El presidente de Venezuela Nicolás Maduro asumió este jueves un segundo mandato mientras lo invadía una sombra de ilegitimidad y conflicto. La toma de protesta del político bolivariano fue opacada por posicionamientos de organizaciones internacionales, un reporte sobre casos de tortura y crisis internas.
“Somos una democracia del pueblo de verdad, no una democracia de élites. Yo soy un presidente demócrata profundo, con una cultura de lucha de bases”, afirmó el presidente en el primer mensaje de su segundo periodo en el poder en contradicción a la opinión de la comunidad internacional y la oposición venezolana.
Maduro también pidió diálogo a nivel regional para superar la crisis económica que atraviesa el país y una lucha frontal contra la corrupción y la burocratización en la nación sudamericana.
El mandatario añadió que hay una conspiración internacional para boicotear las elecciones, deslegitimar los procesos constitucionales y desestabilizar Venezuela.
“Tenemos que luchar por la unidad por encima de la intolerancia ideológica. Luchar contra las derechas que quieren imponerse. Nosotros somos víctimas de esa intolerancia”.
La primera señal de la continuidad del conflicto interno y la falta de legitimidad fue el lugar de la toma de protesta. Maduro hizo acto de posesión en el Tribunal Supremo de Justicia y no ante la Asamblea Nacional de Venezuela como ordena la Constitución, porque el gobierno emitió en 2017 una sentencia en la que anula todas las decisiones de esta cámara.
Es por eso que el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó se pronunció este jueves después de la juramentación del bolivariano
“Hoy vimos cómo el usurpador de Miraflores pretendía exhibir los símbolos del poder, una banda, como si eso le diera legitimidad. Lo que da legitimidad es el voto popular. Una elección se gana con votos, no se roba”, dijo Guaidó en una conferencia de prensa.
El presidente del Legislativo agregó que la asamblea declarará la usurpación del cargo de presidente, asumirá la representación de los venezolanos como único poder legítimo y autorizará el ingreso inmediato de ayuda humanitaria.
Crítica internacional
La toma de posesión también se presentó en un contexto en el que organismos internacionales desconocieron las elecciones presidenciales. Maduro llegó al poder por segunda ocasión después de que el Grupo de Lima emitió el viernes una declaración en la que le pidió no asumir la presidencia y transferir el poder a la Asamblea Nacional de mayoría opositora.
Mientras el mandatario pronunciaba su discurso, la Organización de los Estados Americanos (OEA) también declaró ilegítimo su gobierno, la Unión Europea habló de la falta de cualidades democráticas en las elecciones de mayo y Paraguay rompió relaciones con Venezuela.
Además, los parlamentarios de Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Venezuela en el Mercosur desconocieron los comicios y respaldaron a la Asamblea Nacional como órgano constitucional democráticamente electo en un comunicado publicado el miércoles.
Por otra parte, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el martes un nuevo paquete de sanciones contra Venezuela que apunta a siete personas y a una veintena de empresas acusadas de beneficiarse del esquema de intercambio de divisas.
“Los actores del régimen han saqueado miles de millones de dólares de Venezuela mientras el pueblo venezolano sufría”, dijo el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven T. Mnuchin.
No obstante, la especialista señala que Maduro aún tiene el apoyo de naciones como Cuba y Bolivia. En este sentido, sólo cuatro presidentes latinoamericanos acudieron a la toma de protesta: Evo Morales, de Bolivia; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador; y Daniel Ortega, de Nicaragua.
“Eso ayuda para que Maduro se mantenga un tiempo en el poder y trate de sopesar los conflictos a nivel internacional”, asegura Soto.
Sin embargo, la especialista considera que la crisis interna en Venezuela puede provocar que la ciudadanía no permita que Maduro llegue hasta el final de su mandato en 2025.
Soto adelanta que Maduro tendrá muchas tensiones durante su segundo periodo presidencial porque el país se encuentra en una crisis económica y política. La experta añade que si quiere seguir gobernando tiene que resolver esos problemas de alguna forma y generar beneficios para los ciudadanos.
Casos de tortura
Por otra parte, un día antes de la toma de protesta Human Rights Watch y la organización venezolana Foro Penal publicaron un reporte en el que citan 32 casos en los que personas detenidas por el gobierno venezolano fueron sometidas a tortura.
El informe analiza 12 casos de 2017 y 2018 que involucran a 32 personas, incluyendo efectivos militares y civiles acusados de conspirar contra el gobierno, así como familiares de sospechosos.
El documento señala que agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) o el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) practicaron la mayoría de los arrestos.
Las violaciones a los derechos humanos se dan a la par del peor momento económico de la historia venezolana. El país registró un PIB real de -18 por ciento en 2018. La cifra era de 1.3 en 2013.
El desabasto de alimentos y medicamentos en el país también provoca que un porcentaje importante de personas vivan con hambre. El número de venezolanos infraalimentados alcanzó los 3.7 millones, es decir, aproximadamente el 12 por ciento de la población en el periodo entre 2015 y 2017. Son casi un millón de personas más que una década atrás, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Un guiño a México
Maduro hizo un pequeño guiño a México en su segunda ceremonia de investidura como mandatario. El presidente de Venezuela gritó ¡viva México! en uno de sus discursos del jueves.
“Alto representante del Gobierno de Egipto, de la India (…) de los Estados Unidos Mexicanos. ¡Que viva México!”. Los asistentes respondieron “¡viva!” al unísono
Juan Manuel Nungaray, titular de negocios de la Embajada de México en Venezuela, acudió a la toma de protesta de Maduro, de acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores.