Hungría, lejos de la igualdad en favor de la comunidad LGBTI+ a pesar de las protestas

A pesar de que una gran parte de la población húngara salió a manifestarse para luchar contra las políticas conservadoras de su gobierno en materia de derechos de la comunidad LGBTI+, especialistas ven difícil que el primer ministro Viktor Orbán eche para atrás sus ideologías y leyes. Es de la Unión Europea de donde se esperan medidas más estrictas
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Hoy en día, el respeto a los derechos de la comunidad LGBTI+ es más común a nivel mundial. Sin embargo, aún hay países que se niegan a avanzar en esa materia, como Hungría.

El pasado 24 de julio, mientras se realizaba la marcha anual del orgullo LGBTI+ en Budapest, los participantes hicieron la promesa de seguir luchando contra las políticas conservadoras de su gobierno, pues a pesar de que en los últimos años han avanzado en favor de la igualdad y el respeto, la discriminación continúa.

Prueba de ello fue cuando en julio del año pasado entró en vigor una ley que prohíbe difundir información tanto en las escuelas como en los medios de comunicación relacionada con la homosexualidad y los cambios de género en lso menores de edad.

Según el primer ministro, Viktor Orbán, esa medida fue impulsada para que los niños no estuvieran relacionados con la pedofilia. La propuesta de ley fue aprobada por la mayoría parlamentaria, la cual está representada por su partido político, Fidesz.

Antes de que el proyecto de ley entrara en vigor, Orbán ya había expuesto su escaso interés en respaldar a la comunidad LGBTI+, pues había reiterado que sus políticas pretenden salvaguardar los valores cristianos tradicionales.

“El padre es un hombre, la madre es una mujer. Dejen en paz a nuestros hijos”, llegó a declarar el político en referencia a las parejas del mismo sexo y el avance que han tenido sus derechos en otros países de Occidente.

Es por esa ideología conservadora del gobierno federal que la comunidad LGBTI+ carece de visibilidad en Hungría a diferencia de en otros países, como así se refleja en el informe LGBTI+ Pride 2021 Global Survey, publicado por Ipsos en mayo pasado, donde se especifica que sólo 33 por ciento de la población húngara dice sentirse libre sobre su orientación sexual; 40 puntos menos que en España.

Debido a ese panorama es que año con año cientos de personas salen a las calles de Hungría, en espera de que algún día puedan generar un cambio en el gobierno en favor de su propio bienestar, aunque es poco probable que lo logren.

“A pesar de este tipo de manifestaciones significativas, eso no compromete en la actualidad al gobierno de Viktor Orbán. Sigue siendo una autocracia fuerte que difícilmente va a verse modificada por estas protestas. Todavía no ponen en entredicho la posición del primer ministro en Hungría”, opina al respecto el doctor Tomás Milton Muñoz Bravo, internacionalista de la UNAM.

Para él, las marchas no pueden modificar en nada las políticas del gobierno húngaro, principalmente por el respaldo que tiene el primer ministro de una gran parte de su población.

Es por el apoyo de la gente en las elecciones generales que Orbán ha permanecido desde 2010 en el poder, dándole la oportunidad a su partido de tener la mayoría en el Parlamento.

El doctor Cutberto Hernández Legorreta, internacionalista y académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, también ve difícil que con estas últimas protestas Orbán eche para atrás su reciente política.

De acuerdo con él, actualmente es aún más complicado que exista un cambio, considerando la ocupación que han tenido los gobiernos europeos en general con respecto a la invasión de Rusia a Ucrania.

En ese sentido, administraciones como la de Hungría han dejado en segundo término las políticas públicas que favorecen a sus ciudadanos, en especial a las minorías.

Un posible golpe para Orbán en Hungría

Hace un año, cuando se dio a conocer la nueva ley de Hungría para que la información sobre la comunidad LGBTI+ no se difundiera entre los menores de edad, la Unión Europea lanzó fuertes críticas, las cuales siguen vigentes.

El pasado 15 de julio, por ejemplo, la eurodiputada María Walsh apoyó la decisión de la Comisión Europea de llevar a Hungría ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por su violación de las leyes sobre los derechos de la comunidad.

Aunque esa medida ha sido aplaudida entre organismos internacionales, puede no ser suficiente para evitar que el primer ministro Viktor Orbán siga impulsando propuestas de leyes en contra de la comunidad LGBTI+.

“¿Qué le dolería a Orbán? Que no le lleguen fondos por parte de la Unión Europea. Pero los sigue recibiendo (…) Si esos recursos no le llegaran, entonces este personaje y otros líderes de Europa del Este (que también han ido contra los derechos de la comunidad) van a continuar con este tipo de políticas.

“Entonces, mientras la Unión Europea no genere mayor presión en cuanto a los recursos económicos que le llegan a Hungría, llanamente Orbán va a continuar con esta lógica de ataques a las minorías, como es la comunidad LGBTI+, las mujeres e inmigrantes”, dice el doctor Muñoz Bravo.

De esa forma, se esperaría que, además de llevar a Hungría ante el Tribunal de Justicia del grupo de los 27, se le lance una advertencia económica si continúa alejando a la comunidad LGBTI+ de los derechos que merece.

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