Juicio ejemplar contra El Chapo

Joaquín Guzmán Loera fue declarado culpable de diez cargos en un juicio que mostró cómo funciona el narcotráfico en América. El proceso deja un precedente para futuros casos sobre comercio ilegal de drogas
Mariana Recamier Mariana Recamier Publicado el
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El mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera fue declarado culpable de diez cargos este martes en un juicio que mostró cómo funcionan los carteles del narcotráfico y el comercio de estupefacientes por todo América. Su proceso queda como una referencia para futuros juicios sobre el mismo tipo de delitos.

Guzmán Loera fue declarado culpable de cargos que incluyen participación continua en una empresa criminal, lavado de dinero, uso de armas de fuego y conspiración internacional para producir y distribuir cocaína, heroína, metanfetaminas y mariguana. La sentencia definitiva se dará a conocer el próximo 25 de junio.

El veredicto llegó después de un juicio de 12 semanas en Brooklyn ante el juez de distrito de Estados Unidos Brian M. Cogan. El proceso reveló todo tipo de información sobre el narcotraficante, el cartel de Sinaloa y las redes de corrupción en México.

Especialistas consideran que el juicio contra el líder del cartel es ejemplar porque deja un precedente sobre cómo proceder ante casos de narcotráfico.

“Representa un precedente y un arma que puede y debe utilizar la Fiscalía General de la República para iniciar investigaciones, profundizar otras y rediseñar la estrategia antidrogas en México, a partir de la información que se conoció y que deben ampliar legalmente”
María Idalia GómezEspecialista en narcotráfico

La también experta en temas de seguridad nacional dice que la conclusión del juicio en contra de El Chapo confirma que México tiene un enorme déficit en cómo se ejerce la justicia.

“Si nosotros visualizamos cómo se promocionó el juicio, cómo se llevó y al final como las autoridades publicitaron lo exitoso del mismo, entonces nos damos cuenta cómo resulta ejemplar y cómo una sociedad, en este caso la estadounidense, identifica a sus enemigos y no los idolatra”, asegura Gómez.

La especialista añade que en México la dificultad para presenciar las audiencias y la debilidad de la preparación de fiscales, policías y testigos sólidos provocan una justicia débil, y una sociedad que desconfía, que identifica la impunidad como la norma en donde ganan las personas que delinquen.

Por otra parte, Héctor Segovia, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, advierte que el mensaje que da el resultado del juicio es que quien comete un delito en Estados Unidos tiene que pagar tarde o temprano.

“Otro mensaje que da a las autoridades mexicanas es que los delincuentes deben ser perseguidos para que paguen por los ilícitos que han cometido”, comenta el investigador.

Segovia también considera que el juicio demuestra que Estados Unidos es un país civilizado que cumple con las leyes, le da oportunidad a las personas para que tengan una defensa y condenan a los culpables.

En el mismo sentido, Ángel M. Meléndez, agente especial de Seguridad de Nueva York, dijo que el veredicto demuestra que los narcotraficantes no son intocables.

“Este veredicto de culpabilidad lleva un mensaje claro a todos aquellos individuos que al igual que El Chapo quieren envenenar nuestras calles: no son intocables, no son inalcanzables y su día llegará”, agregó en su mensaje en español

Richard P. Donoghue, el fiscal estadounidense para el distrito este de Nueva York, dijo que el veredicto es una victoria para la justicia, para México y para las familias que han perdido a alguien por las adicciones.

“Hay quienes dicen que no vale la pena pelear la guerra contra el narcotráfico. Esas personas están equivocadas”, comentó Donoghue.

Las revelaciones del juicio

La evidencia presentada en el juicio demuestra la actividad de narcotráfico de Guzmán Loera y el resto de integrantes de su agrupación delictiva durante un período de 25 años desde enero de 1989 hasta diciembre de 2014.

De acuerdo con un comunicado del Departamento de Justicia de Estados Unidos, en el juicio se demostró que Guzmán Loera fue el líder principal del Cartel de Sinaloa, una organización internacional de narcotráfico con sede en México responsable de importar y distribuir grandes cantidades de cocaína, marihuana, metanfetamina y heroína en los Estados Unidos.

La evidencia incluyó el testimonio de 14 testigos colaboradores; incautaciones de estupefacientes por un total de más de 130 mil kilogramos de cocaína y heroína; armas, incluidos los AK-47 y un lanzagranadas propulsado por cohetes; libros de contabilidad; mensajes de texto; videos; fotografías y grabaciones interceptadas.

Guzmán Loera supervisó el contrabando de narcóticos a distribuidores mayoristas en Nueva York, Miami, Atlanta, Chicago, Arizona, Los Ángeles y otros lugares, según el documento del Departamento de Justicia. Los miles de millones de dólares ilícitos generados por la venta de drogas en Estados Unidos fueron luego transportados clandestinamente a México.

El líder usó sicarios, quienes realizaron cientos de actos de violencia en México para imponer el control de los territorios de Sinaloa y eliminar a quienes representaban una amenaza para el Cartel de Sinaloa, según la justicia estadounidense.

Múltiples testigos declararon sobre incautaciones por parte de oficiales de policía de cantidades masivas de cocaína, heroína y marihuana vinculadas al Cartel de Sinaloa. Una de las mayores incautaciones de drogas con destino a los Estados Unidos involucró más de siete toneladas de cocaína escondida en latas de jalapeño.

El juicio también reveló que Guzmán Loera utilizó una sofisticada red de comunicaciones encriptadas para operar la operación global de tráfico de narcóticos. Como un ingeniero de tecnología de la información testificó en el juicio, el líder le pagó un millón de dólares para comprar y establecer una red que le permita al acusado comunicarse a través de Internet con sus asociados de narcotráfico en Colombia, Ecuador, Canadá y Estados Unidos de forma segura

De acuerdo con las conclusiones del juicio, el éxito del Cartel de Sinaloa se basó en el uso de la violencia para mantener su poder en toda la región y más allá. Numerosos colegas declararon que Guzmán Loera ordenó a sus sicarios que secuestraran, interrogaran, torturaran y dispararan a miembros de organizaciones rivales de drogas.

Otra de las revelaciones es que el Cartel de Sinaloa tenía acceso ilimitado a las armas. Un testigo de la ley mostró al jurado más de 40 AK-47 que fueron incautados en El Paso, Texas, antes de que pudieran ser entregados a Guzmán Loera en México.

Funcionarios involucrados

La evidencia presentada en el juicio demostró que para promover los intereses del Cartel de Sinaloa, Guzmán Loera y su organización aprovecharon una amplia red de funcionarios gubernamentales corruptos.

Estos funcionarios iban desde autoridades locales encargadas de hacer cumplir la ley, guardias de prisiones, servidores públicos estatales, miembros de alto rango de las fuerzas armadas, así como políticos.

Los funcionarios corruptos ayudaron a Guzmán Loera y su organización a cambio de pagos de soborno por valor de millones de dólares.

El abogado del capo, Jeffrey Litchman, aseguró en su alegato de apertura del juicio que los expresidentes mexicanos Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto recibieron cientos de millones de dólares en sobornos, sin embargo, estas declaraciones no se mencionan en el comunicado final del Departamento de Justicia estadounidense

Además, el narcotraficante utilizó varios métodos para lavar dinero, incluido el contrabando de efectivo a granel desde los Estados Unidos hasta México. Una de las incautaciones más grandes fue de 1.26 millones de dólares incautados de compartimientos ocultos en un camión conducido por el hermano del líder en Arizona en 1989.

Además del contrabando de efectivo a granel, Guzmán Loera supervisó numerosas compañías fantasmas, incluyendo una compañía de jugos y una compañía de harina de pescado para blanquear las ganancias del narcotráfico del cartel.

El líder del grupo delictivo enfrenta una posible sentencia de por vida obligatoria sin la posibilidad de libertad condicional por dirigir una empresa criminal continua, y una sentencia de hasta cadena perpetua en los cargos de drogas restantes.

Afuera del tribunal en Brooklyn, Jeffrey Lichtman, uno de los representantes de El Chapo, dijo que apelará el veredicto de culpabilidad.

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