A ritmo de rap y con un gran carisma, el cura keniano Paul Ogalo, saltó a la fama entre su comunidad y distintas partes del mundo, gracias a las redes sociales; sin embargo, su pegadizo estilo de impartir misa no cayó muy bien en la iglesia católica de aquella nación africana, la cual lo ha suspendido durante un año.
El sacerdote de 45 años dicta la palabra del señor al ritmo de rap como una estrategia para atraer a más jóvenes a la iglesia. Cantando y bailando, Ogalo genera que los fieles kenianos de la comunidad de Rapogi se muevan al ritmo de la música.
Medios internacionales informaron que el cura no podrá dar misa durante un año, pues las autoridades católicas del país consideraron como conducta inapropiada la introducción del rap en la religión.
Sin embargo, para la iglesia keniana, Sweet Paul, como también se le conoce al religioso, debe reconsiderar su manera de predicar.
La decisión de la iglesia keniana ha dividido opiniones en redes sociales; una parte considera correcto suspender al padre por supuestamente haber transgredido los principios católicos, mientras que otros usuarios consideran que se ha perdido una buena oportunidad para que los jóvenes se alejen del crimen y se acerquen a la iglesia.
Las autoridades eclesiásticas indicaron que el sacerdote sólo esta suspendido de dar misa, pues aún pertenece a la congregación y puede asistir a actividades religiosas.