Los franceses fueron los primeros en incluir el divorcio en su Código Civil en el año 1804. Casi dos siglos más tarde, en los años 60, se granjearon la fama de estar a la vanguardia de la liberación sexual. Sin embargo, hoy aún tienen tareas pendientes en lo que concierne a la garantía de derechos civiles vinculados con la sexualidad.
Y es que la ley del matrimonio homosexual, que el presidente socialista François Hollande había prometido en su programa electoral y que confiaba poder aprobar sin muchos obstáculos después de obtener una sólida mayoría en primavera, tendrá que esperar.
Como consecuencia de la presión conservadora ejercida a través de movilizaciones de opositores y de líderes religiosos, el presidente ha decidido aplazar la presentación del borrador de la reforma y programar vistas parlamentarias más largas, según informó la agencia Reuters.
Junto con el aplazamiento de la aprobación de esa ley, también se ha dejado de lado la cuestión de la procreación asistida para parejas conformadas por personas del mismo sexo, un tema que genera mucha polémica en el país.
El grupo InterLGTB (lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero), tras conocer la noticia, acusó a Hollande de dar marcha atrás en sus propuestas.
Un responsable en un debate sobre paternidad gay en la ciudad de Nantes expresó a la agencia su decepción: “Pensamos que íbamos a conseguir todo de un gobierno de izquierdas. Aún hay muchas peleas que lidiar”.
Tampoco pueden donar
Además de todo esto, queda pendiente la derogación de una ley que impide a la comunidad homosexual donar sangre. La ministra de sanidad francesa, Marisol Touraine, anunció el pasado 15 de junio, Día Mundial del Donante de Sangre, que revisarían esa política.
Aunque la medida se impuso debido a las recomendaciones hechas por la Organización Mundial de la Salud después de revisar estudios epidemiológicos que muestran que el mayor porcentaje de portadores de VIH aún se encuentra entre la comunidad homosexual, lo cierto es que, como recordó la ministra, “la mulitplicidad de relaciones y parejas es un factor de riesgo, sea cual sea la orientación sexual”.
Por eso, realmente, para evitar cualquier tipo de riesgo con las donaciones, lo único efectivo sería solicitar una prueba de VIH a cualquier potencial donante, al margen de su orientación sexual.
