La primer ministra de Reino Unido, Theresa May, sigue recibiendo golpes por parte del Parlamento de su país debido al Brexit, pues a pesar de que la funcionaria buscaba obtener tiempo extra para resolver el plan de salida con Bruselas, los diputados se encargaron de que no fuera así.
Este jueves, 303 diputados, contra 258, rechazaron la petición de May de obtener dos semanas más para continuar negociando la salida de Reino Unido. Los euroescépticos conservadores, por su parte, expresaron con la abstención su desconfianza hacia el gobierno y su proyecto de Brexit. Por otro lado, los miembros del partido Tory, partidarios de permanecer en la Unión Europea, expresaron que el compromiso de la ministra es insuficiente.
El plan que está negociando May actualmente fue el que el pasado 29 de enero su gobierno autorizó, en el cual modificaron el llamado backstop, la salvaguarda irlandesa. Además, su administración le señaló que debía buscar soluciones alternativas para obtener una salida respetuosa del bloque europeo.
Antes de la votación, el ministro para el Brexit, Stephen Barclay, dedicó su discurso a sus colegas euroescépticos para evitar que llegara a Bruselas cualquier señal de debilitamiento británico. “No hay que demostrar que nuestra determinación flaquea”.
Steve Baker, la mano derecha del líder antieuropeo Jacob Ress-Mogg, dijo que no pueden permitir que los asocien a los conservadores, al rechazar una salida sin acuerdo. Oliver Letwin, uno de los diputados opositores de Baker, confesó que había llegado a la conclusión de que May, la mujer por la que votó, prefiere abandonar la Unión Europea sin un plan bien pensado.
En ese sentido, los conservadores forzaron al gobierno a comprometerse a publicar sus análisis económicos y legales sobre las consecuencias desastrosas que puede provocar un Brexit sin acuerdo.