Maduro alza la voz contra Estados Unidos

Nicolás Maduro hizo un llamado de emergencia energética luego de que Estados Unidos le impusiera sanciones a la petrolera Rosneft, la cual le ayudaba a comercializar la mayor parte de su crudo. Pocos países latinoaméricanos podrían escuchar su llamado, debido a la falta de confianza que les ha generado
Viviana Bran Viviana Bran Publicado el
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El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, llegó a su límite y alzó la voz en contra del gobierno de Estados Unidos, luego de que el mandatario de ese país, Donald Trump, impusiera sanciones a la petrolera rusa Rosneft Trading y a su representante, Didier Casimiro, por comerciar más de la mitad del petróleo que sale de la nación venezolana.

Tras el anuncio, Maduro declaró en emergencia energética a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) por considerar que la medida estadounidense era parte de una nueva agresión para generar sufrimiento, dificultades y bloquear la capacidad de Venezuela de producir y vender el petróleo que desde siempre ha sido la columna vertebral que les ayuda a generar mayores ganancias.

“Declaro la emergencia energética de la industria de hidrocarburos a fines de adoptar medidas urgentes y necesarias para protegerla (a la PDVSA) de una agresión imperialista. Estoy poniendo todo el poder del Estado, del gobierno y de la nación para entrarle con todo”, declaró Maduro.

La acusación del gobierno estadounidense tuvo lugar a principios de año, cuando detectaron que la petrolera rusa facilitaba el envío de un cargamento de dos millones de barriles de crudo venezolano a África occidental.

También, destacaron que Rosneft adquirió parte de PDVSA al hacer uso de varios campos de crudo, entre los cuáles se encontraban Petromonagas, del cual utilizaban el 40 por ciento de su capacidad, de Petromiranda, un 32 por ciento, Petropeijá un 40 por ciento, Boquerón un 26.6 por ciento, Petrovictoria un 40 por ciento y de Junín más del 30 por ciento.

En el último trimestre de 2018, Venezuela le otorgó a Rosneft la licencia para la explotación del 100 por ciento de dos campos gasíferos: Mejillones y Patao. Asimismo, le entregó garantía del 49.9 por ciento de Citgo Petroleum a cambio de un préstamo de mil 500 millones de dólares, reveló el gobierno de Estados Unidos.

Tras lo anterior y con la intención de contrarrestar el golpe de Donald Trump, el mandatario venezolano adelantó que se creará una comisión de carácter plenipotenciario para la defensa y reestructuración de la industria petrolera, la cual tendrá entre sus integrantes al jefe de las Fuerzas Armadas, Vladimir Padrino. Hasta el momento, esa es la única información con la que se cuenta, pues no ha dado a conocer más detalles sobre el cómo o cuándo comenzará a funcionar.

Raymundo Tenorio Aguilar, profesor emérito del Tecnológico de Monterrey, explica que la imposición de esta medida a Rosneft es parte de una serie de mensajes políticos que Estados Unidos está lanzando no solo en contra de Venezuela, sino a las corporaciones energéticas de diversos países que tienen un vínculo con Maduro para que le retiren su apoyo bajo la amenaza de que también serán sancionados.

Asimismo, comenta que este conflicto no tardará mucho tiempo en subir de tono, pues Venezuela, comienza a vivir el 2020 con una menor entrada de ingresos por la venta de petróleo, lo cual afectará a las finanzas públicas que utiliza para el paquete de programas sociales y subsidios que se requieren al interior del país.

“Es muy complicado que las peticiones de Maduro sean escuchadas por la falta de confianza que ha generado en el vecindario. Argentina era uno de los países de los que se podría esperar el apoyo, sin embargo, está muy ocupado resolviendo su situación con el Fondo Monetario Internacional para renegociar su deuda externa, en Bolivia tampoco puede pensar, ya que Evo Morales no está. Uruguayos y paraguayos no le dan nada de apoyo político a Venezuela y en Ecuador, Lenin Moreno también le ha pegado duro a los pro-venezolanos”, detalla el catedrático.

Argentina, Bolivia, Paraguay, Ecuador y Uruguay son parte de los países que han puesto en duda la confianza que tenían en Venezuela

El resultado de las sanciones a Maduro

El presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional de Venezuela, Carlos Paparoni, luego de las medidas impuestas por el gobierno estadounidense, informó que Rosneft perdió cerca de tres mil 500 millones de dólares en tan solo dos horas.

“A colaboradores de Maduro, veánse en este espejo: hace dos horas Rosneft valía 77.6 billones de dólares. Después de las sanciones sus acciones cayeron. La cuenta es sencilla: 77.6 (valor) *4.5 por ciento (la caída) es igual a tres mil 492 billones de dólares”, escribió Paparoni en su cuenta de Twitter.

De ahora en adelante, las sanciones estadounidenses a Rosneft amenazan con afectar la capacidad de Venezuela para exportar petróleo, lo que sofoca la principal fuente de efectivo para el régimen de Nicolás Maduro. Esta petrolera representó aproximadamente la mitad de los 874 mil 649 barriles diarios del país latinoamericano en enero, revelaron informes de Bloomberg.

Por su parte, el gobierno de Rusia criticó la ampliación de medidas coercitivas de Estados Unidos contra Rosneft Trading.

“Dichas restricciones, que consideramos ilegítimas desde el punto de vista del derecho internacional, de ninguna manera pueden afectar nuestras relaciones bilaterales con Venezuela, por el contrario, se están desarrollando y continuarán desarrollándose”, dijo el secretario de Prensa de la nación rusa, Dmitri Peskov.

Andrés Camino, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, comparte que detrás de las imposiciones de Donald Trump se encuentra el hecho de que no reconoce a Nicolás Maduro como presidente legitimo de Venezuela, sino a Juan Guaidó, y también que están de por medio las elecciones presidenciales en Estados Unidos este año y tiene que tomar decisiones que le hagan tener mayoría a su favor.

“Lo que Trump busca es el flujo comercial de la exportación de crudo venezolano a través de Rosneft, la quiere asociar económicamente y ocuparla como su principal cliente, mientras que Maduro trata de recuperar el control nacional de PDVSA para evitar que Estados Unidos y Guaidó estén a cargo”.

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