Un freno a la extrema derecha

La inobjetable derrota del Partido por la Libertad en las elecciones legislativas de Holanda supone el primer revés al avance de la ola populista de extrema derecha en el continente y un triunfo para la Unión Europea.

Aunque aún tiene por delante el reto de afrontar el inicio de las negociaciones por el rompimiento con Gran Bretaña y son inminentes los comicios en Francia, los resultados en Holanda devuelven momentáneamente la tranquilidad al seno de la UE.

Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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Asientos obtuvo el Partido de la Libertad, de extrema derecha
“Los holandeses han votado a favor de los valores europeos: sociedades abiertas y tolerantes. El resultado de estas elecciones es una inspiración para muchos”
Jean-Claude JunckerLíder de la Comisión Europea

La inobjetable derrota del Partido por la Libertad en las elecciones legislativas de Holanda supone el primer revés al avance de la ola populista de extrema derecha en el continente y un triunfo para la Unión Europea.

Aunque aún tiene por delante el reto de afrontar el inicio de las negociaciones por el rompimiento con Gran Bretaña y son inminentes los comicios en Francia, los resultados en Holanda devuelven momentáneamente la tranquilidad al seno de la UE.

Ahora, los ojos del continente voltean hacia el proceso electoral en Francia, donde los números le dan la ventaja a Marine Le Pen, de corte populista, derechista y eurófobo, y que podría determinar buena parte del futuro europeo.

La sensación de alivio, aunque breve, es la primera buena noticia en mucho tiempo para la Unión Europea, que en los últimos meses ha vivido momentos de inestabilidad, no solamente por el brexit, sino por los cuestionamientos de la viabilidad del pacto continental.

El líder de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, fue uno de los primeros en aplaudir el resultado de los comicios en los Países Bajos y sus repercusiones positivas para los intereses de la alianza continental.

“Los holandeses han votado a favor de los valores europeos: sociedades abiertas y tolerantes. El resultado de estas elecciones es una inspiración para muchos”, expresó el dirigente.

El duro golpe para el Partido de la Libertad y para su líder Geert Wilders no solo supuso un freno para el avance de la extrema derecha en Holanda, sino que fue el primer termómetro para medir el avance de la eurofobia, un sentimiento que aún amenaza a la organización.

A pesar de que durante meses los pronósticos situaran como favorito al partido de Wilders, éste se quedó muy lejos de los resultados esperados, apenas un 14 por ciento de los apoyos, y el primer ministro Mark Rutte y su partido salieron victoriosos en la cita electoral, con un 21 por ciento.

Por el número de escaños que obtuvo el partido de Rutte, no le es posible por sí solo formar un gobierno, por lo que tendrá que acercarse a otras fuerzas políticas.

Aunque a Wilders no le alcanzan sus números para poder incidir en unas negociaciones en las que será excluido, y por el momento, Holanda se aleja de sus políticas nacionalistas.

Uno de los pilares de la campaña de Wilders era impulsar un referéndum para la permanencia en la Unión Europea, propuesta que mantuvo en vilo a Bruselas.

La posible conformación del nuevo gobierno en Holanda será con 4 ó 5 partidos, que tendrán que negociar parte de su plataforma política; al parecer, el riesgo de la salida de esta nación de la Unión Europea se ha erradicado, por ahora.

La cita francesa

El respiro para la Unión Europea será breve. Los franceses están llamados a las urnas en poco más de un mes para elegir a su nuevo presidente, y la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, se sitúa a la cabeza de las preferencias electorales.

Le Pen, al igual que Wilders, encarna la nueva ola de extrema derecha en el continente, y entre sus propuestas está también un referéndum para la salida de Francia de la Unión Europea, con todo lo que ello significaría en el escenario continental

Marine Le Pen cuenta además entre su ideario con una fuerte tendencia antiinmigratoria y aislacionista. Es hija de Jean-Marie Le Pen, histórico miembro fundador del Frente Nacional.

Francia y Alemania son los dos principales pilares sobre los que se sostiene el Pacto Europeo, y es por ello que los socios están especialmente atentos a lo que pueda pasar en los comicios del próximo 23 de abril.

El actual presidente François Hollande decidió no presentarse a las urnas para un nuevo mandato, y el Partido Socialista al cual pertenece decidió postular a Benoit Hamon, que sin embargo, luce lejos en las preferencias.

Emmanuel Macron, quien formó parte del gabinete de Hollande primero como asesor económico y después como ministro de Economía, se ha lanzado por la vía independiente, aunque tampoco es mal visto por el presidente ni por los socialistas.

Macron marcha en segundo lugar en los sondeos, a cierta distancia de Le Pen, sin embargo ha venido recuperando terreno en las últimas semanas, y lo acontecido en Holanda podría darle cierto impulso en la recta final de la campaña.

Para Marine Le Pen, sus posibilidades para llegar a la presidencia de Francia pasan por dar un golpe contundente en las urnas en la primera vuelta, para evitar así una segunda ronda en las votaciones, pues en ese caso es muy probable que los demás partidos respalden a su contrincante.

Ola antisistema

Uno de los aspectos de mayor interés tanto en los comicios de Holanda como los próximos en Francia es el planteamiento de una batalla entre dos bandos: por un lado la política tradicional y por el otro el voto antisistema.

A partir del triunfo del brexit en el referéndum en Reino Unido en junio pasado, y posteriormente con la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, se comenzaba a observar una tendencia de rompimiento con lo establecido.

En las elecciones en Holanda el pasado miércoles, parece que esta tendencia fue frenada, y se evitó un duro golpe al proyecto europeo.

Sin embargo, esto no significa el fin del avance de la extrema derecha en el continente.

A pesar de que el Partido de la Libertad, de Geert Wilders, tuvo un retroceso, aún cuenta con suficiente presencia legislativa para erigirse en una oposición fuerte y que siga propiciando el debate.

En Francia, por ejemplo, aun y cuando Le Pen no logre la presidencia, el Frente Nacional sin duda alcanzará una presencia importante y continuará alentando el discurso eurófobo y nacionalista en los próximos años.

Alemania, por su parte, tendrá elecciones en septiembre, y aunque Angela Merkel no parece estar en riesgo de perder su cargo, el partido de extrema derecha Alternativa por Alemania ha venido creciendo y podría obtener sus primeros escaños en el parlamento alemán.

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