La revolución de la Iglesia

El primer día de octubre, la comunidad de la Parroquia San Jerónimo, en Monterrey, escuchó una homilía distinta.

Una petición del Papa Francisco marcó la diferencia. El nuevo obispo Auxiliar de la capital neolonesa, Alfonso Miranda Guardiola, traía el recado desde el Vaticano.

Durante un encuentro en Roma, Jorge Mario Bergoglio le “encargó mucho” que propagara su mensaje conciliador: que todos, incluyendo los divorciados, se sientan bienvenidos en la Iglesia. 

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años pasaron para que llegara el primer Papa no europeo
"Él es una persona que además de estar al frente de la Iglesia toma las decisiones del rumbo de la Iglesia"
Evangilina HimitianPeriodista argentina
‘El Papa de la gente’, es el primer libro que cuenta la historia completa de Jorge Mario Bergoglio
http://youtu.be/7OzvOtUHIQM

El primer día de octubre, la comunidad de la Parroquia San Jerónimo, en Monterrey, escuchó una homilía distinta.

Una petición del Papa Francisco marcó la diferencia. El nuevo obispo Auxiliar de la capital neolonesa, Alfonso Miranda Guardiola, traía el recado desde el Vaticano.

Durante un encuentro en Roma, Jorge Mario Bergoglio le “encargó mucho” que propagara su mensaje conciliador: que todos, incluyendo los divorciados, se sientan bienvenidos en la Iglesia. 

Sacerdotes como Miranda, que por años ha luchado por la aceptación de los divorciados vueltos a casar, son los nuevos aliados del Sumo Pontífice.

Hay muchos como él que, sin haber conocido al Papa en persona, están predicando según sus enseñanzas. Las iglesias de México y el mundo están evolucionando en su discurso.

Y a pesar de que el ritmo marcado por el argentino resulta difícil de seguir para la cúpula católica, hay quienes sí se han unido a esta revolución: los católicos comunes y corrientes –incluso aquellos con la fe corrompida– y los sacerdotes cautivados por su actitud renovadora.

Fue el 13 de marzo de 2013 cuando Bergoglio sorprendió por primera vez; era el primer Papa no europeo en casi mil 300 años, el primer latinoamericano, el primer argentino, el primer jesuita… 

Desde ese día, Francisco –no Adriano o Clemente como le sugirió el cónclave– no solo acaparó portadas en revistas y medios internacionales, sino también las conversaciones de la gente. 

Sus polémicas declaraciones como “Si una persona es gay y busca a Dios ¿quién soy yo para juzgarla?” y “El Big-Bang –la teoría científica que explica el origen del universo—no se contradice con la intervención creadora divina, al contrario, la exige” han sido replicadas millones de veces en redes sociales.

Esta última la dijo apenas el lunes, agregando que la teoría de la evolución no es inconsistente con el Génesis. 

Además de sus declaraciones, su vida austera, la renovación del controvertido Banco del Vaticano y la avalancha de reformas que está emprendiendo en la Santa Sede están siendo aplaudidos en muchos rincones del mundo. 

El máximo líder católico cambió el discurso y “los de abajo” ya se dieron cuenta. 

Este martes Francisco reprochó que le llamen comunista cuando habla de “tierra, techo y trabajo” para todos. “Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia”, reiteró.   

Y es que al bonaerense no le da miedo usar palabras como capitalismo, comunismo, homosexualidad, corrupción, pederasta y ateo, algo que ha puesto en aprietos a las máximas jerarquías. 

“El Señor nos ha redimido a todos, a todos, con la sangre de Cristo: a todos nosotros, no solo a los católicos. ¡A todos! ‘Padre, ¿incluso a los ateos?’. Incluso a los ateos. ¡A todos!”, dijo Francisco en una homilía cuando llevaba menos de tres meses como sucesor de San Pedro.

“¡A todos!”, esa exclamación sigue haciendo eco entre los que escucharon el discurso de Miranda. Pues, palabras más palabras menos, los feligreses escucharon que “para ir recuperando la fe del mundo”, la Iglesia debe tener los brazos abiertos para todos. 

Como dijo Francisco: “Dejen las puertas abiertas de las iglesias, así la gente entra”.

El Papa conciliador 

Si Juan Pablo II fue el “Papa Viajero” y Benedicto XVI un pontífice “teológico”, Francisco puede ser calificado como “El Papa de la gente”, según el título del primer libro que cuenta la historia completa de Jorge Mario Bergoglio.

En la obra biográfica, publicada por la periodista argentina  Evangilina Himitian a un mes de que su compatriota fuera elegido, se habla del Sumo Pontífice como un hombre de gobierno. 

“Lo que recupera el Vaticano y lo que recuperó la Iglesia con Francisco como Papa es un hombre de gobierno. Él es una persona que además de estar al frente de la Iglesia toma las decisiones del rumbo de la Iglesia”, afirmó Himitian hace más de un año en entrevista para Reporte Indigo. 

En ese entonces la periodista de La Nación explicó que además de ser un hombre de mando en lo administrativo, el Papa es un “buen pastor”, alguien popular entre la gente.

Una de sus ovejas en México es el propio Miranda, un ejemplo de que la Iglesia mexicana puede encarrilarse en el mismo camino que el Obispo de Roma.

Después de la renuncia de Joseph Ratzinger, la Santa Sede estaba buscando a alguien “que se pusiera al hombro la labor de reconciliar a la Iglesia (la comunidad) con la figura de las autoridades de la Iglesia y de alguna manera también con Dios”, explicó Himitian. 

Una descripción que –hasta la fecha– encaja a la perfección con Francisco.

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