En Indonesia azotan y humillan en público a jóvenes homosexuales

Más de mil personas abarrotaron el patio de una mezquita en la comunidad de Aceh, en Indonesia, para observar como dos hombres era azotados por cometer un de los grandes delitos en la comunidad; mantener relaciones homosexuales.

Era la primera vez que se azotaba a alguien por el delito de homosexualidad, por lo que los asistentes vitorearon y gritaron con emoción mientras los jóvenes de 20 y 23 años, eran azotados en la espalda y mostraban profundos gestos de dolor.

La cantidad de azotes a la que fueron sentenciados, por hacer el amor dentro de su propia casa, fue tal que incluso un equipo de cinco personas hizo turnos para asestar el castigo, relevándose cada 20 golpes para uno de los hombres y cada 40 para el otro.

“Lo que han hecho es como un virus que puede dañar la moral de la gente”, “Esta clase de castigo público es un intento de detener el contagio del virus a otras regiones de Aceh”, fueron algunos de los comentarios de lo asistentes para la agencia AP.

Ambos jóvenes se encontraban en la cama de su vivienda haciendo el amor, cuando un grupo de de vecinos se organizó para irrumpir en su domicilio, grabarlos desnudos y retenerlos hasta que llegaron las autoridades de Aceh para hacerse cargo del crimen.

La homosexualidad no es un delito en Indonesia, sin embargo, Aceh es una excepción, ya que desde 2001 se rige con la ley islámica como concesión del gobierno para que abandonase sus aspiraciones independentistas, con el paso del tiempo la región se ha radicalizado.

Un tribunal de la Dharia condenó a los jóvenes la semana pasada a 85 azotes cada uno, sin embargo, la sentencia finalmente fue reducida a 83, 17 bastonzos menos que la pena máxima por el delito de homosexualidad.

Pero los bastonazos no son exclusivos para el delito de la homosexualidad, sino también para crímenes como los juegos de azar, que las mujeres usen ropa ajustada o que los hombres no asistan a las plegarias de cada viernes.

La intolerancia hacia los homosexuales ha crecido en Indonesia por los agresivos discursos homófobos de políticos y líderes musulmanes. Por lo que la organización Human Rights Watch ha levantado la voz para que pare la persecución en contra de estas personas.