La herencia del Mayo francés
Las mujeres tuvieron un papel secundario en las protestas francesas que este año cumplen su 50 aniversario, sin embargo, este periodo se transformó en punta de lanza para el movimiento feminista
Mariana RecamierLa historia cambió en mayo de 1968. Hace 50 años Francia se convirtió en el escenario de protestas de estudiantes que imaginaban una revolución con raíces en los ideales marxistas. Después se sumaron obreros, sindicatos e intelectuales que convocaron a la mayor huelga que los franceses hayan conocido.
Era un movimiento de clase que no incluyó la exigencia de los derechos de las mujeres, sino al contrario, invisibilizó a las estudiantes y las colocó en segundo plano. No obstante, a largo plazo esta primavera francesa se transformó en un momento histórico que fue punta de lanza para el pensamiento y el activismo feminista. Ese impulso llegó hasta los movimientos sociales contemporáneos.
Gaytán Alcalá agrega que muchos movimientos juveniles de ese momento, sobre todo los universitarios, sólo veían a la mujer como personas de clase media y alta que demandaban alguna participación en el Mayo francés.
El investigador menciona que muchas de las mujeres que participaron en estas protestas, entre ellas la socióloga francesa Christine Delphy, aseguran que cuando una mujer pedía participar en las asambleas del movimiento francés los hombres le quitaban el micrófono porque consideraban que no podía decir algo interesante.
“Había una frase dentro de las asambleas del mayo francés que era: ‘Los hombres al micrófono y las mujeres al mimeógrafo’, es decir, había una división sexual del trabajo. Los hombres eran los que portaban la voz, daban la cara en las movilizaciones y las mujeres hacían el trabajo interno para mantener al movimiento”, explica el investigador.
En este sentido, la socióloga Delphy afirmó que las mujeres vieron el Mayo francés desde la segunda fila.
“De hecho era una revolución sexista en muchos sentidos porque anulaba la idea de mujer. Era una lucha donde hombres y mujeres eran uno solo bajo la figura del hombre”, expone el investigador de la Universidad La Salle.
Gaytán Alcalá agrega que en términos de la sociología feminista a este fenómeno se le llama “la no mixticidad del Mayo francés”. El profesor detalla que la no mixticidad significa que no se reconoció la cuestión mixta del movimiento, es decir, no se aceptó la participación de hombres y mujeres en términos de equidad.
Aunque las protestas del Mayo Francés no se enunciaban como feministas, de acuerdo al sociólogo, muchas mujeres sí comenzaron a hacer hincapié de forma individual o a partir de pequeños colectivos para demandar sus derechos.
Gaytán Alcalá menciona que las ideas feministas de algunas de las participantes de estas protestas partían de “lo personal es político”, un lema que se convirtió en la columna de la segunda ola del feminismo.
“El Mayo francés no fue un movimiento feminista, pero sí fue un atecedente de los movimientos feministas en los 70 en Francia y Europa en general porque muchas mujeres comenzaron a tomar conciencia. Bajo esta idea de lo personal es político comenzaron a reivindicar sus derechos y algunas de ellas generaron grupo al propio interior del movimiento estudiantil y sindical”, describe Gaytán Alcalá.
El sociólogo menciona que algunas mujeres que formaban parte de los movimientos del 68 francés crearon colectivos con ideas feministas, tales como la liga Feministas masculinos por el futuro y el Movimiento de Liberación de las Mujeres.
Por otra parte, aunque el feminismo no estaba presente en asambleas generales, un libro que fue publicado en esta época también se convirtió en un detonante para futuros movimientos feministas. En 1968 El segundo sexo de la filósofa francesa Simone de Beauvoir se encontraba en las manos de las jóvenes que participaron en el Mayo francés.
“Muchas de estas ideas impactan muchísimo los movimientos feministas de los 70. Se empieza a reivindicar el papel de la mujer en el espacio público y en el espacio político. Empieza a haber esta cuestión de la mujer como parte de los cambios y los movimientos sociales del mundo, no como una más que se diluye en la masa que demandan una solución, sino como una reivindicación de sus propios derechos”, comenta el sociólogo.
Como consecuencia del Mayo francés, las mujeres comenzaron a exigir sus derechos. Las francesas demandaban acceso a métodos anticonceptivos y al aborto como parte del sistema de salud público. Además, también empiezan a tener injerencia en los ámbitos políticos y sociales
“Impacta muchísimo sobre todo esta visión de la mujer en términos de sus derechos sexuales, y derechos reproductivos. Y más allá de su condición meramente reproductiva y sexual también tienen voz para cambiar ámbitos económicos y sociales en los cuales parece que los hombres llevaba la voz cantante”, asegura Gaytán Alcalá.
Consecuencias del Mayo francés
El sociólogo afirma que algunas de las consecuencias del Mayo francés en la lucha de las mujeres es que se reaviva el activismo feminista. El profesor también identifica que a partir de esto se desprenden una serie de políticas que favores a la mujeres, tales como cuotos de género, visibilidad y reconocimiento de la mujer en el especio público. Gaytán Alcalá menciona que las mujeres parlamentarias aumentaron en Francia y toda Europa a parir del Mayo del 68. El profesor apunta que otra de las posibles herencias de esta época es que la canciller de Alemania Angela Merkel llegara al poder.
El investigador agrega que en los espacios de trabajo se comienzan a exigir mejores condiciones laborales. Por otra parte, en los tratados internacionales se empieza a reconocer a toda la humanidad, incluyendo a las mujeres, como personas que merecen dignidad y respeto a sus diferencias.
Según Gaytán Alcalá, otra de las aportaciones del Mayo francés a los movimientos feministas fue la generación de una gama de mujeres intelectuales que marcaron el rumbo del feminismo como lo conocemos ahora. Algunas de ellas son Judith Butler, Nancy Fraser, Rita Segato y Gloria Careaga.
Por otra parte, a partir de estos movimientos estudiantiles en las universidades se desarrollan programas de estudios de género e investigaciones sobre los movimientos feministas.
El especialista concluye diciendo que una de las herencias más recientes del Mayo francés es el movimiento estudiantil chileno que exige respeto a las mujeres.
reivindicación a la dignidad de las mujeres en las universidades que recupera parte de este Mayo francés sin decirlo. Este vínculo se encuentra en que muchas de las mujeres acusan de discriminación y acoso en las aulas”, finaliza Gaytán Alcalá