Joe Biden recibirá en Washington al presidente de Ucrania
En su próximo viaje a Estados Unidos, Volodimir Zelensky busca la aprobación del uso de armas de largo alcance para su campaña contra Rusia mientras el mandatario estadounidense parece no entretener la petición
Pablo AbundizEl presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, enfrenta un reto: a más de dos años del inicio de la guerra con Rusia, el 20 por ciento de su territorio continúa ocupado por Moscú.
Los hombres ucranianos en el frente de la guerra carecen de equipo y municiones, y la contraofensiva en territorio enemigo ha detenido su avance, con lo cual el líder ucraniano pide ayuda a sus aliados en Occidente.
Por semanas, Zelensky ha peticionado a sus patrocinadores la oportunidad de utilizar armas de largo alcance proporcionadas por Estados Unidos y Reino Unido, actualmente en posesión del Ejército ucraniano para llevar a cabo ataques a objetivos militares dentro de territorio ruso. El próximo jueves, el presidente ucraniano se reunirá con su contraparte estadounidense para buscar el beneplácito de Joe Biden.
I’m looking forward to hosting my friend President Zelenskyy of Ukraine next week at the White House.
During his visit, I’ll reaffirm America’s commitment to supporting Ukraine as it defends its freedom and independence.
— President Biden (@POTUS) September 19, 2024
La Casa Blanca anunció que Zelensky tendrá reuniones separadas con el mandatario estadounidense y con la vicepresidenta Kamala Harris, actual candidata a la presidencia, en la que se discutirá el estado de la guerra, la estrategia ucraniana de defensa y el apoyo de la Unión Americana en esta. El presidente Biden escribió en su cuenta de X que durante la reunión reafirmará “el compromiso estadounidense de apoyar a Ucrania en la defensa de su libertad e independencia”.
Pese al reiterado apoyo que Estados Unidos ha ofrecido a Ucrania durante el conflicto, Washington ha negado el uso de sus armas de largo alcance para una ofensiva en territorio ruso con el fin de evitar una escalada del conflicto.
Oficiales de la administración Biden han pedido a los mandos ucranianos más detalles acerca de las operaciones que se llevarían a cabo con estas armas y el papel que jugarían en una estrategia de defensa integral. La Casa Blanca considera que relajar las restricciones en el uso de misiles de fabricación o con tecnología estadounidense sin conocer claramente los objetivos de defensa en los que se utilizarían conlleva un gran riesgo para el limitado impacto que estas armas pueden ofrecer.
El liderazgo ucraniano ha buscado que se le permita el uso del estadounidense Sistema de Misil Táctico Militar MGM-140 y el británico Storm Shadow, con tecnología estadounidense en su interior, y para ello ha reclutado el apoyo del primer ministro británico, Keir Starmer, quien se reunió con Biden el pasado 13 de septiembre para discutir la aprobación.
We are actively preparing for negotiations in the US, which will include meetings with President Biden and representatives from both parties in Congress. We also expect meetings with both presidential candidates.
Ukraine will always be grateful to the United States for… pic.twitter.com/CyRIVtpqPn
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) September 20, 2024
Por su parte, el Parlamento Europeo adoptó una resolución en la cual pidió a sus países miembros permitir que sus armas de largo alcance sean utilizadas en la defensa de Ucrania exhortó a sus miembros y los de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comprometer el 0.25 por ciento de su PIB en ayuda militar hacia Kiev.
Sin embargo, la disuasión rusa impide que los aliados ucranianos comprometan sus armas de largo alcance. El presidente Vladimir Putin ha declarado que el uso de armas de la OTAN para atacar objetivos militares en territorio ruso sería considerado por el Kremlin como un acto de guerra, por lo que no descarta represalias en ese escenario. Pese a las amenazas rusas, oficiales estadounidenses señalan que el número de misiles solicitados por Kiev es limitado y que actualmente Ucrania ya utiliza tecnología estadounidense para atacar baterías de misiles rusas estacionadas en regiones fronterizas.