Maduro resultó muy verde

En un país quebrado e hipotecado, el presidente Nicolás Maduro se ahoga en problemas. Ha cometido tantos errores durante las protestas que los recursos para salvarse se agotaron, no tiene dónde agarrarse. 

Mientras que los ciudadanos siguen en las calles pidiendo un cambio, el chavismo empieza a perder seguidores en sus filas. 

“Hay un hartazgo de la corrupción, la incompetencia del Gobierno y la injerencia del Gobierno cubano”, aseveró el sociólogo venezolano Francisco Coello a Reporte Indigo.

Andrea B. Assunto Andrea B. Assunto Publicado el
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Muertes violentas en Siria
"Si la oposición recibe apoyo del exterior, es porque eso pasa en todas las guerras políticas"

En un país quebrado e hipotecado, el presidente Nicolás Maduro se ahoga en problemas. Ha cometido tantos errores durante las protestas que los recursos para salvarse se agotaron, no tiene dónde agarrarse. 

Mientras que los ciudadanos siguen en las calles pidiendo un cambio, el chavismo empieza a perder seguidores en sus filas. 

“Hay un hartazgo de la corrupción, la incompetencia del Gobierno y la injerencia del Gobierno cubano”, aseveró el sociólogo venezolano Francisco Coello a Reporte Indigo.

Estos problemas se han acumulado desde que inició Hugo Chávez su mandato. No hay productos básicos, la violencia alcanzó los 25 mil homicidios al año, según el Observatorio Venezolano de Violencia, existe un exceso de corrupción y hay censura e intolerancia por parte del oficialismo. 

Y esta división entre los venezolanos es uno de los principales motivos de la violencia actual en el país. Dos bloques que no logran convivir en la misma nación debido a las tendencias separatistas del fallecido comandante. 

“Desde luego Chávez utilizó todo su liderazgo para vender un modelo político inviable y promover el enfrentamiento de clases, en algunos momentos con sesgos de xenofobia (los venezolanos vinculados a la gran inmigración de portugueses, españoles e italianos) y en otros casos con abiertas simpatías hacia el antisemitismo”, añadió Coello. 

Pero ahora el país llegó a una encrucijada: la oposición no cederá y el Gobierno no cesará la represión. 

Carrera de resistencia, no de velocidad

Después de un mes de violencia, balas y protestas los venezolanos opositores se preguntan si están haciendo lo correcto, si deben continuar con su lucha. 

En entrevista exclusiva con Reporte Indigo el especialista en política pública Juan Carlos Centeno expone el posible escenario que pondría fin al conflicto venezolano. 

“Yo creo que Maduro tiene que salir. No significa que vaya a hacerlo porque tienen un mes manifestando o porque hay esta ola de manifestaciones y apoyos internacionales, de ciudadanos propios y del mundo. Esto más que una carrera de velocidad es una carrera de resistencia, hay que aguantar por delante varios meses… esto se puede llevar el año”, afirmó el también sociólogo venezolano. 

Y además de las manifestaciones, que van a seguir sumando muertes porque el Gobierno se “tiene que poner más represivo”, factores como el apoyo de Estados Unidos (EU), la expansión de la situación a través de los medios, los pronunciamientos de líderes internacionales y hacer del problema uno con carácter público e internacional, le pondrán al Gobierno el punto final. 

“El problema es que la gente se agote. Que la desilusión y la decepción sean tan grandes que se regresen a sus casas. Si esto pasada es un borrón y cuenta nueva”, agregó Centeno.

Pero aunque las protestas son un factor para que la oposición logre su meta, no tienen el peso suficiente para alejar a Nicolás Maduro del poder. 

“La solución no está en un solo factor, los movimientos de protesta de estos días son un elemento importante que debe poner a reflexionar al Gobierno y a la oposición, pero deben incorporarse  los partidos políticos, la Iglesia católica y los demás grupos religiosos, la universidades, ONG’S, estudiantes, empresarios, sindicatos y también la mediación internacional”, dijo a Reporte Indigo el sociólogo Francisco Coello.

Sin embargo, Coello propone varios pasos que podría seguir el Gobierno como una alternativa al derrocamiento del presidente.

“(Se debe) liberar a los presos políticos, a los estudiantes detenidos e investigar las denuncias de violación de los derechos humanos, retomar a la Asamblea Nacional como el espacio natural e institucional para canalizar el debate y la negociación (es decir la política) y que el Gobierno fije un cronograma de trabajo con sindicatos y empresarios para tomar medidas inmediatas en materia económica y social”. 

Por su parte, Centeno asegura que Nicolás Maduro no tiene escapatoria. “Ya no hay más nada qué hacer. No hay dinero, ya aplicaron una devaluación, no hay pasajes, no hay dólares”. 

‘El cargo le quedó grande’

Por encima de los problemas que se encuentran a la vista, la situación empeoró en Venezuela después de la muerte de Chávez. Lo que apunta a que Nicolás Maduro no supo manejar el poder, “el cargo le quedó grande, el Gobierno le quedó grande”, dice Juan Carlos Centeno que afirman algunos chavistas en Venezuela. 

“Chávez era un tipo inteligente y Maduro es un hombre de pocas luces. A eso hay que aunarle que no es carismático. El problema central es un problema de legitimidad. Y la gente de la calle tiene problema es con la ilegitimidad de Maduro, independientemente de lo que haya dicho el Centro Nacional Electoral (CNE). Desde (que su postulación fue) un dedazo que tiró el presidente Chávez hasta unas elecciones que fueron cuestionadas. No se puede gobernar un país con una diferencia tan chiquita entre dos candidatos”, concluyó Centeno.

Réplicas en el exterior

Los gobiernos de América Latina fueron criticados por abandonar a Venezuela en el conflicto. Ahora los temores de los mandatarios salen a la luz con las protestas que reventaron en Argentina

“Chávez tiraba una línea y toda la izquierda en América Latina le seguía, pero ahora se le ven las costuras de la represión en Venezuela. Mientras más se quite la careta peor le va a ir con la comunidad internacional”, apuntó Juan Carlos Centeno a Reporte Indigo. 

 Ahora, ante la violencia que vive el país, las naciones vecinas se han mantenido al margen de la situación. Pero los que sí han expresado su condena hacia los actos de violación de derechos humanos le “calan mucho al Gobierno (…). No estamos solos en el mundo y no somos Cuba”, aseguró el experto en política pública. 

Y los países que tienen estrecha relación con el chavismo, han manejado sus cartas con delicadeza. Quizás por miedo a una réplica o por estrategia.

Por una parte, “Brasil la ha jugado muy bien, quiere entrar a la mediación. Es de las mejores cancillerías del mundo, ellos hacen el jogo bonito porque bailan la samba, queda todo bonito y nadie se da cuenta de lo que está pasando. Ellos están en la mejor disposición en la cual ellos intervengan y queden bien con Dios y con el diablo”, agregó.

Para Cristina Fernández de Kirchner, sin embargo, el juego no ha sido bonito. Al inicio de las manifestaciones la mandataria argentina se pronunció en apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro, pero ahora le toca sufrir las réplicas en su nación. 

Los trabajadores portuarios, agricultores y maestros han salido a las calles de Buenos Aires por la inflación, los salarios y los precios de la gasolina. Bloquearon los accesos y suspendieron las clases en un periodo que suma ya los siete días. Incluso, ayer, un conductor en una moto “recibió un puñetazo y cayó desde el puente a una distancia de 1,5 metros hasta la rampa de acceso”, informó El País.

A esto, la presidenta Cristina Fernández reaccionó con una actitud que ha sido condenada por la oposición. 

“Vamos a tener que sacar alguna normativa de respeto a la convivencia ciudadana, porque no puede ser… No puede ser que diez personas te corten una calle, por más razones atendibles que tengan. No puede ser. Y que no pase nada”, dijo la mandataria argentina. 

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