El actor francés Gerard Depardieu recibió un pasaporte ruso el pasado 6 de enero tras volar a Rusia para cenar con el presidente Vladimir Putin.
Depardieu había pedido la ciudadanía rusa como parte de su lucha contra un súper impuesto propuesto en Francia que sería aplicado a los millonarios, y Putin le concedió su solicitud hace unas semanas.
Fue uno de los famosos que recientemente reabrieron la polémica sobre los impuestos a las rentas más altas en el país galo.
Sin embargo, el actor francés negó después en una entrevista transmitida el lunes 7 de enero que hubiera aceptado la ciudadanía rusa para escapar del fisco en Francia y dijo que aunque también podría buscar la nacionalidad belga, sigue siendo francés.
Las primeras declaraciones públicas de Depardieu desde que recibiera su pasaporte ruso de manos del presidente Vladimir Putin sugieren que la amenaza que hizo el mes pasado de entregar su pasaporte francés era sólo por fanfarronear o la reacción indignada de un hombre ofendido por las críticas que recibió tras anunciar primero que cambiaría su residencia a Bélgica.
Y es que después de que el primer ministro Jean-Marc Ayrault lo llamara “patético” y “antipatriota” Depardieu anunció que renunciaría a su pasaporte.
“Tengo pasaporte ruso pero sigo siendo francés y posiblemente tenga nacionalidad doble con Bélgica. Si quisiera escapar del fisco, como dice la prensa francesa, lo habría hecho hace mucho tiempo”, dijo en una entrevista con el canal deportivo L’Equipe 21.
Depardieu, de 64 años, es uno de los actores franceses más famosos a nivel internacional y ha participado en más de 150 películas.
Aunque por su popularidad es el que más revuelo ha causado, no es el primero. Desde hace décadas, miles de ciudadanos franceses han abandonado su país de origen por motivos tributarios.
Bernard Arnault, el hombre más rico de Francia y propietario del grupo LVMH (Moët Hennessy Louis Vouitton) también anunció la decisión de marcharse en septiembre del año pasado y todo apunta a que lo hizo con la intención de pagar menos impuestos.
Entre los principales destinos de los “exiliados fiscales”, como se le ha llamado a este grupo, destacan Estados Unidos, Bélgica, Suiza o Gran Bretaña.
Según la agencia AFP, a finales de 2010 Suiza contaba con 5 mil 445 residentes extranjeros multimillonarios y, de ellos, 2 mil eran franceses.
Las medidas
Los elevados impuestos a las rentas más altas en Francia no vienen de ahora. Sin embargo, para algunas personas de la élite francesa la nueva medida anunciada por el presidente francés Francois Hollande desde verano es desproporcionada.
Esta medida consiste en elevar el impuesto sobre la renta a las personas que ganen más de un millón de euros (1.3 millones de dólares) al 75 por ciento —en la actualidad es del 41 por ciento– mientras que Rusia tiene una tasa del 13 por ciento para todos los habitantes.
Aunque esa medida ahora se encuentra bloqueada, lo que sí entró en vigor el 1 de enero de este año fue la supresión de una tolerancia instaurada en 1972 por la que Francia concedía el beneficio del convenio de doble imposición a los franceses instalados en Suiza y que pagaban una tasa fiscal plana “con recargo”, también según informó AFP el 5 de enero.
Esta medida afectará a los exiliados fiscales que continúan ejerciendo una actividad profesional en Francia o percibiendo dividendos, pero que no pagaban impuestos por estar domiciliados fiscalmente en Suiza.
Los antecedentes
El régimen fiscal actual francés empezó a consolidarse en 1980 con el “impuesto solidario a la riqueza”, que se creó durante el gobierno de François Miterrand. Bajo esa tasa, el impuesto aplicado a los rendimientos del capital se acerca al 1.8 por ciento. Según un informe de Robert Goulder ese impuesto afecta a más de 400 mil franceses.
Depardieu ha sido de los últimos que se ha sabido que se marchaban de Francia por evitar el fisco de este país. Y es que durante los últimos años la fuga de millonarios se ha acentuado. Según el senador Philippe Marini, en 1997 fueron unos 400 los que dejaron el país para pagar menos impuestos y en 2005 esa cifra había aumentado hasta los 650 más o menos. Según el Consejo de Análisis Económico, una entidad asesora pública, han sido más de 10 mil los franceses que han abandonado el país por motivos tributarios en las dos últimas décadas.
Entre las celebridades que han abandonado Francia se encuentra el cantante Johnny Hallyday, que se fue a Suiza en 2006, el compositor Charles Aznavour, que también optó por Suiza y la modelo Laetitia Casta, que se fue a Gran Bretaña.
La posición de los franceses
El 21 de diciembre, según reportó la agencia EFE, el diario Le Figaro publicó los resultados de una encuesta según los cuales más de la mitad de los franceses decía que comprendía que algunas grandes fortunas se instalaran en el extranjero. Sin embargo, la posición de los franceses no es clara puesto que 8 de cada 10 ciudadanos considera que, teniendo en cuenta “la difícil situación” que atraviesa Francia, es “legítimo” pedirle más a aquellos que gozan de una posición privilegiada. (Con información de AP)
El efecto ‘Depardieu’
El denominado “impuesto a los millonarios” ha ocasionado el primer efecto político fuera de Francia.
El actor francés Gerard Depardieu, quien recientemente adquirió la nacionalidad rusa para evitar acciones legales en su país por evadir al fisco, ha declarado en contra de la oposición rusa y defendido férreamente al presidente Vladimir Putin.
Tal parece que el cobijo de la administración de Putin al artista galo propició las apariciones mediáticas de éste apoyando al Kremlin y desestimando a los detractores del gobierno.
Depardieu dijo a la televisión estatal Rossiya-24 que “Putin personifica al complejo y fascinante carácter ruso”.
Además, el francés mencionó que “la oposición en Rusia no tiene un programa, no tiene nada”.
“Desafortunadamente, las masas son estúpidas. Solo el individuo es hermoso”, declaró el actor en su idioma natal, en clara referencia a las manifestaciones de diciembre de 2011, las cuales reclamaban que hubo fraude en las pasadas elecciones federales.
Agregó que las dos mujeres de la banda punk Pussy Riot, detenidas por realizar una protesta en una catedral moscovita el año pasado, hubieran tenido un castigo peor si estuvieran en un país islámico.
“Imaginen si esas mujeres hubieran entrado a una mezquita. No hubieran salido vivas”, dijo Depardieu en una grabación realizada en secreto.
Aunque es un caso aislado, este podría ser el primero de varios exiliados franceses que busquen asilo en el gobierno de Vladimir Putin, una administración que, de entrada, carece de legitimidad para gran parte de los rusos.