Josef Fritzl, un hombre austriaco que secuestró a su hija durante 24 años y con quien tuvo siete hijos, podría obtener libertad condicional y ser trasladado a un hogar de ancianos, luego de que así lo solicitara su abogada.
En este contexto, se evalúa un dictamen pericial sobre el estado médico de Fritz para ver si es posible que sea trasladado a un centro de detención común. Así lo dijo un vocero del tribunal regional de Krems.
La abogada del llamado “monstruo de Amstetten”, Astrid Wagner, dijo que el informe psiquiátrico dictaminó que Fritzl ya no suponía una amenaza para la sociedad. Asimismo, argumentó que padece demencia. Por este motivo debería poder pasar los días que le quedan en una residencia, por lo que solicitó la libertad condicional.
Josef Fritzl, conocido como el “monstruo de Amstetten”, tuvo a su hija Elisabeth encerrada durante 24 años en un sótano, al que acudía regularmente a abusar sexualmente desde que ella tenía 11 años. Fruto de sus atrocidades, nacieron 7 hijos Podría quedar en libertad en 2024.🧵 pic.twitter.com/GbGwDEUMG3
— Кристиан ن 🇸🇾 🇵🇸♱ (@jfrsanchez) January 16, 2024
¿Quién es Josef Fritzl?
Josef Fritzl es un ingeniero austriaco que fue condenado por secuestrar, violar y encarcelar a su hija Elisabeth durante 24 años.
El caso Fritzl se conoció en 2008, cuando Elisabeth Fritzl, de 42 años, escapó del espacio que su padre había construido en el sótano de su casa en Amstetten, Austria.
En su prisión, Elisabeth había dado a luz a siete hijos. De ellos, tres habían sido criados por Josef y su esposa Rosemarie como propios. Los otros cuatro hijos habían permanecido junto con su madre.
Josef Fritzl fue condenado a cadena perpetua por secuestro, violación, incesto y asesinato, ya que uno de los hijos, Michael, murió a los 18 meses de edad por una deficiencia cardíaca congénita.
Además, se dio a conocer que el hombre quemó los restos del séptimo hijo que tuvo con Elisabeth, quien murió poco después de nacer. Lo hizo en el horno de su propia casa.
“Lamento de todo corazón lo que le hice a mi familia”, fueron las últimas palabras del acusado ante el jurado de Saint Pölten. “Por desgracia, ya no puedo hacer nada. Solo me queda procurar, si puedo, limitar el daño”, dijo.