Inicia carrera para segunda vuelta en Brasil
El objetivo de los candidatos Bolsonaro y Haddad es ganar el voto de los indecisos y las personas con posturas de centro para llegar a la presidencia del gigante latinoamericano
Indigo StaffLos resultados de las elecciones brasileñas del domingo ya son tema pasado para los candidatos que obtuvieron la mayor cantidad de votos. El ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Fernando Haddad ahora piensan en cómo ganar la segunda vuelta de los comicios presidenciales el próximo 28 de octubre.
Los dos candidatos buscarán superar las fuertes resistencias que cada uno inspira en sectores sociales que no confían en ellos para ocupar el lugar del mandatario.
Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), apostaba por ganar las elecciones el domingo pasado, pero no superó el 50 por ciento de votos. El exmilitar obtuvo 46.04 por ciento de los votos y Haddad consiguió 29.26.
Para Bolsonaro no debería ser difícil obtener los puntos que le faltan para alcanzar la mayoría absoluta, sobre todo después de haber conseguido el apoyo de los sectores del agronegocio y de las iglesias evangélicas.
Sin embargo, el candidato de derecha sigue siendo el político con mayor índice de rechazo con el 45 por ciento según el instituto Datafolha. Este rechazo lo ha obtenido a lo largo de una carrera plagada de declaraciones misóginas, homófobas y racistas y su justificación de la tortura durante la dictadura militar.
Bolsonaro se verá además imposibilitado de hacer campaña en las calles porque aún se recupera de la puñalada que le dieron en un mitin el 6 de septiembre. Aunque eso no le impidió mantener una campaña a través de las redes sociales.
“¡No va a funcionar esa división! Brasil es uno solo y todos estamos en el mismo barco que se hunde en violencia y corrupción generalizada…”, publicó el candidato ayer en su cuenta de Twitter.
Haddad en busca del centro
Haddad está más lejos de lograr un triunfo en la segunda vuelta de las elecciones. Su identificación total con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva le permitió ganarse rápidamente a sectores pobres que identifican al exmandatario con una época de progreso.
Su vínculo con Lula da Silva es una arma de dos filos porque también lo aleja de grupos y partidos que ven al líder de la izquierda como sinónimo de corrupción y de políticas estatistas a las que acusan de haber sumido a Brasil en una recesión de dos años.
Ante esto, una de las llaves para que Haddad acorte distancia con Bolsonaro puede ser el apoyo del candidato de centroizquierda Ciro Gomes, del Partido Democrático Trabalhista (PDT), quien fue ministro de Integración Nacional de Lula y consiguió 12.5 por ciento de los votos en las elecciones pasadas.
“El momento ahora exige que extienda la mano a los brasileños y brasileños, independientemente del partido, que quieran contribuir a la reconstrucción del país”, publicó Haddad en Twitter.
Gomes dijo que discutiría con los líderes del PDT la posición para la segunda vuelta, pero adelantó un posible apoyo.
“Haré lo que hice toda mi vida, que es luchar por la democracia y contra el fascismo”, declaró.
Haddad recordó además que como ministro de Educación de Lula trabajó junto a la ecologista Marina Silva y al centroderechista Henrique Meirelles, quien presidió durante esa época el Banco Central. Ambos obtuvieron en torno a 1 por ciento de los votos, que a la hora de sumar pueden ser importantes.