Llamó desde Roma a su repartidor

Daniel Del Regno, repartidor de periódicos en Buenos Aires, llevaba un mes extrañando a uno de sus clientes más fieles.

Y es que, por obvias razones, desde que Jorge Mario Bergoglio partió a la Santa Sede para participar en el cónclave, ya no volvió a su puesto de diarios favorito, ubicado frente a la Plaza de Mayo en la capital argentina.

Fue hasta hace dos días cuando él y su padre Luis recibieron una sorpresiva llamada. Del otro lado de la línea se escuchó la voz del nuevo Papa Francisco.  

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"(Cuando partió) Le dije: ‘Jorge, ¿vas a agarrar la batuta?’, y él contestó: ‘Eso es un fierro caliente, nos vemos en 20 días, vos seguí tirando el diario’"
Daniel del RegnoRepartidor en Buenos Aires

Daniel Del Regno, repartidor de periódicos en Buenos Aires, llevaba un mes extrañando a uno de sus clientes más fieles.

Y es que, por obvias razones, desde que Jorge Mario Bergoglio partió a la Santa Sede para participar en el cónclave, ya no volvió a su puesto de diarios favorito, ubicado frente a la Plaza de Mayo en la capital argentina.

Fue hasta hace dos días cuando él y su padre Luis recibieron una sorpresiva llamada. Del otro lado de la línea se escuchó la voz del nuevo Papa Francisco.  

Según narró a La Nación, la conversación inició así: “Hola, Daniel, habla el cardenal Jorge”. A lo que incrédulo contestó: “Dale, Mariano, no seas boludo”, pensando que era un amigo que estaba enterado que el exarzobispo compraba ahí el periódico y que quería jugarle una broma tras la noticia del nuevo pontífice.

“En serio, soy Jorge Bergoglio, te estoy llamando desde Roma”, insistió el Papa. 

La llamada era para saludarlos, agradecerles su servicio y decirles que no le llevaran más el diario “porque no iba a estar más”.

“Hablamos de un detalle, que fue que hace un mes, cuando partió, sabíamos del viaje (…) Y bueno, después… Es historia conocida”, contó Daniel, quien asegura rompió en llanto cuando supo que se trataba del ahora máximo líder de la Iglesia Católica.

Todos los días, en punto de las 5:30 horas, Bergoglio pasaba a recoger el periódico al puesto de los Del Regno. 

“Los domingos, a las 5:30, él pasaba por el kiosco, compraba LA NACION, charlaba unos diez minutos y se tomaba el colectivo 28 para ir a Lugano a dar mate cocido a chicos, a gente enferma”, contó Luis (el padre de Daniel, y dueño del puesto) al medio argentino. 

Finalmente, no se quedaron con las ganas de saber si el Papa, mismo que en junio bautizó al nieto del repartidor, visitará Argentina pronto.

“Le pregunté si existía la posibilidad de verlo de vuelta alguna vez. Me dijo que de acá a un tiempo eso va a ser muy complicado, pero que siempre iba a estar presente”, le contestó Francisco, pidiéndole que rezara por él.

El repartidor lo calificó como “tan sencillo” y “un tipo único”.

Bergoglio ante la justicia 

Un video del 8 noviembre de 2010, difundido en exclusiva por El Clarín, ha tenido alto impacto a nivel internacional en las últimas horas.

Bergoglio aparece declarando como testigo por el secuestro en 1976 de los curas jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics y, según el diario, “cuenta cómo se juntó con Videla y Massera para interceder”.

El Papa ha sido criticado por no defender lo suficiente a los jesuitas durante la dictadura.

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