Para la primera dama de Estados Unidos, “eres lo que bebes”.
Bajo este lema y otros más, Michelle Obama emprendió ayer desde Watertown, Wisconsin, la campaña “Drink up”, traducida al español por la propia iniciativa como “Bebe con ganas”.
El objetivo es simple: “Cerciorarse de que las personas están bebiendo el agua que necesitan”, compartió Lawrence Soler, presidente de Partnership for a Healthier America, una organización no lucrativa que se puso en marcha para colaborar con el proyecto “Let’s move”, emprendido hace tres años por la señora Obama para motivar a llevar una vida más sana.
Lo único diferente de la nueva campaña es que ahora se enfocará en la bebida y no en hacer ejercicio o en la buena alimentación, pues la fórmula es básicamente la misma que Michelle Obama ha venido aplicando desde que “se activó” contra el sobrepeso y la obesidad.
La primera dama volverá como invitada en los principales programas de televisión, visitará escuelas y seguirá “poniendo el ejemplo”, pero esta vez para promocionar el consumo de H20.
Sam Kass, director ejecutivo de “Let’s move”, explicó que aunque el consumo de agua se ha elevado desde 1998, más del 40 por ciento de los estadounidenses beben menos de la mitad de la cantidad diaria recomendada.
Enfoque ‘inspirador’
Además de promoverse en los medios y a través de las redes sociales, la campaña tendrá presencia en todo el país gracias a que importantes marcas de agua embotellada se unieron a la iniciativa.
Más de mil millones de etiquetas impresas por compañías como Evian, Nestlé Waters, Ozarka y Dasani incluirán el logo de “Drink up”.
“Estamos siendo totalmente positivos en nuestro mensaje, cada empresa ha aceptado solo animar a la gente a beber agua, no centrarse en lo que las personas no deben beber ni en que su agua podría ser mejor. Es simplemente más agua”, aclaró Soler.
En el sitio oficial de la campaña youarewhatyoudrink.org se puede apreciar este enfoque inspirador, pues se habla del agua como una fuente de vida, fuerza y energía. “Entre más agua bebamos, más nos pareceremos al agua”, se lee.
Sin embargo, esta idea romántica del H20 ha provocado un “splash” de críticas, principalmente por la participación del sector privado.