Sosteniendo una mano en el aire y la otra sobre la Biblia que ha estado en su familia por generaciones, es como Joe Biden tomó posesión hace un año como el presidente número 46 de Estados Unidos.
En ese entonces, las encuestas lo posicionaban con un aprobación del 50 por ciento, principalmente por la fuerza de sus políticas de campaña, como el reposicionamiento geopolítico de su país, una mejor atención a la pandemia, igualdad social, refuerzo económico, y el regreso al cuidado medioambiental entre otros temas que quedaron rezagados durante la estancia de Donald Trump en la Casa Blanca.
Y aunque la administración del líder demócrata ha intentado impulsar a su nación en estos y otros rubros en los últimos 12 meses, lo cierto es que las expectativas han ido en descenso, dejándolo con un nivel de popularidad mucho menor al que en cierto punto registraron los mandatarios anteriores, a excepción de Trump.
En sus primeros nueve meses, por ejemplo, una encuesta publicada por Gallup dio a conocer que mientras Biden contaba con el 42 por ciento de aprobación, en el mismo periodo de tiempo Barack Obama registró 52, George W. Bush 88, y Bill Clinton 47. El republicano, por su parte, obtuvo 37.
Por otro lado, el pasado 11 de enero la empresa Morning Consult registró que la desaprobación de Biden era del 49 por ciento, aumentando 21 puntos esa cifra a diferencia del día de su posesión presidencial.
Al respecto, el doctor Roberto Zepeda Martínez, miembro del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, opina que el aumento en la desaprobación de Biden se relaciona a que este último año ha sido de altibajos, obteniendo ciertos logros, pero también algunos fracasos.
Por ejemplo, respecto al tema de la pandemia, aunque el gobierno logró inmunizar por completo a más de 200 millones de estadounidenses, entre ellos casi al 75 por ciento de los adultos, sigue enfrentándose a una gran población antivacunas, la cual agudiza el número de muertes por el nuevo virus, llegando el pasado martes a más de 800 mil.
Así también, debido a la crisis sanitaria, la administración de Biden ha tenido un reto importante en cuanto a la tasa de desempleos, pues hasta ahora no ha conseguido el nivel que se tenía previo a la pandemia de 3.6 registrado en diciembre de 2019.
In our first year in office, we created 6.4 million jobs.
That’s the biggest year of job creation in American history.
— President Biden (@POTUS) January 19, 2022
“Para llegar a resaltar (en cuanto a su popularidad), Biden tendría que reactivar más la economía, y para ello también tiene que superar el tema del COVID-19 y sus respectivas variantes; entonces, si le va bien al país y reducen los casos, los fallecimientos, y se aumenta el número de empleos, sin duda eso va a cambiar la imagen que se tiene de Biden, aunque seguiría siendo complicado”, dice el doctor.
Bajo esa línea, además de la atención a la crisis sanitaria y al desempleo, para recuperar su representatividad federal, el gobierno demócrata tendrá que reforzar su política exterior, lo cual también pudo ser parte del declive de la popularidad del presidente.
En entrevista, el doctor Eduardo Rosales Herrera, analista en temas internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, comenta que una de las decisiones que más le pesó a Biden fue la retirada de sus tropas de Afganistán, ya que inmediatamente después de dar por terminada esa guerra en Asia del sur, los Talibán regresaron a tomar el poder del pueblo, poniendo en riesgo su seguridad.
I am now the fourth American president to preside over an American troop presence in Afghanistan.
I will not pass this responsibility to a fifth. pic.twitter.com/OpZK1Na5KP
— President Biden (@POTUS) April 14, 2021
“Por otro lado, con Rusia la verdad es que Estados Unidos no logra poner un ‘hasta aquí’, llegando a las amenazas en el caso de una presunta invasión a Ucrania, así que a pesar de los acercamientos, está muy lejos de ser una relación estable”, apunta el académico.
En cuanto al caso de China, durante el gobierno de Biden la Unión Americana le ha dejado en claro a su homólogo Xi-Jinping su desacuerdo contra la violación a los derechos humanos, principalmente en torno a la falta de libertad de expresión que se ha dado en su territorio; sin embargo, no ha habido mayores cambios.
Además, el jefe de Estado norteamericano ha intentado luchar por reposicionarse geopolíticamente ante el gigante asiático, así como con Rusia, pero ese esfuerzo también ha sido mínimo.
“Con ese panorama, lo cierto es que se ve a un Estados Unidos débil que ya ni siquiera logra imponer condiciones en su patio trasero, donde en Venezuela no hay solución (ante la dictadura de Nicolás Maduro), Cuba está en las mismas, así como Nicaragua con la reelección de los Ortega-Murillo”, señala.
¿Una oportunidad para la oposición de Joe Biden?
Con una aprobación mucho menor a la de su toma de posesión y políticas inconclusas, Joe Biden podría empezar a poner en riesgo su reelección de 2024 ante la oposición estadounidense, aun cuando apenas cumplió el primer año de su gobierno.
Eso podría reflejarse en noviembre próximo, cuando se lleven a cabo las elecciones legislativas, donde el Partido Republicano espera ganar mayoría en el Senado y dejar al grupo político en el poder con mínimas ventajas para avanzar en el desarrollo de sus reformas.
“Si el gobierno de Biden sigue como hasta ahora, eso nos lleva a pensar en un escenario en el que, si las cosas no cambian, hay posibilidad de que regresen los republicanos a la presidencia, lo cual sería una verdadera desgracia tanto para Estados Unidos como para el mundo, porque podrían venir remasterizados”, asegura el doctor Eduardo.
Para evitar eso, se espera que la administración demócrata acelere sus políticas e invierta toda su capacidad en lo que va del 2022, siendo los dos primeros años los más importantes para su mandato, de acuerdo con el investigador del CISAN, Roberto Zepeda Martínez.