Marine Le Pen amenaza con descarrilar el gobierno con el presupuesto 2025
La máxima opositora francesa se enfrenta al gobierno de Emmanuel Macron y Michele Barnier mientras batalla con un juicio en su contra
Pablo AbundizCon un juicio por malversación sobre sus hombros y en espera de un veredicto que la fortalezca o ponga fin a sus aspiraciones presidenciales, la líder de la oposición francesa, Marine Le Pen, tiene en el presupuesto del siguiente año la posibilidad de dar una estocada al gobierno del primer ministro Michele Barnier y el presidente Emmanuel Macron.
Mientras que Barnier y sus aliados tradicionales batallan con una ley de ingresos que plantea reducción de gastos y aumento de impuestos para remediar el déficit fiscal de 60 mil millones de euros, Le Pen continúa un bloqueo legislativo y amenaza con llamar a un voto de no confianza esta misma semana.
Con poco tiempo en sus manos y un gobierno minoritario, el primer ministro intentó hacer concesiones para resolver la crisis que se avecina, y como primer muestra de buena fe, desechó los planes de un aumento a los impuestos de la energía eléctrica con la que el gobierno planeaba recaudar tres mil millones de euros; sin embargo, el líder legislativo del partido de Le Pen, Agrupación Nacional, tomó la victoria en la negociación como punto de partida para otras exigencias.
Le Rassemblement National vient de remporter une victoire en obtenant de Michel Barnier l’annulation de la taxe de 3 milliards d’euros sur l’électricité. Grâce à notre action déterminée, les prix de l’énergie n’augmenteraient pas pour les Français en 2025, si cette promesse est…
— Jordan Bardella (@J_Bardella) November 28, 2024
Para Agrupación Nacional y su dirigencia, el presupuesto del siguiente año no debe incluir aumento de impuestos, renunciar a sus intenciones de modificar la forma en la que los franceses adquieren sus medicamentos y la indexación de pensiones para los trabajadores.
Pese a las presiones de Le Pen y sus aliados, el presupuesto presentado por Barnier es una respuesta a la presión de la Unión Europea por finanzas sanas en sus países miembros.
En opinión de la maestra Norma Soto Castañeda, internacionalista y académica de la Universidad La Salle, los intereses de las fuerzas políticas desechan la posibilidad del gobierno francés para aprobar el presupuesto sin afectar a una gran mayoría ciudadana.
“Las proclividades de los diferentes partidos no se han puesto de acuerdo: muchos de los políticos de derecha están vinculados con intereses empresariales y al incrementar impuestos a empresas y ciudadanos ponen el grito en el cielo. La reducción de gastos frente al aumento de impuestos genera descontento al interior de la Asamblea y, sobre todo, tiene un impacto negativo en la sociedad por el contexto de incertidumbre por las crisis migratorias y guerras, que hace que este presupuesto no sea favorable ante los ojos de los ciudadanos”, anota la especialista.
El déficit fiscal más grande de Europa
La reducción de gastos planteada por el oficialismo francés se da en un contexto en el que la recaudación fiscal no alcanzó las expectativas, lo que provocó un déficit del 6.1 por ciento del PIB, uno de los más altos entre los países europeos y el doble de la meta impuesta por el club de los 27. El gobierno de Macron ha declarado que harán concesiones limitadas para lograr reducir la deuda al cinco por ciento del PIB; de no implementar ningún cambio, el déficit podría llegar al siete por ciento.
La maestra Soto Castañeda señala que de no aprobarse el presupuesto y continuar con el aumento del déficit, los riesgos para Francia no serían abstractos sino palpables en los servicios de los que los franceses dependen y a los cuales se han acostumbrado.
“Si no llegase a aprobarse, tiene impactos negativos para toda la sociedad. El incremento de impuestos afecta el ingreso de los ciudadanos y limita su capacidad de adquirir bienes y servicios, en materia macroeconómica entra menos inversión al país y políticamente resta presencia a los líderes; de cualquier ángulo en el que se vea, queda mal el gobierno actual de Barnier y Macron, que tienen que buscar una nueva alternativa para reducir el déficit”, comenta la académica.
Marine Le Pen negocia con el gobierno
Sin la cooperación de los partidos de izquierda, que consideran que el presupuesto es “el plan de austeridad más violento que el país haya visto”, el gobierno de Macron se encuentra a merced de Le Pen, quien puso de ultimatum este lunes para llegar a un acuerdo con Barnier o llamar a un voto de no confianza.
Acorralados en las negociaciones con sus rivales políticos, el primer ministro no se encuentra en condiciones de sobrevivir las votaciones que lo verían perder el control del gobierno, pues con tan solo 212 de los 577 diputados en la Asamblea, tampoco pueden depender de los partidos de izquierda para sobrevivir la moción.
Ce grossier mensonge n’est pas digne du gouvernement.
Les propositions d’économies réclamées : taxation des rachats d’actions à 15 %, augmentation de la TTF à 0,5 %, baisse de l’aide publique au développement, baisse de 20 % du budget des innombrables agences et organismes… https://t.co/Oz49ldl2ZG
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) November 29, 2024
Aunado a ello, la mayoría de la población francesa rechaza el aumento de sus contribuciones que plantea recortes a la seguridad social y a los servicios proveídos por el Estado. Una encuesta publicada el pasado jueves pasado, revela que 67 por ciento de los franceses está en contra del presupuesto de Barnier y 53 por ciento quiere que caiga su gobierno. Otro ejercicio demoscópico indica que 63 por ciento de los encuestados considera que Macron debería renunciar si cae el gobierno de Barnier.
“Si ella (Le Pen) genera el voto de desconfianza, el gobierno de Barnier se vendría abajo; pero esto lo podemos ver desde dos ángulos: el primero, como una cuestión de reorganización democrática en la cual si no se está de acuerdo con las decisiones se puede generar un vuelco que genere nuevas disposiciones; y el segundo, es que sea visto como una mala decisión”, añade la especialista.
Si el gobierno de Barnier cae, el daño a las finanzas francesas impactaría aún más los mercados financieros, que en estos momentos experimentan su peor momento desde 2012; el pasado jueves el interés de los bonos franceses se elevó por encima de los griegos en respuesta a la crisis política que se vaticina.
Pese a los problemas en los que se encuentra el gobierno, las acusaciones que pesan sobre Le Pen en el juicio de malversación de fondos le quita margen de maniobra a la política de extrema derecha. La posibilidad de que en marzo sea inhabilitada a postularse por la presidencia del país pone en riesgo no solo sus ambiciones personales sino también el futuro de su movimiento político.
“Sus votantes buscarían un candidato de centro derecha, aunque muchos de ellos pudieran verla como una alternativa viable, otros permanecerían en la extrema derecha y muy pocos verían a la izquierda como una opción. Ella sabe que perdería muchos adeptos, pero que su fuerza alcanza para apoyar a un nuevo candidato por los esfuerzos que han hecho en este tiempo”, finaliza Soto Castañeda.