El movimiento de protesta de los ferroviarios franceses no se ha detenido luego de que mantuviera la presión ayer al dejar como mínimas las conexiones con España.
Las manifestaciones se dieron el mismo día en que los diputados comenzaron a estudiar la propuesta del Ejecutivo.
Se reportó que sólo uno de cada cinco servicios del tren de alta velocidad AVE-TGV circuló entre ambos países, la misma cantidad que se había programado cuando comenzó la huelga el domingo por la noche.
Esta es la cuarta jornada de paros del personal de la empresa estatal SNCF contra el Gobierno de Emmanuel Macron, quien anunció un recorte en el plan de pensiones de los empleados de la ferroviaria y cambios en el convenio colectivo de trabajo.
Además de la falta de circulación en los servicios de alta velocidad, también circuló uno de cada tres ferrocarriles suburbanos TER, y uno de cada seis servicios de media distancia los trenes convencionales a largas distancia, Intercités.
Pero a pesar del movimiento continúo, del miércoles cuatro de abril, cuando la convocatoria entre los trabajadores fue del 29.7 por ciento, ayer bajó a un 24.9 por ciento, así lo informó la dirección de SNCF.
Sin embargo, la adhesión es mayor entre los conductores y controladores, quienes llegaron a un 74 por ciento, lo que aumentó el impacto del paro.
Guillaume Pepy, presidente de SNF, aseguró que pese a la pérdida de miembros en la convocatoria, el Gobierno francés se ha manifestado irritado porque las huelgas ocasionaron 100 millones de euros en pérdidas.