Netanyahu aseguró a los ciudadanos israelíes que su gobierno no cesaría en la persecución de Hamás y que haría todo para asegurar la destrucción del grupo islamista. Foto: Especial

Israel protesta en demanda del regreso de los rehenes

Tras la muerte de seis rehenes decenas de miles salieron a las calles para exigir el regreso de los secuestrados por Hamás, mientras el gobierno de Netanyahu niega las negociaciones e insiste en una respuesta militar

Por tres días consecutivos, cientos de personas salieron a las calles de Israel para demandar a su gobierno un cese al fuego en la guerra con Hamás, luego que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) recuperaran los cuerpos de seis rehenes capturados el 7 de octubre.

Después de casi 11 meses desde el ataque terrorista que detonó el más reciente conflicto, en las manifestaciones se demostró el descontento con las acciones del primer ministro Benjamin Netanyahu, a quien responsabilizan de entorpecer las negociaciones de paz.

En las más grandes protestas hasta ahora, los manifestantes bloquearon avenidas en las principales ciudades y familiares de los secuestrados cargaron féretros adornados con la bandera israelí a las afueras de las oficinas del partido del primer ministro. En Jerusalén, inconformes replicaron el símbolo la noche del pasado lunes frente a la residencia de Netanyahu, donde fueron confrontados por la polícia.

Las tensiones dentro del país y el descontento por los retrasos en las negociaciones llevaron a la unión sindical más grande de Israel, Histadrut, a convocar a un paro general que afectó negocios, transportes aéreos, terrestres, marítimos y servicios médicos en varias regiones del país. El paro nacional duró hasta las 14:30 del lunes, cuando el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, político de extrema derecha, convenció a una corte laboral de invalidar la acción sindical.

Mientras gran parte de la población sale a las calles en exigencia de un acuerdo con el grupo terrorista que permita a los secuestrados regresar a casa, el primer ministro mantiene su postura militarista. En un mensaje en redes sociales, Netanyahu aseguró a los ciudadanos israelíes que su gobierno no cesaría en la persecución de Hamás y que haría todo para asegurar la destrucción del grupo islamista y la recuperación de los rehenes.

Divisiones en el gabinete de Benjamin Netanyahu

Pese a las declaraciones del primer ministro, existen divisiones dentro del gabinete respecto a los esfuerzos realizados para el rescate de los rehenes. Mientras que Netanyahu llama a continuar la acción militar para doblegar al enemigo a aceptar sus condiciones en la mesa de negociación, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha propuesto aceptar una de las condiciones que detienen un acuerdo de cese al fuego.

Durante la última semana, las negociaciones entre Israel y Hamás se han estancado debido a la insistencia del primer ministro de mantener tropas en la frontera entre Gaza y Egipto, bajo el argumento de evitar la entrada de armas y suministros bélicos que puedan llevar al rearme del grupo fundamentalista.

Mientras que Netanyahu clama que de retirar las fuerzas israelíes del área sería imposible recuperar el control de la zona si eventualmente reiniciaran las hostilidades, parte de las fuerzas de defensa discrepan con la evaluación del primer ministro, lo que ha llevado al Gallant a criticar públicamente al mandatario y exhortarlo a aceptar las condiciones de Hamás.

Las protestas y las divisiones en su gobierno aumentan la presión para que el mandatario israelí llegue a un acuerdo con Hamás; sin embargo, su supervivencia política depende de partidos radicales. En las pasadas elecciones, el regreso de Netanyahu al cargo de primer ministro se dio gracias a su alianza con grupos ultra nacionalistas, hoy, en medio de la guerra en Gaza, son estas fuerzas políticas las que buscan la continuación de las operaciones militares, la erradicación total de Hamás y, eventualmente, anexar los territorios palestinos.

La dependencia de Netanyahu de grupos extremistas ha sido criticada por la oposición. Benny Gantz, quien hasta hace unos meses sirvió en el gabinete de guerra, acusó al primer ministro de bloquear un cese al fuego debido a motivos políticos y llamó a su renuncia del cargo por su incapacidad de regresar a casa a los rehenes y proteger el norte del territorio.

Las posibilidades de negociación entre Hamás e Israel

En un panorama político que no presenta incentivos para que exista un cese al fuego y sin posibilidad de obligar un cambio de liderazgo, Rubén Ramos Muñoz, internacionalista de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, opina que Netanyahu no tiene la voluntad de negociar a pesar de las condiciones que exigen una pacificación.

“El primer ministro pone como excusa el corredor Philadelphi (entre Egipto y Gaza) para ejercer presión sobre Hamás, y al saber que su contraparte no va a ceder este territorio, Netanyahu lo utiliza como moneda de cambio. A Israel no le interesa una negociación, lo que busca es hacerse de mayor control de territorio en Gaza y Cisjordania para ampliar su dominio en la región. Si les interesara llegar a un acuerdo ya hubieran aceptado las múltiples negociaciones que han impulsado Qatar, Egipto e incluso Estados Unidos”, puntualiza el especialista.

Tras confirmarse la identidad de uno de los rehenes asesinados: Hersh Goldberg-Polin, ciudadano estadounidense originario de California, el presidente Joe Biden declaró que aunque las negociaciones lograban avances su contraparte israelí no había hecho lo suficiente para llegar a un acuerdo que liberara a los rehenes.

En opinión del profesor Ramos Muñoz, las familias de los rehenes solo tienen la esperanza que las constantes movilizaciones ejerzan presión, pero no cuentan con métodos institucionales para llevar sus exigencias ante el Parlamento.

“Pueden seguir protestando para exigir al gobierno que negocie; sin embargo, queda a voluntad del primer ministro si se negocia y él ha insistido que no van a dialogar con terroristas. Mientras mantenga esa postura las personas van a seguir viviendo el asesinato de sus familiares”, señala el académico.

Tras el hallazgo de los rehenes y la revelación que fueron asesinados 48 horas antes de su descubrimiento, mientras las tropas se acercaban a la localización, Hamás anunció que emitió directivas para continuar con una política de liquidar a los rehenes antes de perderlos en manos de Israel.

“Ya que Israel no quiere negociar, Hamás va a utilizar a los rehenes como moneda de cambio y los va a ultimar para ejercer presión a Israel. Lamentablemente eso se convierte en un estira y afloja: Hamás va a presionar matando a los rehenes, e Israel, al no querer negociar con ellos, va a aumentar los bombardeos en Gaza y Cisjordania”, finaliza el profesor Ramos Muñoz.

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