No se sabe mucho sobre esta nueva droga, pero las calles de Atenas son testigo de su peligrosidad.
Sus efectos se enlistan en una producción de Vice publicada la semana pasada. Fuera de este crudo reportaje, existe poca difusión de la llamada “cocaína de los pobres”.
“Los ingredientes son básicamente metanfetamina y otros aditivos como ácido para baterías, aceite de motor, champú y sal de cocina. Actúa más rápido y los efectos son más duraderos que los de la cocaína, y puede prepararse en casa”, introduce Alex Miller.
Esta droga sintética, que se fuma de la misma manera que el cristal (aunque también puede ser inyectada), cuesta de uno a dos euros, por lo que los atenienses, en plena crisis y en un país con una tasa de desempleo de 27 por ciento, la consideran como una opción viable.
“Yo creo que la razón principal del incremento de la sisa es el cambio de actitud de los usuarios de drogas durante la crisis. Son más autodestructivos”, dijo a Vice Haralambos Poulopoulos, director de Kethea, la organización antidrogas más grande de Grecia.
“Si no la encuentro, todo mi cuerpo me duele”, confesó un consumidor de sisa a Miller. Agregó que su uso provoca heridas cutáneas y en el estómago, y puede causar la muerte en un periodo de seis a ocho meses.