La tensión en las fronteras entre Grecia y Turquía va en aumento. Por tercer día consecutivo, las patrullas del ejército griego trataron de impedir que miles de migrantes provenientes de Siria, Afganistán y Sudán del Sur cruzaran por tierra o mar a la Unión Europea (UE) este lunes.
Ante la imposibilidad que tienen de contener la oleada, las autoridades del país helénico decidieron suspender el derecho a pedir asilo durante un mes.
Después de una reunión con el gabinete de crisis, Stelios Petsas, portavoz del gobierno de Grecia, aseguró que la presión en las fronteras estaba dirigida e incentivada por Turquía y que estas acciones violaban las obligaciones de la declaración conjunta entre la UE y la nación euroasiática.
“En lugar de restringir las redes de tráfico de refugiados y migrantes, Turquía se ha convertido en traficante. Aquellos que entren a Grecia en marzo no tendrán derecho a solicitar asilo y todos los que ingresen irregularmente serán devueltos a la brevedad a sus países”, afirmó Petsas.
El acuerdo de contención que se firmó en Bruselas en 2016 estipulaba que la UE podía retornar a Turquía a todo migrante, incluidos los refugiados que arribaran a las islas griegas, a cambio de activar un protocolo para recibir a sirios.
Además, el tratado también incluía un desembolso a la nación turca de tres mil millones de euros para activar proyectos concretos relacionados con salud, educación, infraestructura y alimentación para las personas migrantes y refugiados.
Pero luego de tres años de que el mandatario turco, Recep Tayyip Erdoğan se comprometiera a servir como barrera contra el constante flujo de migrantes que se produjo desde el estallido de las guerras civiles de países como Siria o Yemen, decidió romper el acuerdo que mantenía con la Unión Europea, al acusarla de haber apoyado a sus principales enemigos, Bashar al-Assad, actual representante de la nación siria y las milicias kurdas que se encuentran al norte de ese país.
Adán Miguel Rodríguez Pérez, profesor internacionalista en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (FES Aragón) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que esta segunda crisis migratoria es muy similar a la que ocurrió entre 2015 y 2016, y detalla que ambas se relacionan de manera directa con la guerra de Siria que se originó desde 2011.
Asimismo, comenta que una de las razones por las que Turquía les dio el paso a los migrantes es una forma de presionar a la Unión Europea para que la apoyen en su política contra Siria, en especial contra Bashar al-Assad.
Respecto a la cancelación por un mes al derecho de asilo, Rodríguez argumenta que al final cada país puede interpretar las normas como quiere, por lo que Grecia tomará esa medida aunque vaya en contra del derecho internacional. En dado caso de que no se lo permitan, puede justificarse al decir que esa postura forma parte de una emergencia de crisis que está enfrentando.
“Es probable que la UE le ofrezca más dinero a Turquía para que evite un mayor flujo de migrantes. Será importante la postura de Rusia, pues es el intermediario final entre la nación turca y Siria al mantener alianzas con ambos países”, detalla el internacionalista.
Panorama desalentador para Grecia
Tras los bombardeos en Siria, miles de migrantes se disponen a avanzar hacia la frontera de Turquía con la intención de sobrevivir en algún país europeo. Los estragos de la guerra han dejado a 5.6 millones de sirios, 2.5 millones de afganos, 2.3 millones de personas procedentes de Sudán del Sur y a 1.3 de Myanmar en condición de refugiados a nivel mundial, de acuerdo con los datos publicados por la organización humanitaria World Vision en 2018.
En la actualidad, la mayor cantidad de refugiados se concentra en Alemania, con un millón 447 mil 900, en Francia con 459 mil 919, Suecia con 317 mil 987, Italia con 295 mil 599, el Norte de Irlanda con 172 mil 089, Austria con 167 mil 195, Grecia que suma un total de 137 mil 757 y España que alcanza los 101 mil 597, revela el último dato de la Agencia de Refugiados de la ONU.
Con los recientes conflictos en la frontera de Turquía, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que cerca de 13 mil personas esperan por cruzar a la UE, sin embargo, la constante llegada de autobuses desde otros puntos del país pone en entre dicho la cifra, ya que podría ir en aumento conforme pasen los días.
Al respecto, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró a una cadena de televisión pública turca que la Unión Europea tiene que cumplir sus promesas.
“No estamos obligados a cuidar y alimentar a tantos refugiados. Si eres honesto, eres sincero, entonces necesitas compartir”.
Ante la amenaza que representa el no poder controlar la ola de migrantes, el canciller austriaco, Sebastian Kurz, advirtió que comenzaría a controlar las fronteras en dado caso de que la UE no fuera capaz.
Si esta medida llegará a producirse, sería algo histórico, ya que Austria es un país europeo sin una frontera exterior y desde hace décadas en su organización existe una política libre de circulación de productos y personas.
Para el profesor en relaciones internacionales, Adán Miguel Rodríguez Pérez, en este momento los problemas se están centrando en la Unión Europea, sin embargo, también se debe tomar en cuenta el panorama al que se enfrentan los migrantes.
“No solo se enfrentan a las heladas por la temporada de invierno, sino a los bombardeos constantes. Hay muchas muertes de niños, mujeres y civiles en general, no hay escuelas, hospitales, y para llegar a Grecia no es fácil, cruzar por mar o por tierra tiene su complejidad. Ya se tiene registro de las volcaduras de embarcaciones en donde decenas personas mueren”.
En 2019, mil 28 personas murieron ahogadas intentando llegar a Europa, según los registros del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
