Gantz consideró que el primer ministro estaba dejando que consideraciones políticas influyeran en decisiones estratégicas. Foto: Especial

Israel pierde la voz moderada de Benny Gantz

En medio de negociaciones de un cese al fuego, el ministro renunció a su puesto, con lo que el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu se ve obligado a recurrir a la extrema derecha para mantenerse en el poder

En medio de un proceso de paz en el que las intenciones de Israel de llegar a un alto al fuego no están claras, la renuncia de Benny Gantz, uno de los hombres que conformaron el gabinete de guerra israelí, pone al gobierno de Benjamin Netanyahu a merced de la extrema derecha.

El político de centro, quien sirvió como ministro de Defensa de 2020 a 2022, justificó su dimisión acusando a Netanyahu de priorizar su carrera política sobre el bienestar del país.

Según Gantz, la determinación de abandonar el gobierno mientras soldados y rehenes continúan en Gaza fue una decisión difícil; sin embargo, consideró que el primer ministro estaba dejando que consideraciones políticas influyeran en decisiones estratégicas.

“Netanyahu previene que avancemos hacia la verdadera victoria (…) es por eso que hoy abandono el gobierno de emergencia, con un corazón apesadumbrado pero con confianza”, declaró el ministro para medios locales.

A mediados de mayo pasado, Gantz, quien también es uno de los principales rivales políticos de Netanyahu, había anunciado su intención de abandonar el gabinete si el primer ministro no reconsideraba sus propuestas para Gaza después de la guerra.

La propuesta de Netanyahu, presentada en febrero, incluye el control total de la seguridad de la franja de Gaza por parte de Israel y de todo el territorio al oeste de Jordania; el cierre de la frontera de Gaza con Egipto y rechazar el involucramiento de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en la administración del territorio una vez terminado el conflicto.

Las diferencias de Benny Gantz con el gobierno de Netanyahu

La visión de Gantz para Gaza coincidía en la desmilitarización del territorio y la exclusión de la ANP de funciones de gobierno; sin embargo, el ministro llamaba por el establecimiento de una coalición estadounidense, europea, arabe y palestina que tomara el control de la seguridad del territorio, así como la normalización de las relaciones con Arabia Saudita.

Tras los ataques del 7 de octubre, mientras que Netanyahu llamó a la creación de un gobierno de unidad, Gantz, quien previamente había servido como comandante de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), respondió y se integró al gabinete de guerra del primer ministro.

Durante los ocho meses del conflicto, mientras que las decisiones de Netanyahu han afectado su popularidad, llegando al punto de un posible llamado a elecciones, Gantz goza de aceptación tanto dentro como fuera de Israel.

Con su renuncia, el exministro de Defensa regresa a su puesto previo a la guerra como líder de la oposición en el Parlamento israelí, lo que no pone en riesgo al gobierno de Netanyahu, pues su coalición aún controla 64 de los 120 escaños del organismo de gobierno.

Pese a no representar la disolución del mandato israelí, la salida de Gantz afectará profundamente la política interna del país, pues sin su apoyo para legitimar el gobierno de Netanyahu, el primer ministro dependerá más de la extrema derecha para poder continuar su gestión.

Israel a merced de la ultraderecha

Tras las elecciones de 2022, el partido Likud, encabezado por Netanyahu, pactó con partidos ortodoxos y de extrema derecha para lograr formar gobierno, lo que fue criticado por países como Estados Unidos por las políticas ultranacionalistas de esos grupos políticos, los que ahora no son considerados los mejores aliados para alcanzar la paz.

Itmar Ben-Gvir y Bezalel Smothrich, ministros de Seguridad y Finanzas respectivamente, son parte de la facción del gobierno israelí y han llamado abiertamente al desplazamiento de palestinos de la franja de Gaza y a repoblar el territorio con colonos israelíes; políticas que, hasta ahora, han sido rechazadas por el gabinete de guerra.

El gobierno de Benjamin Netanyahu dependerá más de sus aliados de la extrema derecha, como Itmar Ben-Gvir, representante del Frente Nacional Judío. Foto: Especial

En opinión de Miguel Rodríguez, internacionalista del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, pese a los pocos escaños que los partidos de extrema derecha han obtenido en el Parlamento, su influencia va más allá de sus números.

“El peso que tiene la extrema derecha y los partido religiosos es relativa; sin embargo, para Benjamin Netanyahu ha resultado vital para su supervivencia como primer ministro y, frente a la salida de Gantz, es la salida que tiene para mantenerse en el poder”, asegura el docente.

De acuerdo con el académico, los partidos ultras no están abiertos a un diálogo de paz o un alto a la guerra en Gaza, pues tanto Ben-Gvir como Smothrich lo que buscan es que las tendencias más religiosas impongan una visión de conquista hacia Palestina.

“Alientan los asentamientos judios en Cisjordania por considerar que, religiosa e históricamente, estas tierras han sido parte de Israel y para construir a su país tienen que seguir extendiéndose debido a la limitada territorialidad del Estado israelí”, apunta el académico.

La renuncia de Gantz llega en un momento especialmente complicado en el que Estados Unidos propuso un plan de cese al fuego que marca, entre otras cosas, un alto a la guerra por seis semanas mientras se da un intercambio de prisioneros y se asegura la entrada de ayuda humanitaria.

Tanto Hamás como Israel han declarado contemplar el plan de Estados Unidos; sin embargo, Netanyahu no se ha comprometido a aceptar la propuesta. En opinión del profesor Rodríguez, la ya reducida capacidad de Gantz de ejercer presión para una resolución de paz dentro del gobierno mengua aún más estando fuera del gabinete.

“(Gantz) no tiene el peso suficiente para hacer que Netanyahu acepte la paz o convoque a nuevas elecciones, aunque su renuncia debilita el gobierno de emergencia y lo deja a merced de los partidos ultra ortodoxos. Dentro del gobierno, Gantz podía presionar porque en los círculos internacionales, en especial en Estados Unidos, se le veía como un interlocutor menos rádical y menos ortodoxo que Netanyahu, a quien se le acusa de prolongar la guerra para su supervivencia política. Por ello se consideraba que era una pieza para impulsar un proceso de alto al fuego”, finaliza el académico.

Te puede interesar