Los niños del terremoto, la vida tras el desastre en Turquía

Tras los terremotos en Turquía fallecieron más de 50 mil personas y más de 2,5 millones de niños fueron afectados
Silvana Flores Silvana Flores Publicado el
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Un grupo de niños y niñas consiguieron un balón de fútbol. Sus porterías están formadas por las cuerdas que atan sus casas de campaña. Cerca de ellos hay dos estadios, uno de ellos de basquetbol, el cual sirvió unos días como albergue temporal hasta que las autoridades de la Agencia Turca de Gestión de Desastres (AFAD) colocó cintas amarillas para prohibir el paso ante un posible derrumbe por el sismo de la noche anterior, registrado a una semana del 6 de febrero cuando dos terremotos dejaron una ciudad fantasma en la provincia de Hatay, Turquía.

Los niños no paran de correr entre las casas de campaña del campamento de la AFAD, algunas niñas traen diademas de cartón, otras muñecas tipo Barbie y algunas comparten peluches. Eran las cuatro de la madrugada cuando un primer temblor de 7,8 en la escala de Richter despertó a los habitantes del Sur de Turquía y la frontera con Siria. El epicentro fue en la provincia de Gaziantep. Pasado medio día, la tierra volvió a cimbrar, esta vez con origen en Kahramanmaras con una escala de 7,5.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), las infancias tienen patrones similares; sin embargo, cada una de ellas depende de su tipo de interacción social. En México, cada 30 de abril se festeja el día del niño, fecha que, de acuerdo a los propósitos de la Organización Naciones Unidas (ONU), busca concientizar sobre las necesidades y los derechos de los niños. Está fecha fue declarada después de la Primera Guerra Mundial cuando se hizo conciencia sobre los peligros que enfrenta la niñez en situaciones de ayuda humanitaria o en general.

En los restos de las viviendas de Hatay hay cientos de memorias: zapatos, fotografías, libros y juguetes; objetos que identifican a quienes vivieron ahí. Entre concreto, varillas y polvo, un Bob Esponja de peluche se asoma como un recuerdo más del sismo. Foto: Especial
En los restos de las viviendas de Hatay hay cientos de memorias: zapatos, fotografías, libros y juguetes; objetos que identifican a quienes vivieron ahí. Entre concreto, varillas y polvo, un Bob Esponja de peluche se asoma como un recuerdo más del sismo. Foto: Silvana Flores
Han pasado casi tres meses desde que el desastre natural cambió las vidas de población al sur de Turquía y el norte de Siria. Desde entonces, diferentes organizaciones mundiales han advertido sobre la importancia del apoyo psicosocial y de los servicios sociales para los niños y niñas afectados. Foto: Silvana Flores
Han pasado casi tres meses desde que el desastre natural cambió las vidas de población al sur de Turquía y el norte de Siria. Desde entonces, diferentes organizaciones mundiales han advertido sobre la importancia del apoyo psicosocial y de los servicios sociales para los niños y niñas afectados. Foto: Silvana Flores
Las áreas de juego de los niños se convirtieron en hogares temporales y sus casas de campaña en el gran patio de juegos. Una mujer que vive en el campamento, comparte que han sido sus hijos quienes las han mantenido con la fuerza suficiente para no derrumbarse ante la pérdida de su hogar. Foto: Silvana Flores
Las áreas de juego de los niños se convirtieron en hogares temporales y sus casas de campaña en el gran patio de juegos. Una mujer que vive en el campamento, comparte que han sido sus hijos quienes las han mantenido con la fuerza suficiente para no derrumbarse ante la pérdida de su hogar. Foto: Silvana Flores
Durante la emergencia humanitaria, grupos de rescate de diferentes países acudieron para cooperar en la acciones de búsqueda y rescate de cuerpos, tal es el caso del grupo de Topos BR-19, quienes además de participar en la parte operativa, compartieron momentos de asistencia médica y juegos con las infancias y familias. Foto: Silvana Flores
Durante la emergencia humanitaria, grupos de rescate de diferentes países acudieron para cooperar en la acciones de búsqueda y rescate de cuerpos, tal es el caso del grupo de Topos BR-19, quienes además de participar en la parte operativa, compartieron momentos de asistencia médica y juegos con las infancias y familias. Foto: Silvana Flores
De acuerdo con los balances de la AFAD, tras los terremotos en Turquía fallecieron más de 50 mil personas; adultos jóvenes y mayores, adolescentes e infancias. Según cifras de la UNICEF, más de 2,5 millones de niños fueron afectados por estos hechos. En Hatay, una de las 10 provincias de Turquía donde el daño fue considerado grave, fueron colocadas carpas de vivienda provisionales que niños intervinieron con dibujos y mensajes como: “Cada nuevo día comienza con nuevas esperanzas”, se lee en turco. Foto: Silvana Flores
De acuerdo con los balances de la AFAD, tras los terremotos en Turquía fallecieron más de 50 mil personas; adultos jóvenes y mayores, adolescentes e infancias. Según cifras de la UNICEF, más de 2,5 millones de niños fueron afectados por estos hechos. En Hatay, una de las 10 provincias de Turquía donde el daño fue considerado grave, fueron colocadas carpas de vivienda provisionales que niños intervinieron con dibujos y mensajes como: “Cada nuevo día comienza con nuevas esperanzas”, se lee en turco. Foto: Silvana Flores
Una semana después del terremoto, un nuevo sismo de más de seis grados en la escala Richter alcanzó a los anteriores. Algunos de los niños del campamento de refugiados estaban jugando fútbol cuando vieron cómo todo quedó en absoluta oscuridad; un fuerte jalón los derribó. Una de las niñas del campamento dice haber pensado que la tierra iba abrirse. Foto: Silvana Flores
Una semana después del terremoto, un nuevo sismo de más de seis grados en la escala Richter alcanzó a los anteriores. Algunos de los niños del campamento de refugiados estaban jugando fútbol cuando vieron cómo todo quedó en absoluta oscuridad; un fuerte jalón los derribó. Una de las niñas del campamento dice haber pensado que la tierra iba abrirse. Foto: Silvana Flores
“Tengo a mi familia aquí, estoy feliz”, comparte un niño que vive junto con su familia en una carpa a lado de su casa, la cual se observa con paredes derrumbadas. Su abuela agrega que no quiere dejar su hogar por miedo a perderlo todo. Foto: Silvana Flores
“Tengo a mi familia aquí, estoy feliz”, comparte un niño que vive junto con su familia en una carpa a lado de su casa, la cual se observa con paredes derrumbadas. Su abuela agrega que no quiere dejar su hogar por miedo a perderlo todo. Foto: Silvana Flores
Aunque no existe una cifra oficial de cuántos infantes perdieron a sus padres, se estima que cientos de niños quedaron en la orfandad tras el sismo. De acuerdo con la BBC, hasta una semana después del sismo había hasta más de 250 niños sin identificar. Foto: Silvana Flores
Aunque no existe una cifra oficial de cuántos infantes perdieron a sus padres, se estima que cientos de niños quedaron en la orfandad tras el sismo. De acuerdo con la BBC, hasta una semana después del sismo había hasta más de 250 niños sin identificar. Foto: Silvana Flores
Un grupo de niñas convive durante la tarde en su casa de campaña, juegan y enseñan a pronunciar sus nombres a un equipo de rescate de México. Foto: Silvana Flores
Un grupo de niñas convive durante la tarde en su casa de campaña, juegan y enseñan a pronunciar sus nombres a un equipo de rescate de México. Foto: Silvana Flores
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