Laberinto de miedo

Estados Unidos (EU) ingresó al laberinto violento del Estado Islámico (conocido como ISIS) y no encuentra la salida. 

El grupo terrorista, que tiene orígenes en Al Qaeda, ha intentado aterrorizar al país norteamericano con amenazas, y aunque éste no se deje vencer, el método para abatirlos debe analizarse con cautela ante la posibilidad que la situación empeore.

Sin embargo, y a pesar del miedo que existe ante la historia con los terroristas de Al Qaeda, los estadounidenses no se quedarán tranquilos después de que ISIS asesinara a dos periodistas de su país. 

Andrea B. Assunto Andrea B. Assunto Publicado el
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Estados Unidos (EU) ingresó al laberinto violento del Estado Islámico (conocido como ISIS) y no encuentra la salida. 

El grupo terrorista, que tiene orígenes en Al Qaeda, ha intentado aterrorizar al país norteamericano con amenazas, y aunque éste no se deje vencer, el método para abatirlos debe analizarse con cautela ante la posibilidad que la situación empeore.

Sin embargo, y a pesar del miedo que existe ante la historia con los terroristas de Al Qaeda, los estadounidenses no se quedarán tranquilos después de que ISIS asesinara a dos periodistas de su país. 

A mediados de agosto, el grupo yihadista publicó el video en el que se mostraba el degollamiento del periodista James Foley, con la intención de orillar a Barack Obama a cesar sus ataques en Iraq.

Pero sus esfuerzos fueron ignorados, por lo que el pasado martes le tocó el turno al periodista de 31 años Steven Sotloff de ser decapitado. 

Al final, los videos generaron revuelo en el mundo y reforzaron aún más la presencia de EU en Medio Oriente. 

“Los líderes de ISIS no podrían haber hecho más probable los ataques aéreos estadounidenses si hubieran enviado un video al presidente Obama rogándole que dejara caer bombas”, publicó The New Yorker el pasado 2 de septiembre. 

Según la revista, la razón por la que este grupo realiza estos actos es el mismo atractivo que atrae personas a militar en ISIS: “asesinar”. 

“El objetivo sostenible de asegurar un Estado islámico no es tan importante como matar personas”, añadió. 

¿Quién dijo miedo?

Pese a estas constantes amenazas, que se tornaron en estragos visuales, Estados Unidos no está cerca de suspender su misión de eliminar del mapa a ISIS. 

El motivo por el que a Obama parecen no temblarle las piernas frente a los asesinatos de sus compatriotas es porque, según Time, esto solo resalta la debilidad de los terroristas.

“Es un caso clásico de lo que el Pentágono llama guerra asimétrica –donde un lado en la lucha está tan desarmado que recurre a métodos poco ortodoxos– y muchas veces inhumanos– tácticas para igualar las probabilidades, revolviendo las reglas de la guerra que han guiado a las naciones por siglos”, aseveró ayer el medio estadounidense. 

Y el líder de la Casa Blanca quiere que el mundo lo sepa. En una rueda de prensa que ofreció ayer, Obama aseguró que el objetivo era claro: “degradar y destruir” a ISIS.

 Añadió que cualquier cosa que los asesinos de los periodistas piensan que lograrán quitándole la vida a inocentes norteamericanos, “ya fallaron”. 

“No es sólo que vamos a traer justicia a los perpetradores de este crimen terrible contra estos dos hombres decentes. Estados Unidos va a continuar liderando esfuerzos regionales e internacionales contra este tipo de visión bárbara”, subrayó el jefe de Estado. 

Misión que comparte con el primer ministro británico, David Cameron, quien aseveró que ISIS “será exprimido fuera de la existencia”. 

Y aunque Barack Obama admitiera hace pocas semanas que no tenía una estrategia definida para atacar a este grupo, su secretario de Estados, John Kerry, afirmó que la única manera de debatirlos es a través de una coalición global.

“En esta batalla hay un papel para casi todos los países. Algunos pueden proveer asistencia militar, directa e indirecta. Otros, ofrecer asistencia humanitaria desesperadamente necesitada para los millones de desplazados y víctimas de la región. Otros pueden ayudar a restaurar no sólo las economía destrozadas, sino la confianza quebrantada entre los vecinos”, escribió en el editorial del pasado 29 de agosto de The New York Times. 

Pero a pesar de que varios escenarios han sido estudiados para combatir a ISIS, algunos son muy poco probables, otros pueden contraatacar, y el Estado Islámico cuenta después de todo con 2 mil millones de dólares en fondos y una fuerza estimada de 17 mil efectivos. 

Las salidas al conflicto

Ante la dificultad que se le ha presentado a Estados Unidos para solucionar la violencia desatada por ISIS, expertos plantean diferentes salidas al laberinto.

> La opción
Un acuerdo político en Bagdag

> Los efectos
Los sunitas deberán ser integrados en el gobierno para participar en el proceso político en Iraq. 

> La opción
Intervención militar Occidental

> Los efectos
La intervención debe ocurrir, pues las tribus sunitas en Iraq no tienen la capacidad de fuego ni de finanzas para derrocar a ISIS.

> La opción
Acuerdo político internacional

> Los efectos
Se debe precisar un acuerdo político regional apoyado por Europa, EU y Rusia. Además de un acuerdo entre Irán y Arabia Saudita.

> La opción
Armar a las tribus contrarias a ISIS 

> Los efectos
Si Estados Unidos y el resto del mundo arman y respaldan a los rebeldes de las tribus sunitas, estos podrían movilizarse y así enfrentar a ISIS, su rival.

> El riesgo
Si no se actúa pronto, surgirá una nueva generación fuera del control de la comunidad internacional. 

Y aunque cualquier batalla que se opte será larga y compleja se debe atacar pronto, pues ISIS está marcando el rumbo de la región: destrucción, sectarismo y violencia que, eventualmente, llevará a futuros ciclos de mayor violencia.

El mayor obstáculo es que no hay consenso político en la estrategia que debe seguirse.

 

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