El primer ministro Benjamin Netanyahu ha posicionado como principal objetivo de la guerra la erradicación total de Hamás y el rescate de los rehenes. Foto: Especial

Israel protesta a favor de la liberación de los rehenes

Como respuesta a los nueve meses de guerra, manifestantes tomaron carreteras  y se reunieron fuera de casas de miembros del gobierno a quienes demandaron el regreso de los rehenes capturados por Hamás en los ataques del pasado 7 de octubre

Para conmemorar nueve meses de los ataques del 7 de octubre en Israel, miles de protestantes bloquearon avenidas y carreteras para exigir al primer ministro, Benjamin Netanyahu, la renuncia de su cargo y el establecimiento de una tregua que permita a los rehenes capturados en el atentado de Hamás regresar a casa.

La protesta del domingo, organizada bajo el nombre del “Día de la disrupción”, comenzó a las 06:29 de la mañana, misma hora en la que el grupo terrorista Hamás accedió al territorio israelí. Las manifestaciones iniciaron con el cierre de carreteras y demostraciones fuera de la casa de ministros del gabinete de Netanyahu.

Cerca de la frontera con Gaza, en el kibutz Or Haner, manifestantes liberaron mil 500 globos negros y amarillos en representación de las vicitmas de los ataques: un globo negro por cada persona asesinada por Hamás el día del ataque y uno amarillo por cada rehen aún caútivo.

Una noche antes del “Día de la disrupción”, manifestantes bloquearon una autopista que funciona como una de las principales de Tel Aviv. Con piedras y llantas incendiadas, los protestantes ocuparon el camino hasta que fueron desalojados por la policía, que utilizó escuadrones a caballo y cañones de agua.

A nueve meses de los ataques en los que el grupo terrorista tomó a 250 rehenes, aún se encuentran cautivos alrededor de 120 personas, aunque estimaciones israelíes apuntan que solo 80 de ellos continúan con vida debido a las condiciones de su cautiverio y al tiempo que ha durado la guerra.

Las manifestaciones se dan en un contexto complicado para el gobierno de Netanyahu, quien enfrenta presiones externas e internas para llegar a un acuerdo que permita la liberación de los rehenes y el cese al fuego.

Pese a múltiples intentos internacionales para llegar a un acuerdo entre el grupo terrorista e Israel, ambos bandos se han atrincherado en posiciones irreconciliables que obstruyen una tregua; sin embargo, la última semana se vio marcada por un avance en las negociaciones cuando Hamás abandonó su demanda acerca de un compromiso a priori de terminar el conflicto por parte del país de Medio Oriente. Sin este requerimiento, las negociaciones podrían llevar a una pausa en las hostilidades; la primera desde noviembre, en la cual se logró la liberación de los primeros secuestrados.

La propuesta de un alto a las hostilidades, impulsada por Estados Unidos, se erige en la condición de un cese al fuego de seis semanas en las que el grupo terrorista liberaría a mujeres, personas enfermas y ancianos. Durante el tiempo de la tregua, las fuerzas israelíes se retirarían del territorio y prisioneros palestinos serían liberados por parte de Israel; sin embargo, los requisitos de Hamás de mediadores internacionales y las demandas israelíes de retomar sus operaciones en caso de no cumplir a tiempo con la liberación de los rehenes han dificultado el acuerdo.

A raíz de la respuesta israelí a los ataques terroristas, 1.9 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares y muchas de ellas enfrentan una crisis humanitaria debido a la escasez de alimentos, servicios e insumos médicos. En los nueve meses de guerra, 37 mil 900 personas han muerto, de acuerdo al Ministerio de Salud de Gaza, y otras 87 mil han resultado heridas. El primer ministro, Benjamin Netanyahu ha declarado continuar con su objetivo de erradicar a Hamás.

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