La nueva crisis migratoria
La crisis migratoria no es exclusiva de los latinoamericanos que intentan cruzar el Río Bravo, ni de los africanos que perecen al atravesar el Mar Mediterráneo hacia Europa.
La situación de los migrantes en el Sureste de Asia causa alarma ante los miles de ellos que quedan varados en el mar o que mueren en el intento de llegar a Tailandia, Malasia e Indonesia.
La ONU estima que en el primer trimestre de este año, 25 mil migrantes abandonaron Myanmar y Bangladesh ante la persecución religiosa y pobreza.
Pedro Pablo Cortés
La crisis migratoria no es exclusiva de los latinoamericanos que intentan cruzar el Río Bravo, ni de los africanos que perecen al atravesar el Mar Mediterráneo hacia Europa.
La situación de los migrantes en el Sureste de Asia causa alarma ante los miles de ellos que quedan varados en el mar o que mueren en el intento de llegar a Tailandia, Malasia e Indonesia.
La ONU estima que en el primer trimestre de este año, 25 mil migrantes abandonaron Myanmar y Bangladesh ante la persecución religiosa y pobreza.
Este escape ha ocasionado que embarcaciones de traficantes humanos con hasta dos mil migrantes a bordo queden varados en el mar.
En el último mes, buques pesqueros han rescatado a al menos tres mil personas que huían de estos dos países para buscar un mejor futuro en naciones mejor posicionadas.
El más afectado es Tailandia, que tiene campos de refugiados que albergan más de 100 mil personas desde hace décadas.
Pero el Gobierno tailandés, controlado por una dictadura militar, afirma que ya no tiene la capacidad económica ni la infraestructura para recibir a migrantes, por lo que pidió la intervención de Estados Unidos (EU) e inició redadas contra barcos “polleros”.
Esto ha provocado que Indonesia y Malasia hayan recibido a 4 mil refugiados desde que Tailandia inició sus operativos este mes.
“El flujo de migrantes irregulares en el Océano Índico ha alcanzado un nivel alarmante”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores de Tailandia, Thanasak Patimaprakorn, tras una reunión con 17 países de la región, EU, Japón y la ONU.
“(Pero) mientras intentamos ayudar a aquellos que lo necesitan, debemos detener el flujo de migrantes irregulares, combatir el crimen trasnacional y destruir sus redes”.
Otro problema para EU
Para mantener el control de la región, EU ha tenido que mandar aviones militares a patrullar el Océano Índico que detecten la presencia de barcos “polleros”.
“Creemos fuertemente que tenemos que salvar vidas urgentemente. Tenemos que desarrollar mejores formas de discutir y apelar a estos problemas y tomar acción cuando la gente esté subiendo a los barcos”, dijo a The Guardian Anne Richard, asistente del Departamento de Estado de EU para refugiados y migración.
Las aeronaves estadounidenses ya sobrevuelan Malasia y pronto podrían estar también sobre Tailandia.
Pero ONG’s acusan la falta de interés de las naciones afectadas por resolver la crisis, lo que podría complicar el trabajo de EU, Japón y la ONU en la región.
“Ellos son los jugadores principales. ¿Qué pueden alcanzar con ese nivel de representación?”, denunció a Reuters un funcionario anónimo de un organismo internacional tras la reunión de emergencia, donde hubo pocos representantes de gobierno de los países que enfrentan la crisis.
Un fenómeno mundial
Además del problema del Sureste de Asia, este año ha habido crisis en Europa y el año pasado hubo una de niños no acompañados que cruzaban a EU.
La Organización Internacional de Migración (OIM) reveló que en los primeros cuatro meses del año murieron mil 750 personas que intentaban cruzar de África a Europa por el Mar Mediterráneo y 91 migrantes latinoamericanos que iban a EU.
Joe Lowry, vocero de la OIM, informó al sitio australiano ABC que se necesitan más de 20 millones de dólares para ayudar a aquellos refugiados del Sureste de Asia.
“Los números de los que hablamos no son enormes, no son tan astronómicos o comparables a los de Europa, pero es un gran número el que hay en el mar en términos de vidas en riesgo”, dijo.