijo que fue violada por el supuesto sanador.

La justicia del estado de Sao Paulo recibió desde entonces denuncias de 252 mujeres y la de Goiás de 206. Entre estas últimas, una reside en Estados Unidos y otra en Suiza.

Al igual que en el caso argentino, las denuncias que se presentaron en los medios brasileños provocaron que otras víctimas encontraran el valor para presentar demandas formales.

Los fiscales ya empezaron a revisar las declaraciones de las denunciantes y parece que Faria será el primer gran caso del movimiento #MeToo en Brasil.

Por otra parte, este caso desató la preocupación entre los vecinos de Abadiânia, la ciudad brasileña de 17 mil habitantes convertida gracias al curador en un destino de turismo espiritual, con miles de visitantes cada mes que generan empleos indirectos.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil