La potencial salida de Jeb Bush de la contienda republicana ha dejado al partido con dos punteros que no son considerados candidatos serios. Pero Ted Cruz y Marco Rubio son opciones más tradicionales y están ganando adeptos
"Alguno críticos dicen que es racista apoyar al inglés como el único idioma oficial. Aprender inglés es un símbolo de respeto de los inmigrantes por su nuevo país”
"Creo que los valores que más resuenan en nuestra comunidad hispana son fundamentalmente conservadores. Son la fe, la familia y el patriotismo"
a la presidencia de EU
Los millones de latinos que habitan, ya sea legal o ilegalmente, en Estados Unidos esperan que una vez que un miembro de su comunidad gane un cargo de elección popular sus intereses sean representados y defendidos en Washington.
Actualmente en el Congreso de Estados Unidos hay tres latinos. Dos de ellos, ambos hijos de cubanos exiliados, son también pre candidatos del Partido Republicano a la presidencia. Sus nombres: Ted Cruz y Marco Rubio.
Sin embargo, estos dos latinos han decidido no abogar por los inmigrantes indocumentados. Lo anterior rompe con una larga tradición de prominentes figuras latinas en Estados Unidos, quienes han tomado la responsabilidad de defender a este sector como parte de sus prioridades políticas.
Pero la inmigración no es el único tema que no figura en las agendas de estos dos precandidatos. El cambio climático y un esquema público de salud, ambos importantes temas para Barack Obama, han sido rechazados por Rubio y por Cruz.
A simple vista estos dos cubanoamericanos se han empapado completamente del espíritu conservador del Partido Republicano y se han convertido en dos aspirantes serios a la nominación.
Los especialistas que todavía descartan a Donald Trump y a Ben Carson como opciones serias para ganar la presidencia en 2016 ven a Cruz y a Rubio, no sólo como políticos que pueden, por su herencia cultural, captar un porcentaje relevante del voto latino, sino además derrotar a Hillary Clinton en la carrera principal.
Ted Cruz ha declarado públicamente que tiene dos modelos a seguir en su vida: su padre y Ronald Reagan. No hay nada más republicano que esa afirmación.
En el tercer debate republicano no hubo ganadores claros. Pero hubo campañas que crecieron y otras que perdieron ímpetu.
Marco Rubio fue la revelación del debate y gracias a ese resultado, su campaña atraviesa un buen momento. Ted Cruz fue más discreto, pero los especialistas indican que su campaña ha recaudado más dinero que la de Jeb Bush, cuya campaña está en una evidente caída libre y ya se prevé su salida de la contienda.
Ante la expectativa del desinfle definitivo de Trump y Carson, el final de año parece indicar que uno de estos dos latinos tiene grandes posibilidades de enfrentarse a Hillary Clinton, todavía puntera demócrata, el próximo año.
¿Inexplicable?
Los especialistas estadounidenses y de otros países se han roto la cabeza tratando de entender por qué tanto Rubio como Cruz son implacables con respecto a la inmigración ilegal. ¿Por qué no están del lado de su gente?, se pregunta más de uno.
Ted Cruz es, por ejemplo, un vehemente defensor del Estado de Israel. Sí, ese lugar tan lejano y a la vez tan cercano a Estados Unidos es una de las prioridades de este precandidato.
“Si no apoyas a Israel y a los judíos, entonces yo no te apoyaré a ti”, sentenció Cruz en una ocasión.
Esto resulta contradictorio cuando su argumento más fuerte contra los indocumentados es el carácter ilegal de su migración.
La ocupación israelí en Cisjordania es también ilegal, pero Rubio entiende que Netanyahu es un aliado estratégico de Estados Unidos en esa región y no puede ir contra ese país.
Los latinos son también, un aliado estratégico para conseguir la victoria que los lleve a la Casa Blanca, pero ni Rubio ni Cruz hacen excepciones en ese sentido y, ciegamente, se atienen a lo que dicte la ley.
Para especialistas más conectados con los fenómenos sociales en América Latina, la explicación de la postura contra la migración ilegal de estos dos pre candidatos es más simple.
Los Rubio y los Cruz era dos familias cubanas acomodadas que llegaron a Miami tras la revolución socialista de Fidel Castro.
La mayoría de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos no provienen de familias acaudaladas. Todo lo contrario. La mayoría de la gente que busca refugio en Estados Unidos, lo hace porque las condiciones en su país hacen imposible su avance social y la prosperidad de sus familias.
La raza: el otro factor
Las firmas encuestadoras más importantes de Estados Unidos hacen una diferencia entre latinos blancos y latinos no blancos. La hacen porque la discrepancia existe.
En los países de Latinoamérica, incluido por supuesto México, la raza determina, para desgracia de muchos, la distribución de la riqueza en la sociedad.
Con algunas excepciones, normalmente los más ricos son los más ‘europeos’ y los más pobres los que son más indígenas.
Ese sector que se sabe más blanco, está orgulloso de esta diferencia, la denota y no quiere compartir los privilegios que le proporcionan su clase social y su origen étnico.
Las familias de Rubio y Cruz probablemente fueron víctimas de racismo cuando llegaron a Miami. Todavía muchos recuerdan que en los locales públicos había letreros que amenazaban: “No se aceptan perros ni cubanos”.
Pero con el tiempo, estos dos hijos pródigos de Latinoamérica han sido indoctrinados en la ideología republicana y tampoco están dispuestos a compartir su fortuna con miles y miles de ilegales que buscan obtener fácilmente, algo que a ellos les costó mucho trabajo.
