Tras décadas de vivir el llamado sueño americano, Guillermo Contreras y Jesús Utanda fueron deportados a México, su país natal, comenzaron a impartir clases de nivel básico e intermedio del idioma inglés.
Los dos regresaron luego de 12 y 18 años de haberse ido. Forman parte de los ocho mil 197 eventos de repatriación de mexicanos desde Estados Unidos a la Ciudad de México que la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas contabiliza de enero a diciembre de 2018.
Ambos están por cumplir casi dos años de formar parte de Otros Dreams en Acción (ODA), una organización dedicada a apoyar a quienes crecieron en Estados Unidos y ahora se encuentran en México debido a la deportación propia o de un familiar, o la amenaza de la repatriación.
“Quise tratar de ayudar a aquellas personas en la misma situación que yo. Regresé en mayo de 2018 y me empecé a integrar como voluntario en el mes de septiembre. Después las directoras de ODA me dieron la oportunidad de ser parte del staff para formar una comunidad más grande. Y, por supuesto, tenemos que apoyar el trabajo de las organizaciones que hacen que los compañeros que son deportados no lleguen en condiciones tan vulnerables”, menciona Guillermo Contreras en entrevista con Reporte Índigo.
“La vida me topó con ellos porque estaba buscando identificarme o reconectarme con México, es muy difícil cuando llegas después de tanto tiempo. Los encuentro y me empiezo a dar cuenta de que no solamente es mi problema, sino que es mucho más grande, hay casos muy similares al mío. Me sentí parte de su comunidad y fue como me fui involucrando en el voluntariado, la vocería y ahora en las clases”, cuenta a Reporte índigo Jesús Utanda.
Este cuatrimestre, Guillermo y Jesús son los profesores de las clases de Inglés pa’l barrio para nivel básico e intermedio, las cuales iniciaron ayer lunes a través de la plataforma Zoom.
“Esta vez es vía internet debido a la cuestión de la pandemia. Anteriormente nuestras clases eran dadas en el centro cultural llamado Poch@ House, en el Centro Histórico de la Ciudad de México”, aclara Contreras.
ODA lanzó la convocatoria del 13 al 30 de julio. Debido a la demanda que tuvo el curso, además del registro se hizo un proceso de selección para integrar seis grupos con 25 alumnos cada uno. Las clases son lunes, miércoles y viernes, de 18:00 a 20:00 horas.
“Somos una organización sin fines de lucro, por lo tanto no tenemos tanta capacidad económica y de personal para atender a toda la gente que llegó. Decidimos hacer una selección de las personas en nuestro curso, pensando en que las otras puedan participar en el siguiente”, anima.
Las personas seleccionadas van a tener una clase gratuita de dos horas a la semana.
“Sabemos que no es mucho pero con nuestro método puede funcionar. Es muy importante que tratemos de abarcar las solicitudes que nos llegaron. Nos estamos acomodando para cubrir el mayor número de personas a la semana. Nuestra intención es que después tengamos más maestros en línea y luego clases presenciales”, detalla Jesús Uranda.
El método de la educación popular en la enseñanza del inglés
La justicia social es el enfoque de estos profesores bilingües, quienes a través de la enseñanza buscan hacer un aporte a la sociedad mexicana.
De acuerdo con el Education First English Proficiency Index 2019, México ocupa el lugar 67 entre 100 países en aptitud para este idioma. No sólo el nivel es bajo, sino que ha ido disminuyendo de 2011 a 2019.
La organización ODA ofrece estas clases sin costo y los profesores utilizan el método del pedagogo brasileño Paulo Freire, quien, debido a un proyecto de la Universidad de Recife donde estudió y trabajó, le enseñó a leer y escribir a trabajadores de plantíos de caña de azúcar a partir del diálogo sobre situaciones cotidianas.
“No es como las clases tradicionales de inglés donde aprenden a hacer gramática o ‘repite después de mí’, lo hacemos con conciencia de temas sociales como el salario de las personas, cómo llega un indocumentado, la migración, el feminismo. No nos basamos en el ABC, los tratamos de impactar en sus propias experiencias de vida”, explica Jesús Utanda.
Se trata de enseñar y aprender inglés a partir de la realidad y de dejar de lado la memorización, pues rechazan la educación bancaria donde el profesor deposita sus conocimientos en los alumnos.
“Estuve dando clases en una escuela y sus métodos eran muy tradicionales. Ponen a los alumnos en una situación irreal y esto les crea un conflicto por tratar de entender algo que no están viviendo. Por lo tanto, para nosotros es esencial todo lo que sucede en la vida diaria, lo enseñas en inglés y a partir de ahí tomas ejemplos”, menciona Contreras.
Como proponía Freire, para estos profesores repatriados de Estados Unidos el educando y el educador están en un mismo proceso de enseñanza-aprendizaje.
“Partimos del compañerismo con los estudiantes, dejándonos de ver, precisamente, como maestro-alumno, sino más bien con la colaboración para aprender este idioma”, señala Contreras.