La debacle de Theresa May
La primera ministra se encuentra en una posición muy comprometida no sólo por el crecimiento del Partido Laborista, sino porque muchos de sus compañeros conservadores se cuestionan si es la adecuada para liderar el proceso de separación de Gran Bretaña de la Unión Europea
CATO InstituteLa primera ministra británica Theresa May se encuentra en uno de los momentos más delicados de su mandato, cuestionada por su falta de liderazgo para la encarar las negociaciones por el Brexit.
Mientras su posición parece irse debilitando no solo al frente del gobierno británico sino incluso al interior de su partido, las versiones de una posible sucesión anticipada continúan aumentando.
Tras las elecciones en junio de este mismo año, una apuesta personal de May para afianzar su poder y que terminó debilitando su posición y la de su partido, la primera ministra perdió gran parte de su capital político, mismo que no ha podido recuperar.
En medio de uno de los momentos políticos más importantes en la historia reciente del Reino Unido, los ataques hacia Theresa May no vienen solamente de Jeremy Corbyn, líder del partido laborista y su principal opositor, sino incluso desde el interior del Partido Conservador, sobre todo del polémico ministro de Exteriores, Boris Johnson.
Las negociaciones por el Brexit, ya de por sí complicadas ante la Unión Europea, no son el único de los problemas a los que se enfrenta Theresa May, sino que la falta de avance y las diferencias por las posturas han ocasionado una división interna en su gobierno.
Incluso en los últimos días, Jeremy Corbyn parece haber disminuido la intensidad de sus críticas en contra de May, ya que han sido los propios conservadores quienes parecen dinamitar al propio gobierno, y mientras tanto, los laboristas permanecen al acecho, esperando su oportunidad.
El pasado miércoles, Theresa May tenía una cita fundamental en Manchester durante el cierre del encuentro anual del Partido Conservador, una oportunidad para intentar unificar su partido ante la división que se ha desatado por las negociaciones del Brexit.
Sin embargo, su discurso, lejos de afianzar su liderazgo, la hizo ver vulnerable en un momento en que las circunstancias exigen una imagen de fortaleza ante lo que se juega Gran Bretaña y lejos de la guía que piden los conservadores.
Y no solo fue por los incidentes que marcaron su mensaje, como la aparición de un espontáneo que la interrumpió para entregarle un formato de carta de renuncia o su tos recurrente que le dificultaba hablar y que pareció por un momento la haría bajar del estrado.
La incertidumbre vino por el fondo mismo del mensaje, en donde el Brexit, el mayor reto que ahora enfrenta el gobierno británico, apenas abarcó unas cuantas líneas, y se enfocó en anunciar una serie de medidas sociales, un intento de acercarse al electorado joven que está siendo seducido por los laboristas.
La primera ministra se encuentra en una posición muy comprometida, no solo por el crecimiento del Partido Laborista, sino porque incluso muchos de sus compañeros de partido ya se cuestionan si May es la adecuada para liderar el proceso de separación de Gran Bretaña de la Unión Europea.
En un escenario en donde las negociaciones con Bruselas están siendo más complicadas de lo previsto y las consecuencias de un mal acuerdo podrían ser sumamente perjudiciales para los británicos, Theresa May ve cada día más debilitada su posición.