En medio del caos y la consternación, los líderes republicanos buscaban ayer una última oportunidad para descarrilar el ímpetu de Donald Trump impulsado por sus siete victorias del Supermartes.
Eclipsado por las victorias de Trump, Ted Cruz quedó en segundo lugar en cuanto a delegados, gracias a una victoria en su estado natal de Texas. El resultado sólido ayudó a la presentación del senador como la alternativa a Trump, incluso cuando el rival Marco Rubio juró seguir en la contienda.
Esta constante división representa la mayor crisis del Partido Republicano en décadas, pues la militancia parece encaminada a nominar a un candidato presidencial que la cúpula organizativa no puede controlar. Algunos líderes consideran la alguna vez impensable opción de apoyar a Cruz, quien desagrada a muchos, mientras que otros hablan de una convención negociada. Algunos externos influyentes incluso consideran la opción de crear un tercer partido.
Un conteo de The Associated Press indica que Trump tendrá que hacerlo mejor en las próximas elecciones para llevarse la nominación a la presidencia antes de la reunión nacional del partido en julio. Hasta ahora, ha ganado 46 por ciento de los delegados que se han repartido y tendría que aumentar ese número a 52 por ciento en las próximas elecciones.
El caos republicano contrastó con la cohesión del lado demócrata, donde Hillary Clinton obtuvo sólidas victorias en siete estados y estaba encaminada al estatus de nominada invencible. No obstante, su oponente Bernie Sanders juró seguir con la lucha.
El drama demócrata no se compara con el dilema existencial de los republicanos previo a la noche de más actividad en la carrera electoral.
Las matemáticas más simples dejan al descubierto el problema que tienen ante sí los republicanos que rechazan a Trump, ya que el multimillonario empresario logró victorias en siete estados y sigue lanzado para conseguir los 1,237 delegados que le proclamarían candidato republicano a la Casa Blanca.
Trump ganó al menos 234 delegados más el martes y Cruz al menos 209. Marco Rubio quedó en un distante tercero con al menos 90. Estuvieron en juego 595 delegados en 11 estados de los cuales aún quedaban la mañana del miércoles 40 a ser repartidos. (AP)