La tragedia griega

Cada día hay una nueva declaración del primer ministro de Grecia Alexis Tsipras, de la canciller alemana Angela Merkel, de algún líder de la Unión Europea (UE) o de un representante del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Estos funcionarios protagonizan un conflicto político desde que Tsipras asumió el poder, el pasado 26 de enero, con la promesa de finalizar la austeridad al negociar con la UE y el FMI su deuda, que asciende a 271 mil millones de dólares, según Reuters. 

Pero mientras hay un estira y afloja en las negociaciones, la diplomacia y la polémica, los ciudadanos griegos viven su propia “crisis humanitaria”, de la que están hartos.

Tras el anuncio del primer ministro griego del fin de semana, cuando convocó a un referendo el próximo domingo para que el pueblo decida si aceptar o no la última oferta de la UE, las calles de Grecia reflejan desesperación.

Ante el fenómeno del “corralito”, las imágenes de los medios internacionales muestran a jubilados que no pueden cobrar su pensión, a decenas de personas incapaces de sacar dinero del cajero automático y a miles de manifestantes en las calles. 

Ya sea que estén a favor o en contra de la propuesta de la troika, el cuerpo formado por el FMI, la UE y el Banco Central Europeo (BCE) que negocia la deuda de Grecia, los ciudadanos coinciden en que ya no pueden seguir con las mismas condiciones de vida.

“Si la troika viera la cantidad de jubilados que no tienen literalmente para comer, no apretarían tanto las tuercas. Esta es una situación muy difícil, no lo niego, pero decir sí a todo sólo nos ha llevado a la ruina”, dijo a El País Yorgos IKonm.

No todos los griegos concuerdan con el actuar de su primer ministro, de hecho, las encuestas muestran que la opinión pública está dividida. 

El periódico Efimerida ton Syntakton publicó un sondeo que revela que 50 por ciento votarán “no” a la oferta de la troika, mientras que 33 por ciento sufragarán “sí”.

La mitad de la población respalda la decisión de Tsipras de someter la propuesta a consulta popular, mientras que el 38 por ciento se manifestó en contra.

El rechazo a las propuestas de la UE fue mayor entre los desempleados, pues 62 por ciento de este grupo se manifestó en contra. 

‘Los parias’

Líderes de opinión de Grecia expresaron que no es justo que Europa los tache de “parias” o “perezosos” por culpa de malos manejos políticos. 

“Los parias de Europa, los perezosos e irresponsables que atormentamos, desde hace meses al Eurogrupo acaparamos todas las reuniones europeas, mientras que hay otros temas cruciales a discutir”, opinó el escritor Ersi Sotiropoulos en el diario Le Monde.

“La tarea principal de Syriza (el partido gobernante) era intentar aliviar la crisis humanitaria dl país que, estos últimos años, ha tomado proporciones catastróficas”. 

Esta crisis la han documentado también periodistas internacionales. 

“(Ir a Grecia) me conectó con una verdadera catástrofe social”, escribió Néstor Pitrola de Clarín, “se suceden ocupaciones de empresas y desesperadas gestiones obreras, asambleas populares contra los tarifazos, y espacios de solidaridad contra el hambre y la falta de atención sanitaria. 

“La desocupación es del 27 por ciento y escala al 67 por ciento entre los jóvenes. Los hospitales carecen de insumos y medicamentos. Diarias movilizaciones ocupan la Plaza Syntagma”.

Ni modo

Aunque Grecia abandone el euro, los economistas advierten que será difícil aliviar la crisis. 

“No hay almuerzo gratis”, afirma a BBC Mundo Mohamed Chaudhury, experto en finanzas de la Universidad de McGill, en Canadá.

“Aunque en el corto plazo podría haber ciertos beneficios para Grecia, en el largo plazo no es claro que esta situación fuera beneficiosa para el país”.