Los masones están una vez más en el ojo del huracán en Reino Unido, luego que el diario The Guardian informó a inicios del mes sobre la existencia de dos logias integradas por políticos y periodistas que operaban en secreto en el Parlamento de Westminster.
El tema fue más allá una vez que el presidente de la principal asociación sindical de las policías de Inglaterra denunció que los masones dentro del Parlamente bloquean las reformas que eliminarían las desigualdades que sufren, las mujeres, lo negros y otras minorías.
The Guardian señaló que el nombre de las logias son New Welcome Lodge y Gallery Lodge, las cuales tienen el objetivo de reclutar legisladores y miembros de la prensa, respectivamente, para operar a favor de los intereses masones.
Por su parte, The United Grand Lodge of England (UGLE) ha señalado que ningún miembro del parlamento o de los periodistas que cubren en el lugar forman parte de dichas logias. Sin embargo, ha confirmado que varios parlamentarios son francmasones.
Las revelaciones de The Guardian despertaron las teorías de conspiración y acusaciones contra los masones por presuntamente influir de manera secreta en las decisiones clave de distintos países de Europa y América.
Llama la atención que las logias siempre hayan actuado como sociedades secretas y ahora el director de la UGLE diga a los cuatro vientos “no somos una sociedad secreta’; además ha calificado como una tontería la denuncia sobre el supuesto bloqueo a reformas que beneficiarían a la población.
Y no sólo esto, Staples ha anunciado que la masonería inglesa llevará a cabo una serie de jornadas de puertas abierta para responder las preguntas de la sociedad británica sobre la naturaleza y funcionamiento de The United Grand Lodge of England.
De hecho, The Guardian fue obligado a aclarar que las logias no operan de manera secreta o encubierta o que estas organizaciones tengan entre sus filas a legisladores o periodistas en activo, pues es bien conocida la existencia de estas organizaciones.
Originalmente, la masonería no se maneja como una sociedad secreta, sino discreta que guarda secretos entre sus miembros, por ejemplo, la manera de reconocer a otros masones e información sobre problemas específicos de cada región.
En un inicio, las mujeres no podían ingresar a la masonería, pues su posición económica y social no les permitía ser tomadas en cuenta. Sin embargo, con el paso del tiempo algunas ciudadanas crearon sus propias logias en las que excluyeron la presencia de los caballeros; otras más se conformaron de manera mixta.
Distintos historiadores han señalado que la masonería en México surgió oficialmente con la independencia del Primer Imperio mexicano en 1821. Sin embargo, las logias llegaron al México colonial en la segunda mitad del XVIII de la mano de emigrantes franceses en la capital.
Para varios masones, notas como la The Guardian sobre contribuyen al desprestigio y la leyenda negra de la masonería.