Entre bromas mordaces, Hillary y Trump ¿se divierten? en gala benéfica

En una velada que es una tradición en EU, los candidatos intercambiaron bromas sobre sus adversarios; Trump fue el más mordaz y creativo Los candidatos presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump intercambiaron bromas en la tradicional cena de la beneficencia católica de Nueva York, aunque no fueron capaces de esconder su animosidad mutua y terminaron también por atacarse.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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En una velada que es una tradición en EU, los candidatos intercambiaron bromas sobre sus adversarios; Trump fue el más mordaz y creativo Los candidatos presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump intercambiaron bromas en la tradicional cena de la beneficencia católica de Nueva York, aunque no fueron capaces de esconder su animosidad mutua y terminaron también por atacarse.

“Hillary es tan corrupta que la corrieron de la Comisión Watergate. Qué tan corrupto puedes ser como para que te corran de la Comisión Watergate”, dijo Trump, en referencia a testimonios de que Clinton mintió al trabajar en esa entidad del Senado dedicada a investigar un escándalo de corrupción.

El republicano fue durante algunos momentos abucheado abiertamente por la concurrencia, compuesta por la élite de Nueva York, incluidos políticos, empresarios y periodistas.

Por su parte, Clinton expresó que aunque sabía que ella no era ninguna santa, debía de contarse como “un milagro” haber soportado contender con Trump en tres debates, que sumados acumulan cuatro horas y media.

“Donald realmente es tan sano como un caballo, ya saben, cómo el caballo que usa Vladimir Putin para pasear”, dijo Hillary sobre la salud de su adversario.

Clinton recordó los comentarios denigrantes que Trump ha hecho de manera pública y durante toda su vida sobre mujeres, a las que suele calificar con números dependiendo su apariencia, “mira a la Estatua de la Libertad y ve un cuatro, quizá un cinco si ella perdiera la antorcha y la tableta que tiene en la mano y se arreglara el pelo”, dijo.

Pese a que Trump perdió la compostura e insultó a Clinton de manera más abierta, fue quizá también quien contó el mejor chiste de una velada en que se acostumbra que los candidatos hagan mofa especialmente de sí mismos.

El objeto del chiste de Trump, no obstante, no fue él mismo sino su esposa, Melania:“los medios son especialmente parciales en estas elecciones. Cuando Michelle Obama ofrece un discurso a todos les encanta, y dicen que es fantástico. Piensan que ella es absolutamente grandiosa. Mi esposa Melania da exactamente el mismo discurso y la gente la critica. No entiendo”, bromeó.

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