Máxima tensión en Venezuela

Venezuela se encuentra en estado de excepción y de emergencia económica, lo que le concede al presidente Nicolás Maduro más poderes y cancela las garantías individuales de la población, es el último intento de control del gobierno de una nación que se colapsa.

De igual manera, las Fuerzas Armadas Venezolanas reanudarán, el próximo fin de semana, ejercicios militares, como preparación ante lo que el gobierno califica como un intento de invasión extranjera, además de ser una demostración de poder del régimen.

Así ha sido la respuesta del gobierno de Maduro para intentar contener la crisis política, económica y social que vive Venezuela, mayor control, militarización, ley marcial y la radicalización del Estado.

Maduro se atrinchera y busca blindarse ante las acometidas de una oposición que pide su renuncia. Con estas medidas que se extenderán en un principio por 60 días, el gobierno suspende las garantías constitucionales ante lo que llama un posible golpe de Estado en su contra.

“He decidido aprobar un nuevo decreto que me dé el poder suficiente para derrocar el golpe de Estado, la guerra económica, para estabilizar socialmente nuestro país y para enfrentar todas las amenazas internacionales y nacionales que hay contra nuestra patria en este momento” afirmó Maduro en un anuncio el viernes pasado.

La medida, ha sido considerada por los opositores como una carta libre para el régimen del heredero del chavismo, pues de esta forma, Maduro podría actuar de manera unilateral contra los que considere enemigos de la economía o soberanía de Venezuela.

De igual forma, las medidas podrían tener como objetivo mitigar la ola de protestas que se han suscitado en las últimas semanas en Venezuela, derivadas de las medidas energéticas extraordinarias y la escasez de los productos alimentarios.

Sin embargo, grupos opositores, encabezados por Henrique Capriles, excandidato presidencial, ya han anunciado una gran movilización a nivel nacional, este próximo miércoles, para exigir desbloquear el trámite del proceso revocatorio contra Maduro.

El régimen y la oposición medirán fuerzas este próximo miércoles, en una movilización que se tiene previsto sea masiva, y la respuesta del gobierno podría ser de represión, como ya sucedió en 2014, aunque, con todos los ojos del mundo vueltos hacia Venezuela, y con un Maduro cuestionado, quizá prevalezca la mesura.

En esta ocasión, la situación en Venezuela es aún más delicada. No solo hay una escasez generalizada de alimentos y medicinas, sino que, los pocos que hay son inalcanzables para el grueso de la población.

Una inflación desmedida en los últimos meses, ha ocasionado que el bolívar, la moneda local, pierda día con día su valor, lo que ha ocasionado que los venezolanos hayan visto como decrece alarmantemente su poder adquisitivo.

El propio gobierno ha tenido que emitir medidas extraordinarias para sortear la crisis, primero los cortes energéticos programados en las principales ciudades del país, además de la reducción de la jornada laboral de hasta un 60 por ciento en el sector público.

El petróleo, que por años mantuvo la burbuja del régimen, hoy se mantiene en un mínimo histórico en sus precios, lo que ha agravado la situación económica en Venezuela.

Los pronósticos para el futuro son alarmantes, un decrecimiento económico en los siguientes años, una inflación que podría superar el 500 por ciento al cierre de este año, un creciente descontento social y un rechazo al régimen de Maduro.

Y las nuevas medidas ampliando los poderes de Maduro, coartando las garantías individuales, sitúan a Venezuela al borde de un estallido social ante la inconformidad generalizada de la población.

Todos estos elementos que forman un coctel que podría llevar al régimen chavista a su fin, y confirmar un cambio de tendencia política en Sudamérica, primero Argentina, después Brasil. ¿Será el turno de Venezuela?

Referéndum bloqueado

La vía legal emprendida por los opositores para terminar el mandato de Nicolás Maduro se encuentra en un punto muerto.

Ayer, el vicepresidente venezolano, Aristóbulo Istúriz, aseguró que no tendrá lugar el referendo impulsado por la oposición para terminar el mandato de Maduro por errores en el trámite.

Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral venezolano, que se presume seguiría controlado por Maduro, sigue sin pronunciarse sobre si podría o no realizarse este proceso antes de que termine el año.

Las autoridades electorales venezolanas ya han comenzado esta misma semana a auditar las 1.8 millones de firmas que lograron recabar los opositores y que respaldan el referéndum revocatorio de Nicolás Maduro.

Durante todo el proceso se han dado acusaciones de ambos bandos. Maduro ha acusado a los opositores de intentar dar un golpe de Estado a su gobierno, además de que se ha cuestionado la legitimidad de las firmas.

Los opositores, por su parte, han acusado una persecución política en su contra, además de bloqueo de diversos órganos del gobierno controlados por Maduro,  y ya se han movilizado en días recientes, ante la falta de celeridad en el proceso.

El gobierno se militariza

Un día después del anuncio del estado de excepción, el Presidente Nicolás Maduro ordenaría a la Fuerza Armada Venezolana iniciar ejercicios militares para prepararse para hacer frente a supuestas invasiones extranjeras. Los ejercicios iniciarían el próximo 21 de mayo.

“Le vamos a decir al imperialismo, a la derecha nacional y a Uribe Vélez, aquí está el pueblo con un fusil, con un lanzamisiles, un cañón y un tanque para defender esta tierra”, afirmó el mandatario.

Uno de los argumentos para el inicio de ejercicios militares es una supuesta propuesta del expresidente colombiano Álvaro Uribe para una intervención militar en Venezuela que logre el derrocamiento de Maduro.

Las maniobras militares anunciadas por Maduro ya se habían suscitado en 2015, tras las declaraciones del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en donde señalaba a Venezuela como una amenaza.

Aún con la crisis, el gobierno venezolano ha seguido comprando armamento a los rusos.  La última compra fue de 13 helicópteros militares MI-17 adquiridos por 500 millones de dólares.