Mike Johnson se convirtió nuevamente en vocero de la Cámara de Representantes en una sesión en la que necesitó el apoyo de Donald Trump. Foto: Especial

Con mayoría legislativa, este es el futuro de Trump en su segundo mandato

Con la mayoría que el Partido Republicano tiene en el Congreso, las posibilidades de aprobar la agenda legislativa del futuro presidente reflejan los cambios que la influencia trumpista ha tenido en el gobierno

En una sesión conjunta, el Congreso de Estados Unidos certificó la elección de noviembre con la cual Donald Trump regresará a la presidencia el próximo 20 de enero; sin embargo, el segundo mandato del republicano se perfila para ser muy diferente a su primer periodo.

Igual que en 2016, Trump asume la presidencia con el Partido Republicano en control de ambas Cámaras del Congreso, pero a diferencia de en su primer mandato, con una Corte con mayoría conservadora. No obstante, tras casi una década con el magnate al frente de los republicanos, su partido se transformó a su imagen y semejanza.

A diferencia de su primera campaña a la presidencia, cuando la lista de senadores y congresistas que apoyaron personalmente a Trump no llegaba a media centena, en 2024 el Congreso republicano se postuló a la sombra del magnate y su promesa de “Make America Great Again”. Actualmente, la mayoría de los 218 congresistas y 52 senadores republicanos están, de una u otra forma, ligados al nuevo presidente más allá de la pertenencia partidista.

Pese a ello, con una diferencia de solo dos senadores y un solo voto en la Cámara de Representantes, la estrecha mayoría del Partido Republicano en el Congreso significa que el presidente no tendrá un periodo sencillo para poner en marcha su agenda legislativa.

En un Estados Unidos donde ambas fuerzas políticas se encuentran igual de polarizadas y los proyectos bipartidistas exitosos son cada vez más escasos, la dirigencia republicana necesitará mantener cohesión durante los siguientes dos años para poder aprobar las leyes más básicas, como fue el caso de la Ley de Egresos 2025 que logró pasar unas horas antes del cierre del gobierno.

Mike Johnson continúa como vocero

En un contexto de necesaria unión partidista, Mike Johnson se convirtió nuevamente en vocero de la Cámara de Representantes en una sesión en la que se necesitaron más de dos horas para tener los votos suficientes para confirmar su reelección. El republicano requirió del apoyo expreso del presidente electo, quien se comunicó directamente con uno de los republicanos opuestos al vocero para mantener el liderazgo en la Cámara Baja.

Mientras Johnson cuenta, por el momento, con el apoyo del presidente, el ala más rádical de su partido lo considera un representante de la política tradicional y ha amenazado con removerlo del poder de no pelear por la agenda legislativa que enarbolan.

Las negociaciones que culminaron con la reelección de Johnson muestran no solo a un partido dividido sino que pone en evidencia el poder que una minoría republicana ostenta sobre el gobierno del país más poderoso del mundo.

En la sesión, como vocero, Johnson prometió extender la reducción de impuestos implementada por Trump en 2017, que expira este año, así como trabajar para desregular industrias y formar un gobierno más eficiente. Con un déficit de 37 billones de dólares y la promesa de políticas migratorias que requieren aprobación legislativa, el republicaano se verá en la necesidad de apoyarse de los demócratas, como lo ha hecho en el pasado, para avanzar en el siguiente gobierno.

En opinión del internacionalista Alejandro Martínez Serrano, profesor de tiempo completo en la Universidad La Salle, las promesas hechas durante las campañas electorales de 2024 polarizaron a las bases de ambos partidos, por lo que la posibilidad de cooperación bipartidista parece remota.

“Durante la campaña electoral, tanto para el poder Ejecutivo como para el Legislativo se radicalizó mucho el discurso, sobre todo del Partido Republicano, y tal parecería que las propuestas del candidato ganador no coinciden, o no lo hacían en ese momento, con las del Partido Demócrata. En temas como seguridad o migración las propuestas de los dos partidos eran completamente opuestas, por lo que al inicio de esta legislatura no habrá muchos puntos de coincidencia”, considera el especialista.

El profesor Martínez Serrano apunta que desde que Trump está al frente del Partido Republicano el perfil de los políticos de este partido se ha movido de un conservadurismo clásico a una ideología más identificada con el presidente electo.

“Parecería que la ideología que algunos llaman trumpismo ha permeado completamente al Partido Republicano, se han perdido ya los principios que esta fuerza política tenía desde el siglo XIX y se han movido a esa supremacía blanca y antiinmigrante dado que Trump se ha comido al partido […] Hay legisladores ya con bastante tiempo en las Cámaras por el Partido Republico, pero parecería que prefirieron alinearse a esta nueva corriente que mantener sus pensamientos y posturas originarias y, aunque hubo algunos políticos que trataron de hacer frente, en la pasada elección la mayoría se inclinó por el trumpismo”, apunta el internacionalista.

El nuevo líder repúblicano en el Senado

Mientras en la Cámara de Representantes Mike Johnson luchará para mantener su puesto a la par de avanzar en la agenda de su partido, en el Senado el líder de la mayoría republicana prometió mantener en pie una regla que puede entorpecer su trabajo legislativo.

En su discurso de confirmación como el nuevo líder de la Cámara Alta, el senador John Thune, representante de Dakota del Sur, juró que “el Senado permanecerá como el Senado” al conservar la regla que requiere una mayoría de 60 votos para aprobar gran parte de sus propuestas.

Martínez Serrano señala que para el inicio de su segundo periodo presidencial, Trump y la mayoría republicana enfocarán esfuerzos en temas migratorios y de seguridad interna y externa, ante lo cual poco podrán hacer los demócratas en la oposición.

“Lo que los demócratas trataron de hacer en la pasada legislatura ahora no (pueden porque no) tienen los números para obstaculizar la autorización de presupuestos o alguna ley. Donde habrían limitantes sería en la aprobación de enmiendas constitucionales, que requiere mayorías que ningún partido tiene”, señala el académico.

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