Un hombre de Inglaterra fue sentenciado a 16 años de prisión por contratar a atacantes para rociar a su hijo de tres años con ácido corrosivo, como parte de un plan para fabricar evidencias que demostraran que la madre del menor no es apta para cuidar al niño y así obtener la custodia.
El juez Robert Juckes dijo que los convictos cometieron un crimen “monstruoso” que fue planeado y llevado a cabo cuidadosamente.
El jurado halló culpable al hombre de 40 años y otros cinco de asociación ilícita para “quemar, mutilar o desfigurar” al menor. El niño sufrió heridas graves en la cara y un brazo por el ácido sulfúrico que le echaron en una tienda en julio.
Fiscales sostienen que el convicto quería ver más a su hijo y organizó el plan para fabricar las evidencias.
Los otros convictos fueron sentenciados a entre 12 y 14 años de prisión. Uno de los acusados fue absuelto.
En una carta que se leyó en corte, la madre del menor dijo que estará en grave peligro cuando su ex salga de prisión.