El proyecto de ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo no fue aprobado en Argentina, pero el debate sobre este tema logró evidenciar que algunas leyes que regulan el aborto en Latinoamérica fueron creadas hace más de 30 años.
Por ejemplo, el Senado argentino dejó a su país con una ley sobre el aborto que data de 1921, es decir, el país sudamericano se rige en la actualidad por una norma que fue promulgada hace más de noventa años y dos décadas antes de que las mujeres tuvieran derecho a votar. El sufragio universal femenino no se aprobó en esta nación hasta 1947.
La situación es similar en otros países latinoamericanos. Las leyes más restrictivas sobre el aborto en esta región pertenecen a Honduras, Nicaragua, El Salvador, Haití, República Dominicana y Surinam.
En estos lugares, el aborto es ilegal y penalizado en cualquier circunstancia, incluso si la vida de la madre está en riesgo o si se trata de un caso de violación.
Al igual que en el contexto argentino, las normas sobre el aborto de estos países son tan viejas que algunas son anteriores al año en que las mujeres adquirieron el derecho al voto.
El sufragio femenino fue posible en estos países alrededor de la década de los cincuenta y las leyes que regulan el aborto en Surinam y República Dominicana fueron creadas antes de este periodo.
Otras leyes que fueron promulgadas después de los cincuenta tuvieron retrocesos. Los legisladores agregaron condicionantes o se estipuló que el aborto es ilegal en todas las circunstancias.
Esa es la situación de Honduras. El aborto en este país centroamericano experimentó una regresión porque en 1997 se derogaron por decreto los artículos en los que se permitía el aborto por razones terapéuticas, eugenésicas y jurídicas. En la actualidad, todos los casos de aborto están sancionados con una pena de tres a diez años de cárcel en este país.
Nicaragua también vivió una situación parecida porque el aborto para salvar la vida de las mujeres en casos riesgosos fue vigente por mucho tiempo.
No obstante, el gobierno nicaragüense penalizó el aborto en todas las circunstancias en 2006 en parte por la influencia de la iglesia católica y la evangélica. Un año después, su asamblea legislativa aprobó un nuevo código penal en el que se considera todo tipo de aborto como delito.
En El Salvador, el aborto estaba permitido en situaciones en las que la vida de la madre estaba en riesgo hasta 1997. Ahora, esta práctica está completamente prohibida.
La ilegalidad de la interrupción voluntaria del embarazo provocó casos como el de Teodora Vásquez, una mujer condenada a treinta años en la cárcel tras sufrir un aborto espontáneo y quien fue liberada después de estar en prisión una década.
¿Por qué sucede?
Norma Soto Castañeda, maestra en negocios internacionales, señala en entrevista que muchos países tienen leyes sobre el aborto antiguas y restrictivas debido a diferentes factores sociales, políticos y religiosos.
Entre estas razones se encuentra que los políticos no quieren enfrentarse al debate que surge cuando se pretende legislar la interrupción voluntaria del embarazo. Esta circunstancia provoca que no se modifiquen las leyes.
“Los políticos prefieren crear programas de carácter social que apoyan a los ciudadanos y no modifican las leyes porque el aborto siempre ha sido un tema muy polémico”, afirma Soto Castañeda.
La internacionalista añade que la religión es otro gran obstáculo para que cambien las leyes relacionadas con el aborto.
En Argentina, los grupos religiosos estuvieron en contra de la ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo que se discutió la semana pasada en el Senado. Como protesta, muchos jóvenes renunciaron a la iglesia católica.
Mientras los senadores mantenían la prohibición del aborto, miles de argentinos hicieron cola para realizar una apostasía colectiva del catolicismo.
La catedrática advierte que no sólo la iglesia católica evita que se actualicen las leyes sobre el aborto, sino también otros sectores conservadores como los practicantes de la religión evangélica.
Por otra parte, Soto Castañeda dice que los países de Centroamérica tienen leyes antiguas que prohíben el aborto porque consideran que otros problemas son primordiales, tales como las guerrillas.
“Han estado en guerrillas durante 30 años, entonces el desarrollo de sus problemas políticos y económicos deja de lado un asunto de carácter social como es el aborto y lo prohíben para poder controlar a los ciudadanos”, afirma la internacionalista.
La académica agrega que estos países centroamericanos también prohibieron el aborto porque querían el nacimiento de más niños para que estos trabajaran en diferentes actividades.
“Les conviene que haya niños porque los necesitan para una cuestión militar y fuerza de trabajo porque en los países pobres los menores de edad empiezan a trabajar desde muy pequeños”, concluye Soto Castañeda.
El aborto se mantendrá en la clandestinidad en América Latina mientras los políticos no quieran arriesgarse y cedan ante la presión de grupos conservadores.