Tras haber sido acusados de intromisión en los asuntos nacionales de Grecia, este Gobierno decidió expulsar a dos diplomáticos rusos y le prohibió la entrada a su país a otros dos más el día de ayer.
El portavoz del Grecia, Dimitris Tzanakopoulos, aseguró que Grecia quiere mantener buenas relaciones con todos los estados como parte de su política exterior, “pero estos deben respetar el derecho internacional y nacional, así como al Gobierno y Estado griegos”.
Atenas acusó a los diplomáticos rusos de extraer y distribuir información confidencial, así como de intentar sobornar a funcionarios del Estado. Supuestamente Rusia habría intentado influir con sobornos a ayuntamientos, a la jerarquía de la Iglesia ortodoxa de Grecia y al Monte Athos, un lugar emblemático para los ortodoxos que el presidente Vladimir Putin visitó en 2016.
Como respuesta a las represalias, el Gobierno ruso señaló que se actuará del mismo modo: “En base a la práctica habitual de casos semejantes, se dará una respuesta simétrica”, dijo el Ministerio de Exteriores ruso.
Supuestamente Rusia habría llevado a cabo diversos esfuerzos coordinados para expandir su influencia sobre Grecia, como intervenir en contra de las negociaciones del acuerdo con la Antigua República Yugoslava de Macedonia para cerrar la disputa sobre el nombre de este país.