Los rohingyas: datos para entender la violencia descrita como “limpieza étnica”

En poco más de un mes, más de 500 mil rohingyas han huido de Myanmar a la vecina Bangladesh. Se están recibiendo incontables denuncias de homicidios perpetrados por las fuerzas de seguridad de Myanmar y las imágenes captadas por satélite indican que pueblos enteros han sido incendiados, de acuerdo con Amnistía Internacional. El video tomado […]

En poco más de un mes, más de 500 mil rohingyas han huido de Myanmar a la vecina Bangladesh. Se están recibiendo incontables denuncias de homicidios perpetrados por las fuerzas de seguridad de Myanmar y las imágenes captadas por satélite indican que pueblos enteros han sido incendiados, de acuerdo con Amnistía Internacional.

El video tomado el lunes por ACNUR muestra a miles y miles de personas avanzando por una estrecha franja de tierra junto a lo que parece un arroyo crecido en la zona de Palong Khali, en el sur de Bangladesh. La fila de refugiados en el video se extiende unos pocos kilómetros.

La nueva oleada de refugiados comenzó durante el fin de semana, según testigos. Un fotógrafo vio el martes a miles de recién llegados a lo largo de varios kilómetros cerca de un paso fronterizo. Varios dijeron que guardias fronterizos de Bangladesh les habían dado el alto y que habían pasado la noche en embarrados arrozales.

La ONU ha descrito la violencia en el estado birmano de Rakhine como una “limpieza étnica de manual”.

AP

1.- Las raíces históricas -y la escalada- de la crisis son importantes

La situación en el estado de Rakhine, Myanmar fue terrible para la minoría rohingya perseguida mucho antes de la escalada de violencia más reciente. Las raíces profundas y duraderas de la crisis giran en torno a una gama más amplia de cuestiones históricas, políticas, sociales y económicas. En 1982, el Gobierno de Myanmar aprobó una ley sobre ciudadanía que excluía a los rohingya de la lista de reconocidos grupos étnicos nacionales, de acuerdo con el Instituto de Desarrollo Internacional (ODI).

17 de septiembre de 2017, musulmanes rohingya llegados de Myanmar a Bangladesh esperan su turno para recoger productos de higiene. AP.

2.- Los países vecinos se hacen de “la vista gorda”

Décadas de persecución han obligado a cientos de miles de rohingya a buscar asilo en países vecinos, como Bangladesh y Malasia. Bangladesh y Malasia han sido anfitriones intransigentes y restrictivos, su reticencia se debe a una serie de cuestiones históricas y contemporáneas, explica la ODI.

AP.

3.- La comunidad internacional debe responsabilizar a Myanmar

Muchas críticas internacionales han sido dirigidas a la luminaria Aung San Suu Kyi. Algunos sugieren que esta crítica está mal dirigida, debido a severas limitaciones políticas y estructurales. Sin embargo, ella ocupa una posición de poder y liderazgo moral, y se ha perdido muchas oportunidades para abordar la persecución de los Rohingya.

AP

4.- Lo que suceda a continuación dependerá de quién muestre liderazgo

A mediano y largo plazo, el Gobierno de Myanmar deberá trabajar para establecer vías de ciudadanía para los Rohingya apátridas, asegurando que no haya impunidad para los perpetradores de violencia, y que todas las víctimas tengan acceso a la justicia. La ausencia de esto socavará las perspectivas de reconciliación.

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