La purga de Erdogan en Turquía

El levantamiento militar fallido en Turquía ha fortalecido al presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien hoy es señalado de utilizar el post golpe para emprender una campaña de represión contra sus enemigos políticos.

La purga que ha implementado Erdogan –tras el intento de tumbarlo del poder el viernes pasado- no sólo ha incluido a mandos militares relacionados con este levantamiento.

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soldados militares y altos mandos del Ejército habían sido detenidos hasta ayer
El intento de golpe ha desatado también una confrontación entre Turquía y Estados Unidos, país al que acusa Erdogan de estar detrás del golpe
“El golpe no puede convertirse en un cheque en blanco para Erdogan”
Jean-Marc AyraultMinistro de Exteriores de Francia
“Esta semana que comienza es muy importante. No hay que abandonar las plazas”
Tayyip ErdoganPresidente Turquía
Erdogan se ha planteado instaurar la pena de muerte y estrenarla contra los golpistas que participaron en el levantamiento

El levantamiento militar fallido en Turquía ha fortalecido al presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien hoy es señalado de utilizar el post golpe para emprender una campaña de represión contra sus enemigos políticos.

La purga que ha implementado Erdogan –tras el intento de tumbarlo del poder el viernes pasado- no sólo ha incluido a mandos militares relacionados con este levantamiento.

Según cifras del gobierno turco, hasta ayer habían sido detenidos más de 5 mil soldados, militares y altos mandos del Ejército acusados de participar en la alzada que dejó más de 300 personas muertas en este país mayoritariamente de religión musulmana.

Pero también el gobierno de Erdogan ha incluido en estas acciones el encarcelamiento de más de 400 jueces y fiscales señalados de estar implicados en este levantamiento militar o tener vínculos con su principal enemigo político, Fethullah Gülen, quien es señalado por Erdogan de estar detrás del fracasado golpe.

El movimiento Gülen tiene posiciones en el gobierno de Erdogan, que ahora están bajo la lupa.

Incluso Erdogan se ha planteado instaurar la pena de muerte y estrenarla contra los golpistas que participaron en el levantamiento del viernes pasado que generó enfrentamientos entre el pueblo turco y el ejército.

El presidente turco ha aprovechado la crisis generada por el golpe fallido para subir su popularidad. Ayer encabezó algunos de los funerales de las víctimas que provocó la revuelta del Ejército.

 “Si ellos tienen tanques, nosotros tendremos fe”, dijo ayer Erdogan en uno de los funerales de una de las víctimas.

El presidente de Turquía no ha bajado la alerta y sigue pidiéndole al pueblo turco que salga a las calles y plazas para evitar otro intento de los militares por desplazar su gobierno.

“Esta semana que comienza es muy importante. No hay que abandonar las plazas”, solicitó ayer el mandatario.

La fortaleza de Erdogan

Erdogan se ha fortalecido políticamente tras evitar que un sector del Ejército turco lo desplazara del poder, aprovechando sus vacaciones.

Tras el fallido golpe, el presidente turco ha conseguido respaldos políticos en su país que hasta antes del levantamiento eran difícil de creer.

Por ejemplo, el Partido del Movimiento Nacional, MHP, de extrema derecha, respaldaron a Recep Tayyip durante el golpe militar y reafirmaron su compromiso con la democracia y la libertad del pueblo.

El país está sumergido –tras el intento de golpe- en una peligrosa polarización que podría provocar más violencia en Turquía. Erdogan –nacido en Kasimpasa, un humilde barrio de Estambul- está acumulando un gran poder tras el levantamiento.

Erdogan logró como nadie una conciliación entre islamismo y democracia en este país que pertenece tanto a Europa como a Asia. Hoy busca aprovechar este momento victorioso para ir contra sus enemigos políticos: los Atatürkistas y los seguidores de Gülen.

Por el control del Ejército

Las acciones que ha emprendido el presidente turco han provocado algunas críticas de los países europeos y de Estados Unidos.

“El golpe no puede convertirse en un cheque en blanco para Erdogan”, advirtió el ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, mientras que John Kerry, secretario de Estado norteamericano, pidió a Ankara que no vulnere su compromiso con la democracia.

Entre los altos mandos del Ejército que han sido detenidos por el gobierno de Erdogan se encuentra el coronel Alí Yazici, quien era el asistente personal del presidente.

Erdogan –quien logró comunicarse con el pueblo turco durante la crisis vía mensaje de Face Time- ha acusado al clérigo Fethullah Gülen, líder de la Alianza por los Valores Compartidos, de estar detrás del levantamiento militar.

Pero Gülen, desde su exilio en Pensilvania, acusó al gobierno turco de provocar este autogolpe.
“Hay una ligera posibilidad de que fuera un golpe escenificado”, dijo Gülen.

Gülen era un aliado de Erdogan, sin embargo, hace tres años tuvo que exiliarse en Estados Unidos cuando el presidente turco lo acusó de promover una investigación en su contra.

El conflicto con EU

El intento de golpe ha de Estado también una confrontación entre Turquía y Estados Unidos, país al que acusa Erdogan de estar detrás del golpe.

Fue Kerry quien rechazó las acusaciones turcas y aceptó que esta situación dañará las relaciones entre Washington y Ankara.

“Kerry aseguró que EU está dispuesto a proporcionar ayuda a las autoridades turcas para que investigan el golpe, pero cualquier insinuación o afirmación sobre cualquier papel de Estados Unidos en el fracasado golpe de Estado son completamente falsas y dañan nuestras relaciones bilaterales”, subrayó John Kirby, portavoz del secretario de Estado.

Turquía es un país donde los golpes militares son recurrentes. En 1997 se produjo el último que logró sacar del poder al presidente Necmettin Erbakan.

Sin embargo, en 1980, 1971 y 1960 ya se habían presentado situaciones donde los militares habían tomando el poder en Turquía.

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