El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, señaló a Estados Unidos como el culpable de la crisis sociopolítica que se vive actualmente en su país.
Después de cuatro meses de manifestaciones continuas en Nicaragua las protestas no cesan, y al parecer la opinión de su presidente tampoco. A pesar de que las marchas comenzaron con la oposición del pueblo nicaragüense a la implementación de la reforma de seguro social, presentada por Ortega, es ahora el mandatario quien desmiente el hecho.
En entrevista con la agencia EFE, el líder nicaragüense sostuvo que una de las pruebas de que Estados Unidos está detrás de las personas que salen a la calle a protestar contra su gobierno, es la hostilidad norteamericana.
“Retornamos al gobierno y viene la hostilidad de los Estados Unidos. Lo primero que hicieron fue retirarnos de la cuenta Reto del Milenio que formaba parte de un proyecto acordado con el gobierno anterior para colocar fondos en toda Centroamérica. A Nicaragua lo castigaron, porque el Frente no es democrático para los Estados Unidos, e inmediatamente empezaron a crear grupos armados”, sostuvo el presidente.
Al preguntarle sobre por qué todas las asociaciones internacionales de derechos humanos aseguran que en su país se han violado los derechos humanos, Ortega respondió que es Estados Unidos quien tiene una fuerte influencia en las organizaciones.
Además, el mandatario admitió que las armas de fuego, con las que han muerto decenas de manifestantes, fueron conseguidas por una actividad que se origina desde la extrema derecha en Florida
“Ha sido un cordón umbilical permanente que quedó ahí desde el periodo de la guerra de la Contrarrevolución. Una relación tan estrecha de los políticos norteamericanos de Florida contra los Contras, que se convirtió en una amistad”, dijo.
Cuestionado sobre los grupos paramilitares que se han vinculado a su gobierno, el mandatario aclaró que los únicos paramilitares que han existido en su país son los que se formaron en 2007.
Retomando el tema de Estados Unidos, el presidente aseguró que después el país trató de evitar que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ganara las elecciones en 1990, pues admitió que esa jornada estuvo intervenida por el país norte.
“El presidente Bush decía que si el Frente ganaba continuaría la agresión contra Nicaragua. Pero si ganaba la ONU, Estados Unidos apoyaría a ese gobierno. Lógicamente para el pueblo no era fácil votar libremente”, declaró el presidente de Nicaragua.
