Guerra en Ucrania continúa tras nueva ofensiva rusa

La asistencia militar prometida por Estados Unidos a Ucrania sigue sin llegar al frente, mientras nuevos frentes se abren en una ofensiva rusa que busca debilitar las ya pobres defensas ucranianas
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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El conflicto entre Ucrania y Rusia continúa con el gobierno de Volodymyar Zelensky en espera de los 62 mil millones de dólares en ayuda militar prometidos por Estados Unidos, y con un Vladimir Putin que está por abrir nuevos frentes en el territorio europeo.

En una visita no programada a Kiev, el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, reforzó el compromiso de su país con la defensa de Ucrania. El funcionario declaró que, a pesar de los meses de retraso, la ayuda militar estadounidense llegará en los próximos meses.

El presidente Zelensky, quien acepta que el ejército de su país enfrenta una situación complicada al intentar mantener la línea del frente debido a escasez de recursos y tropas, agradeció la ayuda del gobierno estadounidense y solicitó mayor asistencia para blindar a su población de ataques aéreos, cuyos primeros envíos han comenzado a llegar al frente..

En opinión de Genaro Beristain, profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM y especialista en Seguridad Internacional, el apoyo estadounidense no será el suficiente para cambiar el curso de la guerra.

“Es muy poco probable que a estas alturas del conflicto Ucrania, a pesar de la ayuda internacional, pueda cambiar la trayectoria de la guerra. Hemos visto acciones desesperadas para obtener personal y contener la ofensiva rusa, pero lo que le hace falta a Ucrania no es solo armamento, sino también soldados que estén en el frente”, señala el académico.

Beristain comenta que otras razones por las cuales el apoyo armamentístico no es suficiente para prevenir la ofensiva rusa, es la cantidad de efectivos que tiene Rusia en el frente, además de aquellos que continúan en reserva, y que la población ucraniana comienza a cansarse de una administración que falla en su defensa y donde la sombra de corrupción se hace presente.

Pese a ello, en un discurso público después de reunirse con líderes ucranianos, Blinken pidió a la población resistir por las siguientes semanas, e incluso meses, en lo que la asistencia militar se materializa. De acuerdo con el funcionario demócrata, la guerra de desgaste en la que se ha convertido este conflicto daña más al bando ruso que al ucraniano; sin embargo, los resultados en el campo difieren de esa postura.

Se intensifica el conflicto en el Este de Ucrania

Durante esta semana se reportaron enfrentamientos entre tropas rusas y soldados ucranianos en la región noreste de Ucrania. Se cree que los efectivos rusos buscan abrir un nuevo frente para debilitar las ya de por sí escasas defensas ucranianas. En tan solo unos días, Moscú ocupó siete aldeas, con las que espera dificultar el lanzamiento de drones desde Járkov.

Abrir un nuevo frente no solo da la oportunidad a Rusia de dificultar el escalamiento de la respuesta ucraniana, sino también una estrategia para quitar recursos de las defensas en las zonas de mayor valor para Moscú, como Donetsk o Lugansk, áreas industriales con un gran número de población rusa.

La intensificación de la ofensiva rusa se da justo antes que el paquete de ayuda por más de 60 mil millones de dólares, aprobado por el Congreso estadounidense, dé la oportunidad a Ucrania de fortalecer sus posiciones defensivas o comprar municiones, las cuales han escaseado por meses en el frente.

Mientras los primeros envíos de artilleria han servido para mantener posiciones, estos no han sido suficientes. El pasado miércoles, el presidente Zelensky anunció el retiro de tropas de la región de Járkov para proteger la vida de los soldados y evitar las bajas que la nueva ofensiva podría ocasionar, de acuerdo con el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

La estrategia del Kremlin en Ucrania

Un ejemplo de la estrategia del Kremlin para abrir nuevos frentes que consuman recursos y permitan crear una zona de amortiguamiento desde la cual no se puedan atacar posiciones rusas, es el ataque a la ciudad de Sumy, a solo 30 kilómetros de la frontera entre los dos países. Allí, el bando ucraniano se esfuerza por mantener una línea de defensa en la que los rusos no puedan afianzar su posición.

En opinión de Beristain, no se puede saber con certeza las intenciones de Rusia respecto a su nueva estrategia; sin embargo, el terreno que gana su milicia, de conservarlo, puede servir para obtener mayor ventaja en la eventual capitulación que ponga fin al conflicto.

“Todo apunta que están ganando terreno para que, cuando se agote el entusiasmo y la capacidad de respuesta ucraniana, Rusia obtenga la mayor parte de territorio. De continuar la ofensiva rusa su objetivo sería controlar la totalidad del Donbas y luego expandirse hacia Odessa para cortar la salida al mar de Ucrania”, señala el académico.

Pese al impulso con el que cuenta, Rusia no tiene el tiempo suficiente para capitalizar su avance y romper las líneas ucranianas antes que la asistencia estadounidense lleve al conflicto, una vez más, a un atrincheramiento donde ninguna de las partes logre avances significativos.

“Lamentablemente no hay una salida próxima al conflicto, el armamento que enviará Estados Unidos lo prolongará quizá hasta finales de 2025. La ayuda estadounidense solo pretende ampliar el conflicto, no es una ayuda que salvaguarde el territorio o el Estado ucraniano, el 80 por ciento de los 60 mil millones de dólares no salen de Estados Unidos, es dinero que el Congreso da a sus propias empresas para que estas produzcan armamento para que Ucrania lo utilice, lo que solo lleva a más ucranianos a la picadora de carne; no genera el suficiente armamento para sostener el esfuerzo bélico”, finaliza el especialista.

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